CAPITULO XV

755 39 47
                                    


Louis inclinó la cabeza y acarició mis labios con los suyos. Una vez, dos veces, tres, gemí protestando por su juego.


Giré la cabeza, intentando atrapar sus labios para obtener un beso más satisfactorio, pero él estaba ocupado en mi cuello.

-Louis, por favor...

No quería más caricias. Necesitaba más, toda su pasión.

-Sssh... Tesoro –me decía mientras me mordía suavemente la oreja-. Será perfecto -su voz y las sensuales caricias hicieron que mi cuerpo temblara anticipándose a lo que vendría después.

Mis labios se abrieron para dejar escapar un gemido silencioso y finalmente él cubrió mis labios con los suyos firmemente para tomar el control de mi boca.


Aquel beso hizo que le rodeara el cuello con fuerza, y entonces recordé que podía tocarlo. Separé mi boca de la suya, jadeando de excitación, pero seguro de que en esta ocasión las cosas serían distintas.

-Quítate la ropa, Lou.

Él se quedó helado. Sus ojos se cerraron mientras lo veía luchar contra sí mismo. Entonces dudé de lo que acababa de pedir. Tal vez pudieran seguir y pedirle que se desnudara más tarde. Estaba a punto de pedirle que volviera a besarme cuando él se levantó.

-No tienes que...

-Quiero hacerlo. Te lo mereces y yo también. Quiero hacerte mío de la forma más completa en que un hombre puede poseer a su esposo -dijo él, orgulloso.

Me encantó cuando se refirió a mí como «su esposo».

Ya que implicaba una intimidad libremente elegida, no un matrimonio de conveniencia en el que se sintiera atrapado por su sentido del deber.

Lo miré mientras se quitaba la chaqueta y después la corbata, que dejó caer al suelo en un gesto de descuido. Después fue el turno de los botones, primero los de los puños y después los del pecho. Los soltó uno a uno, revelando progresivamente los contornos de su pecho hasta que la camisa de seda blanca estuvo abierta del todo, mostrando sus bien torneados músculos.

Contuve el aliento mientras él se deshacía de la camisa. Después se quitó los zapatos, los pantalones y los calcetines. Los hizo a un lado mientras miraba mi cara enrojecida.

Se quedó de pie, desnudo frente a mí, excepto por los bóxer. Metió los pulgares por debajo de la cinturilla elástica de estos y los bajó por sus muslos mientras yo gemí al ver la parte más íntima de él.

Trague saliva.

Abrí la boca, pero como no fui capaz de decir nada, la cerré.

Cerré los ojos. Los abrí.

Sacudí la cabeza.

Aunque esto no resultó de gran ayuda...

-¿Se hace más grande? -pregunté con un gemido de verdadera mortificación.

Una enorme carcajada hizo que subiera la mirada desde su impresionante miembro hasta su cara. Él parecía estarse divirtiendo, pero eso no era divertido. ¿Cómo quería que me enfrentara a eso?

POV. LOUIS

Sacudí la cabeza, incapaz de creer la reacción de Harry. Había esperado algo de preocupación, tal vez algo de pena, pero nunca había pensado en un ataque de nervios ante la vista de mi miembro en estado de semi erección.

    TE LLEVO EN LA SANGREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora