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Era 2012 e iniciaba un nuevo año, sin Nelson ni Belén, ahora yo estaba en sexto grado y ellos en séptimo. Recién cumplí diez años hace unos meses, recuerdo la emoción que sentía ya que, me emocionaba que podría decir que tenía una década.

El nuevo lugar al que me mudé resultó quedar más cerca de la escuela que el anterior, curiosamente mi nueva vecina también era mi compañera, se llama July (Si, como julio en inglés) tenía catorce años (Es mucho para estar en sexto, pero bueno, eso no importa).

Al ser vecinos, eventualmente empezamos a hablar más, me agradaba su compañía, pero su mamá daba miedo, así que casi siempre nos veíamos en el patio de mi casa, para hacer tareas o cualquier otra cosa que implicara no estar en su casa.

Por otro lado mamá se hizo muy amiga de la tía de July. Yo viajaba a la casa de mi abuela todos los fines de semana y poco a poco la familia fue creciendo, ya que tía Mari tuvo un niño más. Ahora tenía a: Manuel de doce, Stan de siete, Ingrid de tres y José de dos, Manuel e Ingrid pertenecen a tía Regina y los otros a tía Mari.

Tía Mari se casó y se mudó muy lejos de casa, a unas seis horas de viaje, yo vivía a dos.

Pasó el tiempo y mi amistad con July fué mejorando al igual que la de mamá con su familia. Con el tiempo mi atención empezó a centrarse en la vecina del frente, se llamaba Francis tenía quince años, yo moría por ella, pero yo tenía nueve y ella no me hacía caso.

Luego de las vacaciones de Julio, entró un niño nuevo su nombre es Mario de nueve años, me gustó desde el primer día que lo vi, fui el primero en hablarle, y eso causó que nos hiciéramos grandes amigos, al menos hasta que se acabara el año por que el era de quinto mientras yo ya cursaba sexto.

En noviembre se dio el gran rumor del dichoso fin del mundo de 2012, como cualquier niño crédulo me preocupaba demasiado por ello, más aún por que me di cuenta de que el mundo se acabaría justamente el 21 de diciembre, si, el día de mi cumpleaños, fue muy trágico la verdad, pensé por mucho tiempo que Dios se había enojado con migo por que me gustaba Nelson y Mario, creí que por mi culpa se iba a acabar todo.

Ya el 21 de diciembre olvidé lo mucho que esperaba mi cumpleaños, ya solo estaba esperando que el mundo acabara, así que me dormí después de pedir perdón por tener gusto hacia los hombres, luego el 22 desperté como si nada y ahí entendí que estuve haciendo toro ese llanto por nara, y ni siquiera mi mamá tuvo la decencia de decirme que todo era falso. No tienen idea de cómo me reí ese día, fui tan pendejo.

17 años.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora