CAPITULO X

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DISCULPEN LA DEMORA PERO ES QUE ACA EN MI TRABAJO EL INTERNET SIGUE MAL, PERO TUVE CHANCE DE PEDIRLE LA LAP A MI NOVIO Y TUVE OPORTUNIDAD DE ACTUALIZAR.. LES DEJO EL CAPITULO, PERDON SI ES CORTITO PERO PROMETO QUE EL MIERCOLES EN LA TARDE-NOCHE LES ACTUALIZO...

QUE LO DISFRUTEN, Y MUCHISISIMAS GRACIAS POR TODO!


Desperté desorientado. ¿Por qué hacía tanto calor? No podía mover la cabeza. Pero el pánico sólo duró un segundo, hasta que me di cuenta de que lo que me impedía moverme era el peso del brazo de Louis sobre mi pecho.

Mis ojos se abrieron de golpe y vi, a la cálida luz del sol, el cuerpo del hombre que amaba acostado a mi lado. Ninguno de los dos llevábamos nada de ropa, aunque la sábana nos cubría hasta la cintura. De repente, me sentí alarmado.

¿Qué había hecho?

Había dejado que Louis me hiciera el amor. Eso era lo que había pasado, y el dolor tan íntimo que experimentaba en mi entrada era la prueba de ello. Una oleada de calor recorrió mi cuerpo al recordar cómo me había tocado y mi mirada se dirigió irresistiblemente hacia él.

Su cara estaba relajada por el sueño, parecía más joven y menos intimidante, pero ni siquiera dormido se le quitaba el gesto arrogante de la boca. Su pelo más largo de lo normal y castaño estaba revuelto y una sombra cubría su mandíbula. Verlo así me pareció muy especial, tan privado como lo que habíamos compartido la noche anterior.

Pero realmente no lo habíamos compartido. Él no había querido que yo lo tocara. ¿Por qué? Incapaz de contenerme, alargué mi mano para apartar un mechón rebelde que le caía sobre la frente. Ante su insistencia, no lo había acariciado la noche anterior, pero ahora, al ver que no se despertaba, dejé que mis dedos recorrieran su pecho, como había deseado hacerlo la noche anterior. Su pelo era suave y brillante y jugué con el. A modo de tentativa presioné un poco con el dedo sobre su piel para comprobar la fuerza de sus músculos. Era demasiado bello. Sabía que, si él oía que lo describía así, quedaría tremendamente ofendido, pero para mí él era el epítome de la belleza masculina: fuerza, virilidad, dureza y altura. Era un poco más alto que yo, y acostados como estábamos, eso quedaba aún más claro. Él se estiró así que retiré la mano a toda prisa, temeroso de que me encontrara mirando y tocándolo como si fuera un juguete nuevo.

Él volvió a quedarse inmóvil y suspiré aliviado, ¿le molestaría que lo despertara con mis caricias? habría deseado saber más acerca de los hombres y lo que les hacía reaccionar. Louis era el único hombre que me había interesado, pero era incomprensible para mí como un libro en chino.

Pero me había dejado saber algo de él: me había dicho que se había enfadado porque se creía ignorado y que tocarme no era un deber. Estaba bien para ser el principio.

Y había dejado bien claro que quería que siguiéramos casados. Entonces comprendí el significado de sus últimas palabras la noche anterior. Louis había consumado nuestro matrimonio, yo había dejado de ser virgen y eso impedía obtener la nulidad. Lo había hecho a propósito... pero no podía enfadarme por eso, porque sus actos me habían demostrado que deseaba que siguiéramos juntos.

Sonreí pensando eso, el brazo de mi marido se movió. Estaba despertando.

Él abrió los ojos y su zafiro mirada me atrapó como un imán al verme.

-Buenos días —su voz sonaba aún adormilada.

Ahora era más consciente de que su mano aún seguía sobre mi pecho.

-Buenos días -respondí, casi con frialdad.

-¿Estás bien? –al parecer él necesitaba asegurarse de que todo iba bien.

    TE LLEVO EN LA SANGREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora