Destiel One Shot (colección Canon divergente)

Un Favor Con Plumas

Castiel se movía un poco incómodo en su asiento.  Dean y él acababan de capturar a Raphael y ahora regresaban a casa a bordo del Impala. Pero algo lo estaba molestando. Dean lo notó.

-¿Qué pasa, Cas?

Castiel le ofreció una mirada rápida. Luego volvió a mover la espalda.

-Me duele… hay pedazos de vidrio en mis alas…- comentó Castiel, como si eso fuera lo más común en el mundo.

-¿Vidrio? ¿¿¿Cómo??? ¿En tus alas entre ... entre las plumas?- preguntó Dean, tratando de entender todas esas "cosas de ángel". Castiel gruñó.

-Sí ... como entre las plumas Dean, porque las alas tienen plumas- Respondió de mal humor.

-¿Cuándo pasó eso?

-¿Recuerdas que Rafael hizo explotar las ventanas?- explicó Castiel. Dean asintió.

-Como un maldito mago hijo de perra- respondió. Castiel volvió a mover la espalda con dolor.

-Bueno, te cubrí con mis alas- afirmó Castiel, dando un nuevo gruñido.

Dean se sorprendió con esa confesión, miró a Castiel sin saber qué decir. ¿El ángel lo había protegido con sus alas? Le encantaría haberlas visto curbriébdolo... no podía creer algo tan lindo. Nadie había hecho ese tipo de cosas por él. Castiel no solo se rebeló contra el cielo por Deab, sino que ... usó sus alas para protegerlo. Eso era ... eso era realmente ... inesperado. Dean sintió que su corazón dio un salto en su pecho, y tosió nervioso, Castiel lo miró.

-Eso es Ahm ...- trató de definir rl cazador, Cas frunció el ceño.

-Necesito que me ayudes a limpiar mis alas, Dean. Es una situación muy dolorosa para mí- pidió Castiel, y Dean tuvo que detener de golpe.

-¿Qué es lo que acabas de decir?- Quiso saber el cazador, sonrojándose furiosamente.

-Lo siento, nunca pensé que tenía que pedirte esto. Pero... no hay nadie más y ... realmente me duele- Gruñó de nuevo el ángel, moviendo su espalda.

Dean no sabía por qué se sentía emocionado por eso. Tragó con dificultad y arrancó a Baby para salir a la carretera de nuevo:

-O ... ok Cas ... lo haremos en el próximo motel, ¿de acuerdo? Te ayudaré ... eres así por protegerme de todos modos, así que ... - Dean atinó a decir.

-Gracias, Dean. Un motel es una buena idea, porque mostrar mis alas es algo muy íntimo para un ángel, así como pedirle a alguien más que las limpie.- Castiel estaba diciendo esto con una cara tan seria que Dean no podía creer lo que escuchaban sus oídos ... ¿Intimo? Oh ... esa era una palabra muy inesperada para usar para esto. Ahora estaba más nervioso que nunca.

Llegaron al motel, y Castiel no perdió más tiempo, se quitó la gabardina, luego el saco y la corbata, seguido de la camisa.

Dean se quedó paralizado en la esquina, con la boca abierta, contemplando el sensual streaptease por parte de Castiel. Sabía que su rostro debía ser una mezcla de idiota con cachondez, así que trató de controlarse mirando hacia otro lado.

-Estoy listo, Dean- Anunció el ángel, sentado en la cama. Dean tragó y caminó lentamente hacia él.

-O ... ok, ¿qué debería ...?

Pero fue interrumpido por el despliegue de dos hermosas y negras alas. Dean quedó asombrado. No podía creer lo que veían sus ojos. Tan hermosas. Pero luego vio la expresión facial dolorosa de Castiel, y sintió que necesitaba ayudarlo a sentirse mejor.

-Guíame.- le pidió. Castiel asintió.

-Solo ... pon tus manos sobre mis plumas y busca los trozos ... por favor- Dijo Castiel. Dean se acercó a él y comenzó a tocar las plumas. Se sentían gloriosamente suaves, y Dean quería dejarse abrazar por esas dos alas. Estaba pensando en eso, cuando encontró el primer trozo de vidrio. Sintió a Cas gemir.

-Ahí ... eso es ... ese me dolía mucho. Susurró el ángel, y movió la espalda instintivamente.

Dean no podía dejar de pensar que aquello se sentía extremadamente hot.

-Me alegro que te haya gustado, Cas ... voy a seguir ...- dijo Dean, y Cas gimió de nuevo. ¡Mierda! ¿Que demonios? ¿Estaba disfrutando esto? ¡Eso no era justo!

Dean tomó trozo por trozo, escuchando cómo Castiel parecía tener un orgasmo cada vez que acariciaba sus plumas… realmente se sentía muy pervertido.

-Creo que hemos terminado- Dean dijo, con un deje de desilusión, quizás le hubiese gustado seguir acariciando esas alas y escuchando a Castiel gemir cachondo.

Cas giró un poco la cabeza para observar a Dean por el rabillo del ojo.

-¿Puedes masajearme?- le preguntó, casi en un susurro. Dean tragó de nuevo, sus ojos se abrieron con asombro.

-¿Masajearte?- preguntó entonces, porque no podía creer que Castiel le estuviera pidiendo esa clase de cosas. Cas asintió, sonrojándose.

Ok… en algún lado Dean estaba seguro de que alguna sirena chillona debía estar anunciando un alerta roja enorme. Y ese lugar era la cabeza de Dean. Tal vez Castiel sí había entendido la referencia de Thelma y Louise ... o el comentario de Bert y Ernie que él le había hecho más temprano. Dean negó con la cabeza y presionó sus dedos lentamente en la piel cálida de Castiel en su espalda.

Castiel estaba haciendo ruidos ilegales…. La polla de Dean estaba a punto de levantarse como el sol en la mañana.

-Rayos, Cas ... te gusta esta mierda, ¿no?- preguntó Dean acercándose a su espalda y hablando a los oídos de Castiel. Cas estaba temblando de placer.

-Por favor, no pares…”-dijo gimiendo.

-Oh ... créeme que no lo haré ...- se rió Dean. Pero de repente, Castiel lo atacó, y ambos cayeron sobre la cama. El ángel encima de él. Respirando pesadamente. Dean estaba atrapado bajo sus fortalezas. La mirada era intensa.

-¿Hice algo mal?- Preguntó Dean.

Cas negó con la cabeza.

-No.- Dijo:-Hiciste todo muy, muy bien…- sonrió Castiel, abrazándolo con cariño y cubriéndolo con sus alas.

-¿Que esta pasando?- quiso saber Dean. Todo se sintía muy cálido y abrumador. Cerró los ojos disfrutándolo.

-Nada ...- susurró Cas: -Quédate quieto un rato ...

Dean sonrió, y lo abrazó también.

-Hoy estás muy demandante- le dijo el cazador, y ambos se quedaron un largo rato disfrutando de ese abrazo.