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Las noches en la ciudad de Nueva York eran ruidosas debido a la actividad que siempre había en la ciudad, por lo que apreciaba que su departamento se encontrara en las esquinas del lugar y no en el centro.

Con una tranquilidad se acostó en el sillón para poder disfrutar de ver de su serie favorita mientras comía algo de helado.

En algún otro momento se hubiera burlado de la actividad que en este momento se encontraba realizando; Pero ahora pensaba que era lo único que le quedaba por hacer.

Hace no mucho su novio había terminado con él. Si, la relación de 4 años que construyeron con mucho esfuerzos se termino de un día para otro.

Y para colmo aun no podía - o no quería, quien sabe - tirar el anillo que compro para pedirle matrimonio.

Descubriendo que ya no le estaba prestando atención a su serie y de que ya no sabia que estaba pasando decidió apagar y dirigirse a su cama para intentar dormir unas horas antes de que el insomnio lo atacara como ya era costumbre.       




El ligero golpeteo en su ventana fue la razón de que interrumpiera su sueño. 

Sorprendido se levanto de su cama y tomo el bate de béisbol que ocultaba debajo de esta para su protección. Lentamente retiro la cortina para poder observar que era el causante de aquel incesante ruido.

No había nada, por lo que se dispuso a regresar a su cama algo frustrado cuando escucho nuevamente el sonido.

Intrigado decidió abrir su ventana y asomarse por ambos lados sin encontrar nada.

Ya cansado pensando que era una simple jugarreta de parte de su cerebro por estar solo esa noche en su departamento opto por intentar cerrar la ventana y - tal vez- tomarse un somnífero para que su sueño no sea interrumpido otra vez.

Pero una mano lo detuvo del otro lado del cristal.

Alarmado - y apunto de golpear al extraño con el bate - soltó un ligero grito mientras su corazón se disparaba con sus palpitaciones.

─ Por favor no lo hagas.

Miro al responsable de su taquicardia; Spiderman se encontraba sosteniéndose del marco de la ventana mientras lo miraba fijamente a los ojos sujetando aun su brazo.

─ ¿Puedo pasar? ─ pregunto el arácnido casi resbalando. Algo confundido Harley asintió, abriendo más la ventana permitiendole pasar ─ No era mi intención asustarte ─ se disculpo ya adentro del departamento.

─ Pues tocando mi ventana a las tres de la madrugada no es una buena idea, ¿verdad? ─ ironizo poniendo la mayor distancia entre los dos.

En este momento se preguntaran porque de dichas acciones, pues bien, tener a Spiderman en su departamento tal vez no sea tan malo si ignoramos que el que se encuentra debajo de la mascara es Peter Parker.

O tan bien conocido como su ex.  

─ Yo... en serio lo siento ─ comento quitándose la mascara.

Con un suspiro Keener se dispuso a prender la luz para poder mantener una platica decente con el otro. 

Grata fue su sorpresa al encontrarse con el rostro de Parker con un ojo morado y el labio roto sangrando.

─ Dios mio Parker ─ soltó de inmediato obligando lo a sentarse en su cama mientras que el apresurada mente buscaba el pequeño botiquín que guardaba en su baño.

A través del cristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora