Sueños de papel ☁️

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Una vez estamos aquí, ya no hay vuelta atrás.

La mente se estimula a cada hora.

Nunca puedes evitar que tu cerebro trabaje. Aunque sea incesante y molesto. No puedes pararlo.

Hay quienes tienen fuerza de voluntad para cumplir todo lo que el cerebro le propone, no se dejan derrumbar.

Y entre esas personas estoy yo.

Un chico sin motivo aparente para existir. Pero que aún así se esmera en darlo todo, ya sea en la pequeñez tan insignificante como observar algo a la distancia. Valorarse a si mismo, en eso creo yo. Y qué también todos debemos  aprovechar la vida que tenemos al máximo.

Y estoy dispuesto a mostrarle la versión más brillante de la vida a quienes no la aprecian. No necesitan ver lo que es invisible ante sus ojos, sino, tal vez, soñarlo.

Soñar.

Lo que nos mueve día a día. Algo que tratamos de alcanzar. Muchas de esas cosas son imposibles; pero también hay muchas otra que se pueden realizar.

Inutilidad. ¿Qué significa esa palabra? Hay personas que dicen que se identifican con ella. ¿Por qué? ¿Quién eres tu para autovalorarte de esa manera? Apreciate un poco. Y a las personas que se esfuerzan por mirarte a los ojos. Tal vez duela no poder hacer algo bien.

En la vida siempre va a haber caídas, huecos, escombros y demás, ya sea materiales o emocionales. No se pierde nada con solo intentar hacer un esfuerzo por mejorar o avanzar.

Cierta persona alguna vez me hizo dudar de mis pensamientos. Una persona como cualquiera, única. Porque todos somos únicos e irreemplazables, para bien o para mal.

Una persona de la que terminé enamorándome. De su linda sonrisa, esos ojos avellana y de su tan característica personalidad que me hacía soltar tantas carcajadas. Me dolió el hecho de que no iba a poder verlo nunca más. Se había esfumado y ya nunca volvería; por mas que soñase que reapareciera en mi vida, sin importar si somos desconocidos o no.

Su olor a alcohol desinfectante y sake me acompaña en lo más profundo de mi memorias. Cicatrices que luego de mucho tiempo florecieron y me dejaron disfrutar de nuevo, como él quería. Su sueño.

Alguna vez me lo contó. Y por más que rogué que no ocurriera, terminé por volverlo real. Pero ya no me arrepiento.

— Oye, Chuuya.

Sus bellos ojos me miraban con melancolía, mostrando la tristeza que se cernía en ellos. Sus orbes tan hermosos y perfectos.

— Dime.

— ¿Me puedes prometer una cosa?

Yo extrañado y cautivado por el repentino cambio de rumbo de la conversación, que habíamos estado llevando desde los últimos veinte minutos, solo asentí con la cabeza. Minutos llenos de alegría y que atesoro con mi alma entera al día de hoy.

— Prometeme que cumplirás mi sueño.

— Pero Dazai, nunca me has contado tu sueño.

El soltó una leve risa con su armoniosa voz.

— Mi sueño... mi sueño es que seas feliz sin mi... deseo que tú... te permitas olvidarme — su voz falló y con sus ojos humedecidos por las lágrimas que estaba a punto de derramar, prosiguió.— me arrepiento de no poder estar más contigo, a pesar de que arruiné tus días de felicidad. Yo jamás...

Sin importarme lo mucho que estaba llorando y tartamudeando para terminar la oración, lo abracé. Pero lo abracé como nunca jamás en mi vida abracé a alguien más. Un cálido abrazo que buscaba la tranquilidad que le proporcionara el chico un poco de calma, a pesar de que yo también quería llorar. Sentí su cuerpo temblar en mis brazos y como se aferró a mi camisa buscando consuelo. Acaricié su suave cabello castaño, lo tomé de la barbilla y le exigí que me mirara a los ojos.

— Olvidarte, jamás. — dije fríamente para después poner el mismo tono de siempre.— Pero si siendo feliz puedo ponerte contento... entonces seré la persona más feliz del mundo. — lo tomé de las manos cerré los ojos y suspiré.— solamente por tí, podría incluso surcar los cielos.

— Yo sé que siempre tu sueño ha sido volar.

— Te equivocas.

— ¿Eh?

Abrí los ojos y sonreí ampliamente.

— Tú eres mi sueño.

Noté como sus mejillas se tornaban de un tono carmín que se me hacía de lo más tierno y hermoso que haya visto en mi vida. No quiero dejar de ver su sonrisa, sus sonrojos, sus pucheros, todo de él es demasiado bueno para durar.

Y no me equivoqué.

Esa noche la pasé a su lado como lo habiamos hecho muchas veces antes. Solo que esta vez, sería la última.

Cuando me pidió poder dormir, lo negué rotundamente. No quería despedirme aún. Pero ya estaba muy cansado. Habiamos estado horas y horas hablando, riendo, llorando.

Pero fue ahí cuando me miró a los ojos, con ese brillo único que los hace especiales para mí, me sonrío una vez más. Y cerró los ojos para ya no volver a abrirlos. Lo último que escuché de su parte fue:

— Se feliz por mí, Chuuya.

Sus manos pálidas y frías se soltaron del agarre de las mías. Estaba destruido. Largué el llanto que había estado guardando desde que me dieron esa noticia. La noticia. La noticia que de sus últimos días estaban llegando. Por una maldita enfermedad mortal que lo atacó. Justo a él. "¿Por qué no a mí?" Pensé en ese momento.

Viví cada día esperando a que no fuera el último. Quería verlo a todas horas, revivir cada maldito segundo vivido a su lado.

Dejó este mundo encargándome su sueño. La única persona a qué podía contárselo. A la única persona que podía cumplirlo. Y yo me esmero para cumplirlo con todas mis fuerzas, porque él se lo merecería.

Porque los sueños no siempre se cumplen. Los sueños son como las hojas.

Como un papel puede ser reescrito.

Otro puede descartarse.

Uno puede convertirse en un avión de papel y volar.

Y otro puede ser ideal.

Ideal, como lo fue y seguirá siendo en mi corazón.

Y por eso mismo que los sueños de papel, merecer ser concebidos.

Holaaa, no lo reeleré porque me voy a arrepentir de haberlo publicado j a j a 🔫 De hecho, este es el primer one-shot que me gusta lo suficiente como para publicarlo ;;; — ;;;

Quería escribir algo profundo y triste (?) pero me salió esto :(.
Pero bueno, gracias por leer este intento de One-Shot🌸💕 ♡  ¡Hasta la próxima!

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