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PDV DE UNA CHICA EN LA NOCHE
Pasado
(2 años y 2 meses antes)
La noche con su penumbra le otorga la frialdad a las calles de aquella gran ciudad. Los faroles color naranja concedían la poca luz en medio de la oscuridad para iluminar los pasos de aquellos transeúntes que ya sean por comodidad, encanto o por no tener más opciones pasan presurosos por llegar a su destino. Sus corazones son obligados a bombear con el compás de las cortas y rápidas pisadas de la carrera, y así mismo el propio miedo a la noche que les rodea convierte el compás calmado a rápido para evitar aquellos monstruos capaces de ocultarse en las tiniebla para herirles o peligrar su cotianidad.
¿Es racional aquel miedo? Los engendros a los que tanto temen podrían no estar usando la noche ni las sombras para ocultarse y tomarlos desprevenidos. Como todas las veces anteriores me encontraba sobre el tejado de algún edificio observando las calles con serenidad en completo silencio, que ocasionalmente solo era roto por los suspiros ligeros del viento pasando en la cornisa. Su aprensión era incomprensible para mí, al igual de aquellos pensamientos ciegos que a todos los humanos invadían, porque creían en fantasmas y monstruos que no existían en ese instante de sus vidas. ¿Pero no eran capaces de pensar o si quiera imaginar que todos aquellos que les rodeaban eran personas falsas con máscaras puestas día y noche, que esos eran los verdaderos fenómenos a temer?
¿No se les ocurría que aquella dulce mujer con la que salían en ese momento meses después podría engañarlos con algún familiar o conocido; Qué aquel hombre tan servicial y amable podría ser realmente un acosador web, el cual insultaba y molestaba a todas las chicas que no deseaban hablar con él por chat; Que la hija, hermana, sobrina, nieta perfecta de la que tan orgullosos podrían estar, la mejor de la clase y la más dulce que jamás habían conocido podría ser realmente aquella que protagonizaría la masacre en su escuela o trabajo; Realmente tales posibilidades no podían pasar por sus mentes?
Eran un grave error, esa ilusión de un mundo bueno y sin vestigios de la maldad eran un grave error. Yo era presencia de eso, siempre observando como todos los males eran protagonizados por los mismos humanos de los que jamás se podría pensar que serían capaces. Al principio eran escalofriante, podría decirse que me generaban lastima por aquellos a los que desalmados egoístas cavilando solo en sus necesidades y lamentos propios decidían tomar la decisión de él y arrebatar por si solos la vida, de alguien más.
Como no entendía bien nada sobre el mundo humano no interfería, aún un poco después de entenderlo seguía manteniéndome distante de aquellos actos pues al comprenderlos supe que los sentimientos dentro de cada uno eran los desatores de aquellas tragedias. El amor, el rencor, la ira, la soledad, incluso la falta de sentimiento alguno podría ser el causante de tales decisiones.
Pero esa noche vi algo nuevo. Algo aparte de los mismos humanos que usando la oscuridad a su favor secuestraban o asesinaban a su víctima aleatoria. Recabando en aquellos pensamientos miré como unas piernas totalmente blancas como el papel salían de entre la oscuridad de uno de los callejones cercanos al edificio donde estaba. Su melena blanca ondulaba con suma ligereza sobre los hombros blancos perdiéndose por el color, aquella figura cargaba un mazo muy grande que desde esa distancia dejaba notar lo pesado que podría llegar a ser junto un mango largo color negro de donde lo sostenía. Desde la posición donde me encontraba sentada me era incapaz de observar su rostro pero estoy que no pierdo nada asegurando que era blanco como el resto de su cuerpo. Botas montañeras color marrón oscuro cubrían sus pies desde la punta hasta la pantorrilla donde continuaban unas medias negras hasta mediados de la rodilla. Usaba un short color negro de tela gruesa desde mediado de muslo sujeto a la cadera con un cinto azul oscuro, una camiseta gris era lo que cubría su torso tomando de perfecta ondulación las curvas en su cadera y pechos dejando claro que era una mujer.
Una mujer cargando un mazo tan grande y pesado como el que cargaba con aquella piel totalmente blanca junto a una cabellera blanca, la propia atmosfera que dejaba atrás y la cual podía llegar a sentir con más debilidad hasta donde me encontraba me dejó saber que no debía ser una mujer humana. Como era usual, la curiosidad invadió mi cuerpo dándome impulso a levantarme del improvisado asiento y corrí a las escaleras comenzando a bajarlas. Deseaba seguirla, ver que hacía, porque estaba en la ciudad a esas horas, saber quién era, ver su rostro. Aquellos pensamientos eran los que me impulsaban a bajar lo más rápido que podía las escaleras de emergencia del edificio para llegar a donde aquella albina se encontraba, corría el riesgo de perderle de vista pero sin el conocimiento total de mis poderes en mí era lo único que podía hacer.
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Almas en Tormento - Libro 2
FantasyTodas las almas viven y mueren, algunas más rapido que otras. Y unas pocas son arrebatadas de sus vidas. Yo arrebato las almas, yo y mis cadenas somos los culpables de que unas almas mueran antes de tiempo. Puede ser un poco desgraciado, pero la ve...