Primera partida.

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El TIC TAC incesante de mi reloj se convirtió en un Ring monótono, que llegaba a meterse dentro de mi cabeza arrasando por completo mi sueño y llegando a dañar mis tímpanos...

Asqueada me levante del nido y le di un fuerte manotazo al cacharro que me había despertado.

-Que buen humor...

Mire a Anivia acusatoriamente y esta solo me dedicó una sonrisa, la vi estirarse y abrir sus garras.

-Espérame abajo, ya voy.

Me metí corriendo al baño dándome una ducha de agua fría para aclararme las ideas, al salir seque parte de mi pelo con la toalla, pero sin tiempo a secarlo por completo lo deje medio mojado y rizado por las puntas. Me vestí con el uniforme de la Alianza, unos pantalones negros con dos rayas azules a los lados y una camiseta negra con el símbolo de Sinners Of The Rift en el lado izquierdo del pecho.

Sencillo pero en verdad me gustaba, tenia mis dos colores favoritos en él y ademas me permitía ir muy cómoda. Baje las escaleras de dos en dos sabiendo que los chicos me estarían esperando, al llegar al salón y no ver a nadie salí por la puerta principal cerrándola de un portazo.

-¡Vamos que llegaremos tarde!

-¡VOY!

Subí de un salto al coche negro que nos llevaría al estadio y suspire.

-¿Estas bien?

-Si, eso creo Mario.

Todos me sonrieron y por fin nos pusimos en marcha, por el camino nadie dijo una palabra. Simplemente nos dedicamos a mirar por las ventanillas del coche, esperando ver la entrada de lo que nos esperaba. A los 20 minutos de camino por fin vimos el gran estadio, miles de personas hacían fila en la entrada y en cuanto vieron el coche sacaron sus móviles para intentar fotografiarnos, claramente sin éxito ya que el coche se metió directamente al parking privado bajo tierra. Las luches se encendieron de repente y unos hombres nos abrieron la puerta del coche por ambos lados.

-Bajad y seguidnos, prontos os reuniréis con vuestros campeones.

Todos bajamos del gran coche y seguimos muy de cerca a los hombres vestidos con uniformes de Riot, estos nos condujeron por varios túneles hasta llegar a una puerta de metal solida y gris.

-Detrás están vuestros campeones, tenéis 5 minutos para despediros y así empezar el juego.

Despedirnos... Se que hoy no hay perdedores pero en una partida normal todo aquel que no consiguiese despedirse de su campeón ahora en estos 5 minutos nunca mas lo haría, algo dentro de mi se removió, estaba jodidamente asustada.

Miguel abrió la puerta y nos dejo paso a nosotros, cuando entre la ví, Anivia me esperaba en una esquina de la Sala, me acerque a ella y la abrace.

-Tengo miedo.

-Tranquila pequeña, confío en ti.

Asenti mientras rezaba para no llorar, no puedo verme así de débil.

-2 minutos invocadores.

Todos nos acercamos y pusimos la mano en el centro.

-Hoy vamos a darlo todo ¿de acuerdo?

-Si.

Todos asentimos a la vez y a la cuenta de tres levantamos la mano hacia el techo y gritamos el nombre de nuestra Alianza.

-Confía en ellos.

-Cuídate, volveré a verte.

Anivia asintió y se fue por una puerta lateral, unos segundos después los mismos hombres de antes vinieron a llevarnos a nuestros puestos de juego, entramos en un ascensor grande, en silencio, no mire a nadie a los ojos. Cuando las puertas se abrieron salimos uno por uno a una gran Sala con la pared azul claro y el logotipo de Sinners of the Rift en ella, la pared de enfrente era de cristales tintados en negro que no dejaban ver más allá.

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⏰ Última actualización: Feb 06, 2021 ⏰

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