El secreto de las sombras

Los gritos

Hermione había despertado agitada y transpirada otra vez. Había tenido el mismo sueño, los mismos gritos, el mismo miedo, pero seguía sin recordar cuales eran esas pesadillas que tanto la aterraban... Miro el reloj 6:30 mejor se iba a duchar.
En el comedor hablaban tranquilamente Harry y Ron sobre cuál sería la primer prueba del torneo de los tres magos…
–Tal vez Dumbledore nos de una pista–Sugirió Ron.
–No creo, el querría que yo esté listo sin saber el desafío–Respondió Harry poco entusiasmado.
–Hola–Hermione acababa de entrar– ¿De que hablan?
–Queremos saber cuál es la primer prueba
Ella frunció el ceño y le tomó un segundo responder.
–Deberían estar preparándose para cualquier cosa en lugar de idear cómo hacer trampa–Les reprochó.
–Es que no puedo saberlo todo, no soy como tú–Se justifico Harry con un tono más enfadado.
–Mañana tenemos examen de pociones ¿Es que para eso tampoco van a estudiar?–El día de ella definitivamente no había empezado bien.
–Fred me dijo que se escuchan gritos en los cuartos de las chicas por la noche ¿es verdad?–Pregunto Ron cortando la discusión.
–¿Cómo sabe eso Fred?–Rió Harry.
–Se lo contó Angelina ¿Hermione tú no los escuchaste?
–No... No lo sé, suelo dormir y tengo el sueño bastante profundo pero cuando me quedo despierta estudiando no escucho gritos.
–Seguro Fred se lo ha inventado.
–Tal vez ¿Terminaste?
–No, vayan, nos vemos en herbología.
Los chicos se fueron y dejaron sola a Hermione mientras terminaba de desayunar. Cuando salían se encontraron a Draco Malfoy.
–Camina Ron, hay olor a podrido por acá.
–Potter, a donde vayas habrá olor a podrido.–Tras el comentario de Draco Crabbe y Goyle rieron con carcajadas  irritantes.
–Eso es solo si va detrás de ti.–Contraataco el pelirrojo.
El muchacho rubio estaba por responder pero en ese momento entraba la profesora Mcgonagall, así que simplemente frunció el entrecejo y entró al comedor.
–Vaya idiota–Exclamó Ron cuándo ya no podían oírlos.
–Es muy cruel, pero cuando aparecen los profesores pone su cara de cordero degollado.
–Maldita rata.