Era uno de los muchos ensayos que la profesora McGonagall había programado, y a estas alturas ya todos los alumnos debían tener pareja, no había excepciones.
Todas las personas en ese salón tenían con quien ir, incluso Neville, y no, Neville no tenía nada de malo era sólo que esa parte introvertida de él te haría pensar que sería de los últimos en conseguir.
Tú, _____ Diggory habías estado convencida de que Harry Potter te invitaría al baile, él había prometido llevarte a uno cuando se enteró que habías sido bailarina hace años; haciendote prometer que lo enseñarías a bailar y esa promesa se encontraba aún presente en tu cabeza.Llevaban años siendo amigos y tú estabas secretamente enamorada de él... Así que habías rechazado unas cuantas ofertas esperando a que el ojiverde te lo pidiera, pero cuando te enteraste de que Cho Chang había aceptado ir con Harry puesto que él se lo había pedido, no tuviste más opción que asistir con tu hermano, pues ambos habían tardado en conseguir pareja.
—Vamos, _____.
—No Cedric, de verdad. No me apetece bailar y mucho menos con mi hermano.
—¿Sabes cuántas chicas desearían ser tú, chicle?— Se burló Cedric de su hermana menor, la cual se encontraba sentada con un libro en el regazo.
—Si supieran que aún te sacas los mocos, tu encanto se desvanecería Diggory.
—Cállate _____, si la profesora nos ve sentados se enojará bastante. Debo ensayar para la entrada especial.
Tu hermano era seleccionado para ese patético torneo y tu familia estaba llena de orgullo, tras los resultado con la primera prueba y los dragones tú sólo rezabas a Merlín para que saliera intacto, habías leído sobre los posibles riesgos de las próximas pruebas, y con todo ese conocimiento sólo sentías cierta apatía por todo lo relacionado al torneo.
—Ver a Cho dando vueltas me hace querer vomitar.— Mencionaste amargada mientras la chica daba giros en medio del salón de la mano de Harry.
—Vamos chicle, es tu futura cuñada... No puedes odiarla.
—¡Un balde para tu baba, por Merlín!, no, prefiero que lleves a un hipogrifo a la casa antes que a la escurridiza de Cho, además se negó a ir contigo Cedric, superala.
—Se negó porque ya le había dicho que sí a Harry. Estoy seguro de que si lo hubiera dicho prim...— La antes mencionada había chocado con tu mellizo.
—Lo siento mucho, Cedric... Aún estoy tratando de dominar ese giro.—Sonrió tontamente mientras se ponía el pelo tras la oreja.
—No pasa nada... Cho.— Suspiró el castaño al decir su nombre.
Ella sólo le sonrió y regresó a donde Harry estaba, mientras que tú rodabas los ojos y refunfuñabas.
—Li sienti muchi, ay sí como no.— Imitaste.
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Caminabas por los pasillos rumbo a tu clase de encantamiento, cuando una figura masculina tropezó contigo.
—Ten más cuidado, bobo.— Rugiste mientras recogías tus libros.
—Lo siento _____.
Casi te atragantas con tu baba cuando te diste cuenta de que Harry era quien había ocasionado el accidente.
Desde la invitación de Harry a Cho te habías estado escondiendo de tu amigo de lentes, inmaduro lo sabías, pero te dolía haber caído en la ilusión.—_____, ¿está todo bien?
—S-sí, todo está perfecto y-yo ya me tengo que ir porque... Porque mi hermano... ¡Mi hermano me está buscando!, adiós Harry.— Pero la mano del ojiverde tomo tu brazo y no pudiste salir corriendo.