Hasta el Final ~Ereri~

Cuando te conocí

Caminaba de regreso a mi casa cuando a lo lejos se escuchaba mucho ruido, mi curiosidad me ganó y desvíe mi camino hacía el origen de donde provenía. Al llegar habían muchas personas que miraban asombrados como dos tipos se agarraban a golpes en el piso, pero ninguna de interesaba por separarlos.

-Vas a morir maldito!!

Gritó  de repente un castaño que al verlo, de sus ojos emanaba amenaza al cual los viera, por el contrario el otro tipo estaba luchando por esquivar los golpes.

De pronto la Policía llegó y todas las personas se alejaron rápidamente y el castaño no esperó más y se levantó  rápidamente del lugar, no sin antes cruzar miradas conmigo ya que estaba obstruyendo su paso, me aleje rápidamente  y se marchó  finalmente.

Me encamine de nuevo a mi casa pensando en esa mirada que tenía, su cara reflejaba odio, de cualquier forma logró captar mi atención y curiosidad... ¿Por qué pelearse en un lugar público? ¿Por qué nadie los detenía? Muchas dudas, Pero de tanto pensar no me percaté que alguien me seguía a lo lejos.

Cuando llegué y abrí la puerta, sentí unas manos en mi espalda que me empujaron hacía dentro, por instinto me giré rápidamente y lo vi, esos ojos... esa mirada, pero No, ¿Qué quería? ¿Robar? ¿Golpearme? ¿Violarme? No me dio tiempo de cuestionar  más preguntas a mi mismo por que cerró fuertemente la puerta detrás de él.

-Cállate, si no gritas como loco o haces escandalo no te va a pasar nada --Habló de repente-- Sólo quiero quedarme aquí está noche.

No sabía que decir, desde cuando no golpeo a las personas que tratan de acercarce a mi? No no no no, tengo que sacarlo quién sabe que intenciones tiene o de qué está huyendo.

-Vete de mi casa...Ahora --hablé fríamente-- Ni siquiera se quién eres, sal de mi casa o te golpeare.

-Eh? Acaso no viste lo que le hice al otro sujeto, no creo que te quieras meter conmigo --Me habló en un tono molesto-- Si no quieres que te ocurra Nada, mejor no te alarmes.

-No te e visto en mi vida y te metes a mi casa como si nada -- Intenté golpearlo, pero me empujó fuertemente contra la pared--.

-Cuidado con lo que intentas hacer, no sabes con quien te estás metiendo, si aprecias tú vida, más vale que hagas silencio... esta es la última vez que te pido que te calmes -- lo último lo dijo mientras sacaba una navaja y la acercaba al cuello--.

Por primera vez tenía miedo y no quería morir, no aún, así que me relaje y el se alejó.

Inspeccionó la casa por varios minutos, mientras yo estaba en el sillón mirándolo detenidamente cada movimiento que hacía.

-Mmmm bonita casa, En que trabajas?  --Preguntó Repentinamente-- Digo, para tener una casa así debes de tener un buen trabajo.

-Eso a ti qué te importa -- Le contesté sin mirarlo-- .

-Eren --Dijo--.

-Ah? --No había entendido lo que dijo--.

-Mi nombre es Eren -- volvió a repetir mientras se acostaba en el sillón-- No te voy a decir nada más, mañana no me verás aquí.

Vi como cerraba sus ojos para finalmente dormirse, me levanté rápidamente e intente amarrar una soga en su cuello y sacarlo cual perro de mi casa, pero No, mañana ya se iría y no lo volvería a ver.

Y así fue, a la mañana siguiente que desperté, el ya no estaba por ningún lado, se había marchado y eso me alivio más que Nada, por que lo pensé toda la noche y si seguía aquí lo iba a matar.

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Una semana después estaba ordenando unos papeles de mi trabajo, por cierto soy abogado, y eso me tenía un poco estresado y casi no tenía tiempo para darme unas vacaciones.

De repente sonó el timbre de mi casa, muy raro, nadie me llegaba a ver, absolutamente nadie, cuando llegué a ver quién era, quería pegarme un tiro.

-Hola de nuevo -- Si, era Eren-- déjame quedarme aquí está noche.

Y así fueron más y más noches quedándose en mi casa, que de un momento a otro parecía que ya vivíamos los dos como una pareja, maldita sea.

-Por cierto, no se tú nombre --Dijo mientras veía la televisión--

-Levi --Le contesté sin ánimos, hoy era uno de esos días que el trabajo me estresada y lo menos que quería era a alguien que me molestara--.

-Ooohh vaya, dos semanas después me dices tú nombre, ya pensaba ponerte uno -- empezó a burlarse-- Bueno tengo que salir.

-No vuelvas -- hablé con fastidio--.

-Si hasta el rato --Salió dejando la puerta abierta --

Quiero gritar.

[CONTINUARA]