—Vamos Jenn es hora del show.— Replicó la pelirroja con las manos en la cintura viendo hacia su compañera atarse las ultimas prendas.
—"Hora del show", ¿No hay otra cosa que pueda hacer?— Bufaste inspeccionando los detalles de la vestimenta.
—Sabes que no nena.— Te recordó ahora con sus manos cruzadas y viendo con lástima.
—Odio esto.
—Lo sé, pero sabes tus razones, ¿No?— Dio una pausa, sólo asentiste desganada, de nuevo escuchabas su típico monólogo de siempre. —Además lo único que harás será presentarte como todos los días y ya. Jordan no te obligará hacer lo que todas las demás hacemos.
—Ya sé. Pero quiero terminar con esto.
—Y así se hará.— Te tomó de los hombros y acomodó tu rostro en sus manos. —Verás que si. Pronto irás a la escuela y terminarás la universidad. Pero ahora ve empezar tu show sino quieres que te descuenten.
Dio una palmadita de aliento en tu trasero ocasionándote una risa, negaste ante lo que hizo y volviste asentir con pereza, realmente odiabas el trabajo, pero era lo único que había.
No podías quejarte era cierto que no hacías nada más que bailar ante muchos hombres cada noche y no estar con alguno más de la cuenta, aunque obviamente tenías esa opción también. De todos modos siempre se presentaba una repugnancia para lo que se hacían en los cuartos disponibles al caminar cuando regresabas de tu show.
***
—¡Jenn eso estuvo genial!— Animó la pelirroja dándote una botella de agua.
—¿En serio?— Dijiste rondando los ojos.
—Oh vamos, deberías de estar orgullosa. Te aman allá afuera.
—No.— Negaste rápidamente. —Sabes lo que pienso.
—Por favor, ¿Viste al rubio de enfrente? No te quitaba los ojos de encima.— La viste obvia a la vez que te quitabas los zapatos, pero continuó dudosa. —Bueno por lo menos te miraba diferente.
—Ya dije que no, además...
El sonido de una bocina cortó las palabras, suspiraste aliviada con una mezcla de amor para asomarte a la ventana más cercana.
Tus ojos fueron directo a Daryl, sobre la calle principal donde estaba apoyado en su moto con una de sus manos en los bolsillos de la chaqueta de cuero, fumando, expulsando humo y viendo a la nada en dirección a la puerta.
Reíste ante su distracción, creías que era gracioso que estuviera esperándote ahí cuando claramente le habías mencionado por donde era tu salida de siempre.
—Ya. Creo que aún sigues con el mugroso.— Habló la mayor asomándose al igual que tu.
—Oye.— Replicaste con gracia dándole una golpecito a tu amiga. —No es mugroso.
—Aja.— Dijo con sarcasmo. —No me mentirás si te digo que siempre lo veo con el mismo chaleco de cuero y aquella camisa negra.
—Bueno no. Pero se ve...
—Se ve sexy, ya sé.— Canturreó imitándote con la voz exageradamente chillona.
Te quitaste de la ventana, apresurándote a cambiar tu vestimenta aventando tus cosas a la pequeña maleta que llevabas sin darle ningún orden.
Tu amiga solo te quedaba viendo con gracia, en cómo la apuración yacía sobre ti.
—Relájate puede esperar más. Tu cazador no se irá.
—Ya sé, pero no me gusta tener que hacerlo esperar.
—Aún no entiendo porqué estas con él, es decir. Tu eres tú, y él es... Él.
—¿A que viene todo eso?— Preguntaste mirándola.
—Nena, tu puedes ser alegre, divertida, incluso amorosa con tus seres queridos, eres bellísima. No comprendo cómo estás con él. Quiero decir que él es como un tempano de hielo, jamás he visto un afecto hacia ti. Dime, ¿Al menos es bueno en la cama?
Una risa nerviosa se escapó de tus labios negando nuevamente. Era gracioso como tu amiga te preguntaba ese tipo de cosas pero entendías que se preocupaba por ti, sobre todo porque estando sola ella era la que te acogió desde el principio, la que sabía tu historia de principio a fin y agredecias eso. Pero realmente no conocía a Daryl como tú.
—No sé, aún...
—Oh por favor, cariño no me vengas con ese cuento otra vez.— Trató de interrumpir pero al ver tu cara apenas pudo creer que hablabas en serio. —¿De verdad?
—Yo... Más bien es una sorpresa.
—Dime por Odín que no vas hacerlo con él en su cumpleaños.— Puso su mano en la frente.
—Vamos, ¿La idea no es genial?
—¡Si, es genial!— Fingió entusiasmo. —Pero para dos adolescentes de secundaria calientes.
Sin prestar más atención guardaste tus últimas cosas, para ir a despedirte de tu amiga con un beso. Pero te detuvo tomandote de los hombros.
Era obvio sabías que podías confiar en Daryl, estabas segura que lo amabas y el a ti. No había nada de que preocuparse.
—¿Estás segura de que todo lo que haces por él vale la pena.
—Claro que si.— Declaraste sonriendo. —Créeme si lo conocieras mejor te caería bien. Él no es como lo aparenta.— Te apartarse para ir a la puerta, mientras tu amiga te veía retirarte.
—Eso espero.
—Lo que te puedo decir. Es que Daryl es una de las cosas más buenas de este mundo.
***
—Asi que. 40, ¿eh?
—Mmh.— Creó un sonido gutural confirmando, mientras acariciaba tu cabello. Miraste hacia arriba encontrándote con sus ojos azules y sólo miraste su rostro.
Te acercaste a él hasta juntar sus labios y sentir varias emociones dentro tuyo, una de ellas amor y felicidad.
—¿Cómo te sientes por el día de mañana?
—¿Sinceramente?— Asentiste. —Igual. Creo que es lo mismo y no hay nada de especial.
—Oh. ¿No estás feliz por ello?
—Sabes lo que hablo Jenn. No espero nada más que un día normal.— Dió un suspiro mientras acariciabas su pecho. —Me conoces, lo único que quiero hacer es aprovechar más el rato contigo hasta donde pueda.
—Yo también. Pero, ¿sabes una cosa?
—¿Qué?
—Rosaline dice que eres muy gruñón, claramente para mí lo eres pero es lo que más me gusta de ti.
—No la culpo por pensar eso.— Se abrazó más a ti poniendo su mentón en tu coronilla.
—Nah. Lo único que ella necesita es conocerte más y así sabrá el tipo de persona que en realidad eres.
—Supongo.— Dió un suspiro desganado, sabías cómo se sentía al respecto al ser juzgado por apariencias y no por sentimiento, lo único que tenías en mente era arreglar esa parte para que se sintiera feliz y en paz.
***
—Globos, pastel, que más, qué más... — Picoteaste el lapicero contra la cabeza tratando de recordar alguna que otra cosa. —¡Ah su obsequio!
—¿Estas segura que es buena idea?, Pensé que él no quería nada de esto.
—Ese hombre no sabe lo que quiere. ¿Cómo va saberlo sin tener una fiesta de cumpleaños hasta hoy?
—Pues siento que no le va gustar y pierdes tu tiempo.
—Vamos Ros, va ser divertido. Además tenía la idea de que no tan eras aguafiestas.— Dijiste acomodando la caja en tu auto.
—No lo soy. Pero esto se me hace inservible.
—Ya deja de hablar y mejor vete a cambiar. Te quiero presentable, nada de tus sorpresitas como el día la despedida de soltera de Sara.— Advertirte graciosa logrando que tu amiga rodara los ojos recordando esa embarazosa noche.
—No lo haré.
—Hasta entonces.— Subiste a tu coche comenzando arrancar y manejar hasta que tu amiga te perdió de vista.
—Hasta entonces.
***
Estacionaste tu auto hasta la entrada de la cabaña. Era tarde así que Daryl no tardaría en llegar del trabajo. Sin pensarlo más te adentraste para comenzar a preparar la sorpresa de una vez.
No escuchaste nada más que ruidos extraños, aunque a veces era costumbre oír ese tipo de cosas a causa de tu cuñado Merle. Pero hoy tendría que abtenerse contra sus locos impulsos por el cumpleaños del menor de los Dixon.
Bufaste dejando las cosas en el comedor, quisiste ir directo a su habitación para interrumpirle, pero te detuviste antes de cruzar la sala sin siquiera llegar a tu destino.
Ojalá hubiera sido Merle el que se revolcaba en uno de los sillones con otra mujer, la respiración se cortó de un momento a otro y sólo pudiste sentir tus lágrimas cuando relamiste los labios al sentir su sabor salado.
No podías expresar palabra alguna. Pero cuando tus ojos ya no podían soportar ver más sólo fuiste hacia ellos quitando el cuerpo de la mujer encima suyo.
—¡¿Qué es esto?!, ¡¿Qué mierda es esto?!
Daryl no pudo reaccionar hasta escuchar tus gritos y verte de frente, tapó su cuerpo como si se protegiera, de hecho tampoco había notado tu presencia hasta encontrarlos ahí.
—¿Qué es esto?— Sólo salió un hilo de voz, tu rostro dolía por la expresión. Los ojos de Daryl mostraron miedo y preocupación al verte, sus labios se abrían y cerraban tratando de hablar pero nada salía.
Viste a la mujer desnuda tirada en el piso, negaste derramando más lágrimas para salir corriendo.
Tan sólo escapaste, esa horrible imagen volvía a tu mente logrando que tu corazón se apretara. Ni siquiera veías hacia donde ibas, sólo querías alejarte de ahí lo más pronto posible aunque una mano te paró para dar el siguiente paso.
—Jenn...
—¡Suéltame!— Zarandeaste su mano hasta quitarlo. Quiso acercarse una vez más pero retrocediste.
—Jen, déjame expli...
—No.— Cortaste bruscamente. —No quiero eso.
—Tendrás que.
—Ya te dije que no quiero.— Diste la vuelta una vez más pero notaste su mano, reaccionaste antes evitandola a toda costa para que no te tocase.
—Lo haré.
Te paraste a escucharlo, Daryl no te miraba a los ojos. Sólo supiraste y lo viste con más lágrimas nubladoras.
—No quiero escuchar.
—Ella es Anna. La menor de los Blint...
La menor de los Blint, aquella niña de familia millonaria con estudios que siempre iba al taller para arreglar su moto, bonita e incluso presumida que no hacía nada más que humillar a los demás, parecía una cliente más, jamás habías sospechado de ella hasta ahora.
—Pero no entiendo.— Hablaste. —No me dijiste nada, lo hubiera comprendido.
—¿En serio?— Pregunta cínico. —Mierda, no vengas con eso Jenn, te conozco a la perfección.
—Pero jamás te negaría nada.— Suspiraste adolorida. —Sea lo que sea, con quién sea.
—Mmh.— Gruñó dándote la espalda sin poder crees en tus palabras.
—No comprendo.— Pusiste las manos en tu cabeza. —¿Porqué ella?
—Porque es buena para mí.
Ahí entendías todo, hicieras lo que hicieras para superarte como persona o trabajo no valía nada para él, porque siempre iba a preferir a esa niña "educada" antes que tú.
Ya no importaba todo lo demás, ¿Para qué? De todos modos tu vida solo se trataba de malas sorpresas.Le voy hacer como mis amigas las autoras. 20 votos y seguimos.
Aunque me estoy arrepintiendome de subir estás cosas, pienso que a nadie le gustan. Pero adoro escribir así que...
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ONE SHOTS (D.D.)
FanfictionHistorias cortas, largas de Daryl Dixon y The Walking Dead.