Félix & Bridgette || Avión de Papel

Prologo

"El comienzo"

Cuando era pequeña mi madre siempre me decía que debía ser buena persona y ayudar a aquellos que lo necesitarán. Muchas veces solía salvar a los gatitos en peligro que no lograban bajar de un árbol o a los insectos que quedaban atrapados en la telaraña de una araña y eso era algo que me agradaba hacer, sin embargo aquella vez fue diferente.

Mi madre siempre me llevaba a un parque cercano a casa, recuerdo que tenía cinco años y en mi mente yo era capaz de todo. Esa vez encontré un gato muy pequeño y jugando con el comenzamos a correr, el tiempo paso y con permiso de mi madre lo lleve a casa pues me había encariñado con él.

Una semana había pasado con el mínino. Llendo al parque mi mamá noto avisos que llevaban la foto del gato que cargaba -tenía una mancha en su rostro alrededor de sus ojos que formaba un antifaz- me puse triste pero debía entregarlo.

Era un niño.

Él se encontraba detrás de su madre escondiéndose pero al ver al pequeño minino en mis manos se acercó con la intención de tomarlo, yo no quise entregarlo sin embargo el pequeño gato al verlo salto a sus brazos, él noto mi tristeza y amablemente me sonrió permitiendo que cargará al peludo amiguito.

"No estés triste"
Fue lo qué dijo cuando palmeó con calidez mi cabeza.
Fue algo tierno ya que era una niño tratando de reconfortar a una niña.

Desde ese entonces él y yo nos reuníamos para jugar, pasábamos todo el tiempo juntos, era mi mejor amigo pero un día dejo de venir. Le pregunté a mamá pero siempre decía "ya vendra" ... No lo volví a ver.

Un día me aventuré a pedirle a papá que me llevara a visitarlo. Nos recibió una mujer muy sombría y nos dijo que no se encontraba disponible. Le di una invitación para mi cumpleaños... Cumplía  cinco años, pero no fue.

Fui insistente pero siempre fui rechazada.

Al cumplir los siete años encontré un gato que me recordó a la mascota de aquel niño, trate de cargarlo pero escapo y como de costumbre lo seguí.

Llegué al mismo lugar de hace dos años.

Lo vi entrar por la parte trasera de la casa... El jardín. Me pose frente aquella barda esperando pero desistí al no ver nada pero una voz me obligó a quedarme.

"Moon, ¿dónde estabas"
Escuché y sentí una chispa de esperanza por volver a hablar contigo. Te llamé pero no obtuve respuesta... Nuevamente sentí tristeza.

Antes de marcharme algo golpeó mi cabeza, era una bola de papel.
"No puedo gritar, me castigarán si lo hago" decía. Una risa leve escapo de mis labios.

Apresurada tome un cuaderno pequeño que solía llevar conmigo a todas partes y escribí...

Enseguida recibí respuesta.

Mi madre me contó que cuándo me descubrió ella misma me llevaba a dejar una carta todos los días a la misma hora y yo recibía una igual, me dijo que le parecía curioso que solo arrugara aquella hoja y la lanzará al otro lado de la barda.

"Esa hoja lleva consigo tus sentimientos y aventuras, trátala mejor" me dijo una vez.

Él siempre me contaba en aquellas cartas que deseaba ser libre y poder salir a jugar conmigo.

Comencé a lanzar aviones de papel.

Esto solo duro dos años pues nos mudamos -salimos del país- no logre despedirme de él y eso es algo que me obligó a llevar conmigo el remordimiento.
Me pregunto como se encontrarán o si me recordará.

He guardado un avión de papel día con día contándole todo lo que e vivido hasta ahora y espero pronto poder hacer que lleguen a él.