Prólogo

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Antes de empezar, es necesario leer el apartado del primer capítulo llamado "importante"; si tienes pregunta alguna, puedes escribirla en los comentarios 💕.

Prólogo.

El hecho de saber, y creer, no es comparado a la realidad.

Sabes que es lo mejor para ti, pero en realidad es lo execrable para los demás; Crees saber que todo es para un bien, crees que el daño ya está hecho, pero en realidad recién está comenzando. Me gustaría decir que estoy realizando un bien, cuando pensaba que lo era.

Observo a mi madre desolada y destruida llorando por mi culpa, por mi maldita culpa. Solo gritaba, se arrodillaba, se rompía frente a mis ojos; porque acaba de perder a una hija, una hija que educó adecuadamente, que todo lo que forjaba por ella fue por su bien, una hija que parecía estar bien, una hija que parecía no tener emoción alguna.

Esa hija soy yo.

Tengo miedo, claro que lo tengo, toda mi vida he tenido aquel espeluznante sentimiento de sentir agonía por algo o alguien; sobre todo, verme en ese ataúd pálida y sin vida, es pavoroso, como si estuviera observando el resultado de mis errores.

Todos intentaban calmar a mi madre, algunos agachaban la cabeza como símbolo de respeto, algunos trataban de no llorar, y algunos estaban aquí por compromiso. Intente seguir observando a la multitud y olvidarme de todo lo que hice, y lo que logre hacer con mis acciones; no se si lo que estoy sintiendo es explicable, es un sentimiento de culpa, al igual que de satisfacción y arrepentimiento; como si estabas consciente de lo que iba a pasar, y querías que pasara, pero sientes culpa al ver el resultado.

Busque a mi hermano en la muchedumbre, tarde unos instantes para ubicarlo, sin en cambio, el miraba al suelo sosteniendo una hermosa rosa roja entre sus manos, unos mechones de su melena castaña se divisaban rubias por el reflejo de la luz, su cara perfilada se veía perfecta desde este ángulo, ahora entiendo el porqué del cual tiene demasiadas pretendientes; estoy segura que más de una está aquí solo para avizorar y sobre todo curiosear a mi hermano, aunque pensándolo de esta forma, sin el término "hermano" se ve bastante bien para sus veinte años de edad, es joven, atractivo, caballeroso, músico, supongo que todo lo que una chica de mi edad buscaría de un hombre. Pero ese no es el punto; mi hermano vaya que no es perfecto como todas y todos, hasta tú piensas que lo es, nadie es perfecto, tal vez tienes felicidad, dinero y amor, pero eso no justifica la "perfección". La perfección es una unión del prefijo "per", que es equivalente a "por completo", el verbo "facere", que es sinónimo de "hacer", y el sufijo "-ción", que se usa para indicar "acción y efecto", el resultado es "perfección", es un concepto que se refiere a la condición de aquello que es perfecto. Perfecto, por su parte, es lo que no tiene errores, defectos o falencias; por supuesto que nadie es capaz de alcanzar aquellos puntos en cualquier circunstancia,

Sin embargo, para mí, él lo es.

Siempre fue cuidadoso y atento conmigo, me apoyó en todas las circunstancias que hemos pasado, fue fuerte con tal de que yo lo fuera el día que perdimos a nuestro padre; digamos que todo dio un giro a la historia llena de esperanza y luz, hasta que me enamore perdidamente de quien fue mi novio hasta el día de mi muerte:

Scott.

En este preciso momento no hablaré de él, si no, por medio de la historia, sin en cambio, hablaremos de otra persona, mi mejor amiga, Raquel; se encuentra junto a mi hermano, vestida de luto, portando unos lentes oscuros en su rostro, ocultando todo su dolor. Creo que nadie esperaba verla aquí, incluyéndome; ella está cursando la universidad en California, es muy cuidadosa ante sus calificaciones, sobre todo, su beca para estudiar como extranjera en una de las mejores universidades de aquella localidad; bueno, el punto no es algo protervo, lo contrario, te das cuenta de las personas que de verdad son tus amigos y compañeros de vida..., hasta la muerte.

Continué divisando el alrededor, ventanas penetrando el brillo de la luna, sillones se encuentran en todos lados al igual que hermosas flores blancas, su olor se impregna al aire instantáneamente; las paredes están pintadas de un color entre amarillo y naranja, con pequeñas líneas doradas perfectamente detalladas, dándole a este salón, un recordatorio sobre la verdad y relevancia ante la muerte; tal vez sea lo último que pienses y menos desees, pero al final y al cabo, es la única cosa asegurada para nosotros. Deslicé las yemas de mis dedos entre aquellas líneas doradas resaltadas en la sólida pared, al tocarlas no sentí absolutamente nada, pero mis dedos estaban posados en estas; intenté no tomar importancia a aquello, ya que mi logística supone la razón: estoy muerta. Se que puede sonar algo inaudito, pero es algo verídico, aunque la mayoría de las personas están aquí para honrar y decir adiós, la verdad es que yo siempre estaré ahí, tal vez ya no entre sus vidas, pero mi cariño estará intacto.

Camine aún con mis dedos en aquellas líneas, pensando y concentrándome en ellas, sintiendo cada vez más que son infinitas, y su camino recorre mi destino y propósito de mi muerte, intentando hallar respuestas..., pero ninguna fue encontrada.

Aún sigo pensando el propósito de mi vida antes de estar muerta, supongo que mi destino siempre fue esté, ya que no aportaba en ningún aspecto algo a alguien. Pero algo que de verdad retumba mis pensamientos es: ¿Mi padre estaría orgulloso de mí?; Al momento mi respuesta es que no, él le habría gustado que me convirtiera en alguien exitoso, e inolvidable ante las personas, que me casara y formara una familia, que lograra inaugurar mi propia marca de ropa, que todas las personas se morirían por obtener alguna prenda de mis diseños; recuerdo, cuando era pequeña, me decía que tenía talento para dibujar, que le encantaban los vestidos que plasmaba en aquellas hojas de papel, aunque siempre le manifestaba un "no es para tanto", "soñar es fácil, pero en realidad, pocas personas logran el éxito", y es verdad, no obstante siempre me contestaba "lo único imposible es aquello que no intentas". Vaya que han pasado los años, y aún no encuentro el significado en mi vida sobre esa peculiar frase, tal vez la razón sea porque lo he intentado, pero nunca obtengo buenos resultados; la universidad de diseño y moda no acepto proporcionarme la beca indicada, lo cual me desilusionó demasiado, hasta el resultado de creer que esa frase es más que una mentira de niños.

Mi mente frenó, al mismo tiempo que yo lo hice, al parecer ya he dado la vuelta completa al aula, y las personas obstruyen mi camino; reaccioné, y empecé a volver ubicar a mi hermano, sin éxito alguno; Raquel seguía en su lugar, su espalda estaba perfectamente recta y su mentón alineado, parecía aún más segura, pero al mismo tiempo con miedo y preocupación; observe a la persona que ahora se encontraba junto a ella, es Joseph. Antes de que yo muriera, era mi compañero de clase, está vestido con un saco perfectamente planchado, su cabello pelirrojo un poco alborotado al igual que su corbata roja, sin embargo, el permanecía en la misma posición que Raquel lo cual se me hace bastante extraño, al igual que verlos juntos, no sabía siquiera que hablaban, o mantenían una amistad; la curiosidad invadió mi lado racional, y empecé a caminar aún más cerca de ellos.

- ¿Crees que tarde demasiado?, ¿Y si él le hace algo? - comentó con preocupación hacia Raquel. Fruncí el ceño ante su pregunta. No obstante, Raquel permaneció firme, tragando saliva antes de esperar unos segundos y responder.

- Él es fuerte, lo conozco. - bajo su tono de voz, como si le pesara aceptar aquello. - y sé, que haría todo por su hermana. - compartieron miradas.

Intente acomodar mis ideas, pero me resultó imposible, tantas preguntas vinieron a mi mente, pero solo dos de ellas resaltan de las demás:

¿Quién es "él"?

¿Qué debe de hacer mi hermano por mí?, si yo estoy muerta.

Sobre mis pensamientosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora