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Para ese tiempo, el instituto no estaba lleno de alumnos, habían muy pocos los que decidían concluir sus estudios un día viernes por la tarde, entre ellos se encontraba Lee Jeno en la biblioteca, completamente solo. Tenía un examen muy pronto y no quería bajar su rendimiento llegando a estas alturas de cierre de calificaciones. Aquel joven tenía como prioridad sus estudios, a causa de su decisión, sus padres lo mandaron a aquel internado para tener mayor concentración y así su rendimiento no decayera.

Lee Jeno tenía diecisiete años, de compostura muy alta y delgado, eso si, sus brazos estaban bien marcados a causa de sus entrenamientos que realizaba en el mismo gimnasio del instituto, amaba realizar cualquier tipo de deporte, en todas las disciplinas le iba bien, al igual que en los exámenes. Debía agradecer que no era el centro de burlas, como mucho lo llamaban nerd pero no pasaba a más y todo eso se debía a su físico y belleza tan imponentes, que era imposible no llamarlo el chico más lindo de su clase, hasta para algunos, era el más hermoso de todo el instituto.

Jeno no se consideraba un chico popular como tal, no le gustaba estar rodeado de mucha gente, preferiría convivir con sus pocos compañeros. No tenía amigos, no presentaba interés tampoco. Su habitación era para él solo, agradecido enormemente con el director por no asignarle algún compañero. Tampoco se sentía en soledad, simplemente le gustaba tener su espacio y disfrutarlo a su manera. Él era feliz y con eso le bastaba. Aunque claro, odiaba que mucha gente lo asimilara con que tenía depresión o algún problema ya sea familiar o fobia social, era patético pero ese era el precio que debía pagar por no tener los mismos intereses que los demás.

—Joven, estamos por cerrar la biblioteca.

Anunció una joven, sobando levemente el hombro de Lee Jeno, quien se encontraba dormido sobre sus libros. Al escuchar aquella delicada voz, sus manos acariciaban sus propios cabellos rubios, aún encontrándose somnoliento, cuando por fin alzó la mirada, aquella linda chica le dedicó una pequeña mirada, dio una reverencia y se fue sin decirle nada.

Jeno siempre quedaba fascinado con la belleza de la muchacha, sabía que se llamaba Yeeun y era un año menor que él.

—Es tan linda...—sus ojos vagaban por las finas piernas, que se dirigían a la salida.—Mierda, espero no se haya dado cuenta.

Jeno tenía una erección que crecía cada segundo si seguía mirándola con esos ojos lujuriosos. Temía con que ella se haya dado cuenta, pero para su suerte no lo ha hecho. Tal como la linda chica le comentó, estaban cerrando la biblioteca, y debía si o si juntar todas sus pertenencias.

Antes que nada, ubicó sus audífonos vía Bluetooth y la música sonó de forma automática. Se levantó de su lugar y trató de ignorar el dolor bastante molesto de su parte baja, pero sabía que iba a desaparecer con el poco tiempo, ya que la música lo relajaba demasiado, tanto así que hasta algunas veces perdía la noción del exterior. Su mochila se llenaba de libros y papeles desordenados, con anotaciones de sus clases anteriores, algunos bolígrafos estaban tirados por todos lados pero eso no importaba ahora, quería llegar a su habitación y sentirse en su zona de confort, decidió esa misma tarde pasarla tranquilo y sin estudios, debía descansar por lo menos por un día, sino no sería bueno para su salud.

Antes de ir a su habitación, decidió pasar por su salón, ya que recordó que había dejado libros para no llevar todo a la biblioteca. El pasillo hacía eco con cada pisada que daba, él no la escuchaba, sino que tarareaba su canción favorita llamada Miss Americana & The Heartbreak Prince. Cuando llegó, pudo ver que la luz de su salón seguía prendida, lo cual indicaba que había una gran posibilidad de que no todos los alumnos se hayan ido, y al poco tiempo pudo comprobarlo cuando observó que al lado de su asiento, se hallaba una mochila, muy familiar.

No le tomó tanta importancia y se adentró decidido a guardar sus cosas. Bajó un poco el volumen desde su celular, para luego sentarse y revisar de paso, si sus trabajos estaban completos, no le bastó tanto tiempo, simplemente debía contar y ver si todas las preguntas del cuestionario estaba respondidas. Luego, todos sus trabajos e inclusive sus libros quedaron guardados en su mochila, ahora ya decidido a irse. Pero todos sus deseos de estar tranquilo se vieron interrumpidos por un par de pasos muy acelerados y que con cada uno de ellos, se escuchaba más cerca, hasta que se detuvieron en la entrada del salón casi vacío, de no ser por aquel par de jóvenes.

—Na Jaemin, ¿Qué haces aquí?

Jeno decidió tomar silencio, porque se dio cuenta que su compañero no se encontraba solo y no le estaba dirigiendo la palabra ni su presencia. De la nada, un par de pasos se escucharon y se detuvieron en frente de él, pero por desgracia del rubio, no pudo notar de quien se trataba. Para disfrutar aquel drama que se estaba por armar, guardó sus audífonos en la mochila, en compañía de su celular. Se sobresaltó al escuchar otra voz familiar.

—¿Acaso hablas en serio? ¿No me estarás jugando una broma?

—¡Ya Johnny! ¡Dije que basta de todo esto!—gritó Jaemin, con los puños bien apretados.

Fue imposible que Jeno no se haya exaltado, ni mucho menos como Jaemin ahora lo estaba mirado con una pequeña sonrisa y se adentraba poco a poco en el salón.

—N-no es lo que crees, yo no estaba...

—Tú me eres de mucha ayuda ahora.

Sin ningún problema, Na Jaemin sostuvo la mano completamente de Lee Jeno, y juntos se fueron hacia afuera, enfrentando a aquel chico más alto que el rubio.

—Como te he dicho antes, si tengo novio, y es este, se llama Lee Jeno. ¿Te lo crees ahora?—comentaba Jaemin con un ceño fruncido.

Jeno quedó peor que antes, como se comentó anteriormente, odiaba ser el centro de atención y no le gustaba involucrarse en la vida de los demás, simplemente lo odiaba. Pero ahora no era el momento de escapar, podía quedar en ridículo, peor en la circunstancia en la que se encontraba ahora mismo, por esa razón, se dispuso a seguirle la corriente a su compañero de clase, que dentro de todo se podría decir que comparten una buena química, pero no más allá de eso.

—Está bien, te creo, adiós.

Aquel joven tan intimidante agachó la cabeza hacia ambos como signo de respeto y se fue del lugar a pasos ligeros. Jeno pudo sentir como Jaemin se tranquilizaba en su lugar y suspiraba para por fin soltarlo.

—De verdad, gracias Jeno.

Y con eso se fue de vuelta a su salón.

—Oye Jaemin, ¿Qué forma de romper una relación es esa?—comentó queriendo sonar divertido, pero no lo logró al notar como Jaemin no tenía una buena cara que se diga.

El nombrado estaba sentado en el pupitre de Jeno, balanceando sus piernas, por un momento le pareció el chico más atractivo.

—¿No te preocuparas por lo que dirán los demás?—Jeno insistía, quería por lo menos sacar un tema de conversación, debía intentarlo después de todo.

—Jeno, acércate.

Aquel llamado tan sensual hizo que sus pelos se pusieran en punta y tragara un poco. Los ojos de Jaemin estaban fulminándolo, una pequeña sonrisa quería escaparse por lo loco que era toda la situación.



»𝓢milejemin

seXXXfriend | Nomin [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora