Capítulo VII

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[...]

—Ana...— la llamó suavemente a su mejor amiga, quien volteaba a verla.

—¿Qué ocurre _____?

—Puedo... ¿decirte algo?— un poco avergonzada, bajó su cabeza, mientras tomaba el hombro de la de cabellos rosas opacados, guiándose camino a casa.

—Claro, puedes decirme lo que sea— sonrió.

Y el silencio entre ellas reinó. _____ no sabía cómo empezar a decirle lo que tenía en mente. Le daba vergüenza, nunca había hablado de algo así con ella, en realidad, nunca había sentido algo así como para ir a contárselo a alguien.

Tragó un poco de saliva nerviosa.

—¿_____...?

—M-me parece lindo Ren Wu— sonrojada, e intentado esconder una pequeña sonrisa, lo dijo finalmente.

Una orgullosa curva positiva surcó los labios de su amiga.

—No tenías ni que decirlo, se nota a kilómetros— bromeó soltando una risita, cosa que hizo ruborizar aún más a la chica.

—¿En serio? ¿En muy obvio?— preguntaba insegura.

—Tranquila, para nada. Al menos tú si disimulas.

—¿A qué te refieres?

—A él le cuesta disimular.

Sus cejas se alzaron a la par, dándole un expresión de sorpresa. ¿Acaso se refería a lo que tenía en mente?

Sentía su corazón latir a una extraordinaria velocidad, cosa que la ponía aún más nerviosa, con la sola idea que cruzaba por sus pensamientos.

—¿Y que has notado de su parte?— curiosa siguió con el interrogatorio, y un tanto emocionada.

—Ren Wu es severo en realidad, pero cuando está contigo es como si mostrara un lado más tierno.

La chica no tenía o no sabía que decir al respecto. En verdad, ella no le había parecido de esa manera cuando preguntó, la primera vez que se vieron, de quién era.

Una linda y pequeña sonrisa pintó en sus labios, deteniendo su paso.

—¿Pasa algo?— volteando sobre sus talones a verla, la apellidada Mark preguntó.

_____ negó lentamente, mientras que alzaba su cabeza a verla con una linda sonrisa. Sabía a que se refería con una expresión fácil. Soltando un pequeño y divertido suspiro, le volvió a preguntar.

—Y dime, ¿qué te gustó de él?— quería verla sonreír ya que su alegría podía contagiarla fácilmente.

—Me gusta como él no me trata como si fuera algo raro.

Ana se percató de que los ojos de la muchacha se habían humedecido rápidamente, amenazando de soltar algunas lágrimas.

—Tranquila, _____— la abrazó con fuerza, para tranquilizarla. Con suerte, solamente escuchó un solo sollozo de su parte.

Se separaron a los segundos, al tiempo en que la chica que carecía de visión pasaba sus manos por su rostro, limpiando todo rastro de llorar. Soltó un suspiro para sonreír y levantar la cabeza.

—¿Mejor?

—Sí.

—Vamos.

—Esta bien.

Y siguieron caminando.

En lo que quedaba del recorrido para llegar a la casa de la apellidada Hino, ésta se ponía a pensar en cómo sería el encuentro del día siguiente. Que le tendría preparado para que no se aburriera.

Pero, algo en el fondo, la desanimada y era la sola idea de que solo la hiciera sentir mejor, y que él no gustase de ella. Pero si Ana Mark lo decía, debía de ser razón. Tanto ella con Ren Wu Sun, eran como sus ojos.

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Besos ♥

MIS OJOS |Ren Wu Sun y tú|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora