'🌙' Sailor Moon [One-Shot's]

-'🌙'- Rei contra Minako

Se supone que esto es Reinako pero está visto desde la perspectiva de alguien más, como el aceptar a amigos de la comunidad LGBT+ por eso lo incluyó aquí 🌈💖

[ 🎀 ]

¿Quién se lo hubiera imaginado? Ami estaba llegando tarde por primera vez, y por decir tarde era una exageración de escasos dos minutos para llegar tarde antes de la hora en la que planeaba llegar al Fruits Parlor Crown; y todo por que su rival en el juego de ajedrez se demoraba mucho al mover las piezas e insistió por no abandonar la partida.
Llegó casi corriendo, volando. Su conciencia no le dejaría de dar vueltas al asunto de llegar tarde por lo menos unas semanas.
La campañilla del establecimiento resonó, Unazaki de inmediato reconoció a la de cabello azul y la guió hasta una mesa.

— ¿Te reunirás con las chicas? — Mizuno asintió.

— Podrías por favor traerme un sándwich, desde la escuela no como y... —paró cuando la chica anotó su orden, sabía que no tenía que decir de más y dejar a la chica hacer su trabajo.

— En seguida lo traigo. —la chica pelirroja le guiñó un ojo y se fue. Ami se colocó sus lentes y sacó de su mochila unlibro de Álgebra para curar la terrible, minúscula y diminuta ansiedad que le había dado por algo tan insignificante.

La campañilla del lugar resonó otra vez. Ami se sorprendió al no oír los pasos ni la bienvenida de Unazaki. Al parecer las personas que habían llegado al establecimiento habían tomado lugar detrás de la mesa en la que ella estaba.

— Fiu. ¡Parece que llegamos temprano! —Ami retiró la vista del libro a penas oyó la voz.

— Espero que Ami no llegue pronto. —la chica de cabello azul frunció el ceño. Con sutileza se retiró los lentes y giró su cabeza hasta donde su cuello le permitió, a pesar de que las flores plásticas le obstruyeran la vista perfectamente pudo reconocer las cabelleras. Minako y Rei.
Un "estoy aquí" habría sido gracioso y sutil segundos atrás. Pues se habrían reído por no reconocerse entre ellas mismas y Ami solo hubiera tenido que dar unos pasos para estar con ellas y esperar por su sándwich. Sí, eso pudo haber pasado segundos atrás de no haber sido porque Ami vio a lujo de detalle cómo sus amigas se empezaban a acercar peligrosamente, juntando sus rostros... Y la gota que derramó el vaso; pronto sus labios chocaron. La joven se mordió en labio pensando en cómo huir de aquel bochornoso momento, guardo torpemente su libro en la mochila y se empezó a echar aire con la mano al sentir su sangre subir a las mejillas, se retiró los lentes antes de que cayeran contra el piso no tan limpio del lugar.
No pudo más y se tiro en drama al suelo. Muchos ya empezaban a verla, pero con denotada vergüenza comenzó a escabullirse entre las mesas gateando y la tierra pegándosele en sus manos y rodillas.
Con suerte Unazaki no había salido de la cocina y logró con éxito llegar a la puerta. Una vez a fuera se levantó, con pena se limpió las rodillas, se sacudió las manos y agradeció que una ola de aire fresco le pegará justo en la cara. Tuvo que cruzar la calle; sacó una botella de agua y se limpió la mugre de las manos y luego comenzar a caminar de regreso al establecimiento mientras se terminaba de limpiar con gel antibacterial, casi a punto de llegar empezó a trotar, fingiendo correr. Con la mano derecha azotó la puerta, la campañilla soñó estruendosamente y la chica con un IQ de 300 agradeció que la mayoría de la gente había volteado, en especial sus amigas que parecían haberse dejado de besar. Ese IQ sintió que había bajando a un grado razonablemente estúpido ese día. Y sin demorarse más camino hasta la mesa con sus amigas.

— ¡Hola chicas! —dijo y se sentó en la mesa.

— Ami... ¿Estás bien? —le preguntó la de cabello rubio señalando su ropa desaliñada, las mejillas sonrojadas y el leve sudor en la frente.