Capítulo único.

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Hoy se celebraba una boda, Anathema y Newton se casaban.
La fiesta se había organizado para ser en el bosque Hogback en el pueblo de Tadfield y como era de esperarse, Crowley y Aziraphale también habían sido invitados. Ya habían pasado varios meses desde que el Armagedón había sido detenido.

Crowley le había dicho a Aziraphale que pasaría por él para irse juntos a la boda, a lo que el ángel no se rehusó.
La vestimenta del demonio no cambió mucho a lo habitual, lo único era que en vez de un saco, sólo traía el chaleco.

"Puedo hacerlo, hoy se lo pediré" pensó el demonio. Puesto que, desde hace ya un tiempo, el demonio había querido compartir un baile con el ángel. Siendo incapaz de preguntarle ya que en ese entonces, los dos todavía eran "vigilados" por sus superiores.

Salió de su departamento y fue en busca del ángel.

En la librería, nuestro querido ángel se encontraba leyendo tranquilamente esperando a que su querido amigo llegase.
Como de costumbre, el color del traje del ángel era de tonos claros.

Después de varios minutos, se escuchó como abrían la puerta de la librería. Aziraphale dejó su libro y acomodó su saco, sabiendo que se trataba de su querido amigo.

—Aziraphale, vámonos ya — dijo el demonio.

—Claro — respondió con una sonrisa en su rostro —. Por cierto, te ves bien Crowley — y dicho eso, salió en dirección al auto del demonio.

—Mierda... — dijo para sí mismo.

El demonio dejó el edificio. Era hora.
El trayecto hacia Tadfield fue en total silencio, a excepción de la música que salía del estéreo. Desde hace poco tiempo que Crowley consiguió música apta para el ángel.

—Crowley, esta es la primera vez que vamos a una fiesta así — dijo el ángel con un tono de emoción.

Crowley soltó una risa por lo bajo y dijo:

—Sí ángel, así es

Después, Aziraphale se la pasó hablando acerca de cuán emocionado estaba, puesto que esta vez no tuvo que hacer un milagro para que dos personas que se aman se casaran.

Haciendo que el demonio se preguntase si el ángel estaría así de emocionado si él le pidiera matrimonio.
Sería divertido ver como se preocupa por todas las preparaciones y en lo que más se enfocaría el ángel sería en la comida; seguramente escogería lo mejor para que todos pudiesen disfrutar de ella.

Y sobre todo, el demonio se imaginó bailando con el ángel, una canción lenta, el ángel recargaría su cabeza en el hombro del demonio mientras se dejaba llevar por la música y el movimiento de su pareja.

—¡No! — dijo el demonio sacudiendo su cabeza para sacar esos pensamientos.

"Todavía no debo hacerme ilusiones" se recordó. Si quería que eso pasase, tendría que dar el primer paso.

—Crowley, querido, ¿te encuentras bien? ¿Por qué el grito? — le preguntó Aziraphale preocupado, pensando que tal vez algo de lo que haya dicho causó esa reacción en su amigo.

—¿Qué? No, por nada, me quedé pensando...

—Bueno — contestó el ángel.

Aziraphale vio por la ventana, vaya que las bodas eran celebraciones especiales para los humanos.

"¿Yo podría tener una?"

Su mente comenzó a divagar otra vez, dejando salir aquellos pensamientos que había estado reprimiendo. Sin embargo, el tener al causante de esos pensamientos a su lado, no servía como para calmarse.

El baile esperado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora