Ⲥⲇⲣⲓ́ⲧⳙⳑⲟ 19: Rhianne Sharman (I)

32 6 2
                                    

Al despertar, vi la hora. Me levanto despacio para no hacer ruido. Hago mi desayuno y lo tomo tranquilamente. Este día iba ser bueno, de seguro. Le dejo una nota a Malorie:

"Malorie, me fui a trabajar. Hoy tendrás tu Día sola. Has lo que quieras, te dejo. No pidas permiso. Regresare cuando acabe con el trabajo. Siempre regreso.
Mamá"

Agarro mi campera y me subo al auto. Arranco rápido, lo que nunca sucedía. Hoy era mi día. Voy hacia la gendarmería. Estaban todos incluido Margaret.

-Hoy es tu prueba Margaret ¿no?

-Si, espero aprobar...- me responde

-Si hoy es mi día, también será el tuyo. Suerte.

No me responde nada. Voy hacia Vince.

-¿Así que hoy es tu día eh?- me pregunta alegre

-Si si o a menos de que haya algún crimen ¿no?

-Hoy: nada. Es bueno. Podemos seguir con la búsqueda de Hayley. No puedo creer que ya van a pasar dos meses de que no la vieran... Como estará Wilfried...

-Seguro que mal, como va a estar. Tenemos que encontrarla lo antes posible. Eso me arruina cada día. Espero que hoy, como es mi día, la encontremos y que pueda volver con su familia... Ya Es hora de que ocurra. ¿Vamos?

Nos emprendimos hacia el bosque. Hoy no paraba de sonreír. Tenía la esperanza de encontrar a Hayley y ser la héroe del día. Al llegar, notamos que hacia no tanto frío, lo que era extraño. Siempre era viceversa. Nos sacamos la campera mas abrigada y fuimos en búsqueda.

Mientras caminábamos hablábamos de las citas con la novia de Vince. De mi vida no quería tocar el tema. Nos separamos tan solo un poco y ya no lo veía más. Estaba hablando sola. Lo busco con la vista, pero no lo encuentro. Conocía el bosque, así que seguí buscando, con tal sabía donde era la salida.

Miraba cada mínimo detalle. No se me tenía que escapar nada. Escucho unos ruidos. Giro para todos lados para ver. Veía una sombra moverse. Iba caminando hacia atrás, cuando de repente...

-¿Donde estoy?

Estaba acostada de muy mala manera en el suelo del bosque. Veo hacia arriba y me doy cuenta que me había caído. Ya era casi de noche. Me habría quedado dormida como unas seis horas. Me dolía la cabeza, así que me la toco y descubro que tenía sangre en ella. Despacio intento levantarme, pero no puedo, algo me agarraba de la muñeca: una cadena.

Intento tirar de ella para ver si se salía, pero era imposible. Me tranquilizo y pienso como salir de la situación.

-No puede ser... no devuelta...

Pienso más, pero al no encontrar una salida posible, pateó una roca e intento nuevamente de tirar de la cadena. Me estaba lastimando la muñeca.

-¡Vince! ¡Vince! ¡Estoy aquí! ¡Ayuda!- gritaba tan fuerte como podía- Tranquila, ten esperanza. Te van a buscar, te van a encontrar y saldrás de aquí...

Me siento contra el árbol en el que estaba incrustada la cadena. Respiro hondo y trato de recordar cómo salí de aquí la última vez. Me estaba pasando devuelta. ¿Por que a mi?

Recuerdos y recuerdos. Era hora de encontrarlos:

Hace quince años, apenas tenía diecisiete años de edad. Era una estudiante de la misma escuela a la que va Malorie. Estaba enamorada de Wilfried. Éramos en ese entonces, solo amigos. El me quería como amiga. No pasábamos un día sin vernos.

Un día, decidí con unos amigos hacer una fiesta en el bosque. Era la costumbre. Los enredados tenían que hacer una fiesta en el bosque. Y nosotros también la teníamos que hacer. Nos reíamos y gritábamos. De a ratos escuchábamos ruidos extraños, pero nos parecían divertidos. De un momento a otro, ya no nos parecía divertido.

Desperté en el mismo lugar donde me encuentro ahora. Con la misma cadena. Con la misma herida en la cabeza. Lo tome como una broma de parte de mis amigos, pero con el paso de las horas, me parecía una tortura. Eso era. Una tortura.

De la nada, me tira alguien una lata de porotos. No me gustaban, pero era morir de hambre o poder sobrevivir comiendo algo que no me gustase. Después, me doy cuenta. ¿Quien me había tirado esa lata?

-¡Oigan! ¿Hay alguien ahí?- grito

-¿Rhianne?- me pregunta alguien

-¿Quien eres? ¿Donde estas? No te veo

-Soy Christian Griffin, tu compañero. Estoy del otro lado del pasillo, por eso no me ves.

-¿Como se que no estoy delirando escuchando tu voz?

Veo hacia el lado de donde salía la voz y veo un brazo. No estaba delirando. Estaba hablando con alguien.

-¿Que hacemos? ¿Tu también estás encadenado?

-Si... No lo sé. Creo que esto no va a acabar bien...

Hablábamos de cualquier cosa que se nos venía a la mente. Intentaba no pensar en lo que estaba sucediendo.

De la nada me quedo dormida. Al darme cuenta que ya había amanecido, despierto asustada.

-¿Christian? ¿Todavía estás ahí?

-Si, todavía vivo. Te quedaste dormida ja.

-Je Je.

-Te quería hacer una pregunta...

-Hazla. Con tal no tenemos nada que hacer.

-¿Te gusta alguien?

-Si creo que si... pero el me ve como su amiga... Wilfried. ¿Y a ti?

No hubo respuesta. De la nada, escucho unos ruidos. Christian empezaba a gritar y escuchaba como se lo llevaban. Yo me altere, intentando escapar, pero en vez de eso, me lastimaba más la muñeca. Llore y grite suplicando que no me hiciera nada.

Estaba sedienta. Intente pasar el agujero que me tenía encadenada por toda mi mano, pero en una parte no pasaba. Tenía mucha desesperación. Veo la lata de los porotos tirada en el suelo y se me ocurre una idea. Era la única. Aunque doliera, lo tenia que hacer.

No. Esta vez no lo haría devuelta. No me cortare mi muñeca para poder escapar. Debe haber otra forma. Suplicaba una idea. Ya era casi la noche. No querría pasar la noche aquí. Podía desaparecer al otro día.

Mis ganas de vivir estaban cesando.

-Si tu objetivo es máteme, hazlo ahora. No soporto mas. Hazlo.- le decía al bosque

ıllıllı ıllıllııllıllı ıllıllııllıllı ıllıllııllıllı ıllıllı

ΣL βOSQUΣ DΣ SΓλ́ID GΓλFΤOΠ {#1 en policiales}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora