Time Of Sorrow || Han Seungwoo

I'm not sorry

Subin agarraba a aquella mamarracha que amenazaba con matarme. Mientras que la persona que me agarraba aprovechó, para levantarme y llevarme lejos de aquel corrillo que se formó.

Y entonces me giró sobre mí misma.

— Seungwoo...- murmuré.

— ¿Qué ha sido eso? ¿Por qué has cambiado tanto? ¿Por qué siempre estás metiéndote en líos? ¿Te crees que no me entero de las mierdas que vas haciendo? ¿De quién quieres llamar la atención, eh?

¿Quiero llamar la atención? Así era como Seungwoo me veía... Como una niñata que quería llamar la atención, pero mientras a él todo el mundo le barría el suelo con la lengua, a mí me recordaban cada día que mi prima había muerto engañando a su novio y me habían llegado a llamar «puta» "porque seguro que eso va en los genes".

Miré hacia mi derecha y ahí venir Seungsik, precisamente el chico con el que mi prima le puso los cuernos a Seungwoo.

— ¡Alice! ¿Estás bien? Dios... Estás sangrando.

Toqué mi labio y efectivamente, el escozor me hizo cerrar los ojos y ahogar un quejido.

Miré a Seungwoo, que de repente se había quedado mudo. Seungsik agarró mi mano y me forzó a seguirle el paso dejando atrás a aquel chico que me veía como una niñata. Mi suerte es que Seungsik a pesar de estar alejado de mí por todo lo que ha sucedido, sigue escuchándome cada vez que pasa algo como esto, no es que sea frecuente, pero... Cuando salimos de fiesta, sí. Estoy hecha una imbécil, que aún no supera que su prima la haya abandonado, para irse a otra vida, espero que mejor.

— Te espero en la puerta del baño.- Dijo Seungsik.

Entré y me lavé con agua el labio, para al rato salir, pero Seungsik ya no me esperaba... Por una parte lo agradecí, el estar sola me dejó llorar al fin. Pegué mi espalda en la pared y me fui escurriendo sobre ella hasta llegar al suelo. Abracé mis rodilla y lloré silenciosamente.

Soy una matona, una imbécil, una busca pleitos, una niñata que quiere llamar la atención. Desde hace un año es como si me hubiesen vertido al vertedero y no quedase nada de mí. No era yo, no era la Alice de siempre y eso me estaba matando.