0.5 - No me enojo, me enojo

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Capítulo 5

POV de Paul

Vale ... así que Leah quería jugar duro para conseguirlo. Entiendo. Me lo entregó y ahora quiere ser distante y malintencionada ... bueno, más malvada, al menos para mí.
Realmente nunca me he enamorado de Leah. Sí, SIEMPRE pensé que era sexy. Y fantaseaba unas cuantas veces con follarla, pero una vez que lo habíamos hecho ... no podía dejar de pensar en hacerlo otra vez. Y otra vez. Y otra vez. Y bueno, lo entiendes. Yo estaba como adicta a ella o algo así.
Pensé en ella más la noche que tuvimos sexo que en los últimos cuatro años juntos. Primero, recordé cada detalle de nuestra primera vez juntos. Luego volví a jugar en mi cabeza, pensando en lo que cambiaría si tuviera otra oportunidad. La tocaría más, no solo le arrancaría los sesos. La besaría más y saborearía el sabor para recordar mejor más tarde. La dejé tomar el control y la probaría. La complacería mejor que antes.
Así que ahora había hecho eso. Me había bajado sobre ella, ella había caído sobre mí. Sentí sus pechos y le lamí la piel. La besé y dejé que me montara. Y yo estaba más que satisfecho. Y ahora no estaba.
Ella me había echado de su casa menos de tres minutos después de que termináramos, quejándose de que su madre llegaría pronto a casa o que alguien podría detenerse y olerlo. De hecho, me había ido sin discutir por una vez, porque parecía estar realmente preocupada. Pero no dos horas después, aquí estaba yo, sin saber qué hacer conmigo mismo.
Así que volví. Ella había dicho que alguien podía pasar por allí ... alguien de la manada, y sabrían al instante si entraban en su habitación. Sobre todo, estaba preocupada por Seth. Así que si los miembros del paquete pasan todo el tiempo, ¿por qué no yo?
El auto de mierda de Jacob estaba en el camino de entrada e inmediatamente me pregunté qué demonios quería. Llamando a la puerta, oí a Seth llamarme para que entrara y empujé la puerta para abrirla.—¡En la sala de estar!—Llamó, así que caminé alrededor de la mesa de la cocina y entré en el salón. Seth estaba jugando contra Quil en algún juego y Jacob estaba sentado junto a Quil, esperando un turno.
Miré hacia la silla, donde la cabeza de Leah estaba apartada de mí y luego vi a Embry. Debajo de ella Gruñí y Leah se giró al instante.
Sus mejillas se pusieron rosadas y se enderezó un poco, no bajándose de su regazo, pero tampoco se veía tan cómoda.

—Sup, ¿Paul?—Preguntó Jake

Asentí con la cabeza y aparté la mirada de Leah para mirar por encima.—¿Hola chicos, que hay?—

—Nada. Jugando Black Ops. ¿Quieres un turno?—

—Nah..—Contesté, mirando de nuevo a Leah. Estaba considerando seriamente romper el rostro de Embry. Pero Leah se levantó de repente y comenzó a maniobrar a mi alrededor como si intentara salir del salón sin tener que tocarme.—¿A dónde vas?—Le pregunté sin cautela.

— A mi cuarto...—dijo en voz baja antes de pasar a mi lado y subir los escalones. Quería arrancarme el brazo traidor para que me estremeciera cuando me tocaba. Quería retorcerle el cuello. ¡Quería besar su cuello y joder!

—Me tengo que ir...—Murmuré, pisando de nuevo afuera. Mi columna vertebral estaba hormigueando con el impulso de la fase, pero luché contra ella, apretando los dientes y apretando los puños lentamente.

—¿Qué pasa?—Preguntó Jake, saliendo y cerrando la puerta detrás de él.—Parecías muy molesto—

Gruñí—¿Molesto? No me enojo. Me enojo. Y en este momento ... estoy jodidamente enojado—

Levantó las manos como si se rindiera.—Está bien, está bien. Estás cabreado. ¿Por qué te molestas?—
Gruñí de nuevo, sabiendo que todo lo que tenía con Leah sería destruido si se lo contaba a alguien. Otra razón por la que me molestó. ¿Qué pasó con todo el secreto? —No conozco a un hombre. Solo de mal humor. Y Leah todavía está enojada. Ella sigue dándome estas miradas y si no era una niña ...—
Jake se echó a reír, así que supe que él se lo estaba tragando. —Cuando no estás soñando despierto con hacerla, estás soñando con matarla—
La manada habló mucho sobre la sensualidad de Leah ... solo cuando no estaba cerca, y siempre con muchas quejas de Seth ... pero esta vez, sentí la necesidad de golpear a Jake en la cara. ¡Hablando de Leah como si estuviera allí solo para su diversión!
Forcé una sonrisa y Jake me dio una palmada en la espalda.—Vamos, hombre, no dejes que te toque. Ella solo presionará más fuerte si sabe que te molesta..—
Asentí, deseando que ella me empujara. Sé una perra para mí. Alguna cosa. Cualquier cosa aparte de este estado de limbo donde ella me miró fijamente y me rechazó cada vez que intentaba tocarla. Cuando ella me ignoró lo mejor que pudo y me apartó como un pedazo de tierra.

𝐌𝐚𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐮𝐧𝐚 𝐚𝐯𝐞𝐧𝐭𝐮𝐫𝐚|𝐋𝐚𝐡𝐨𝐭𝐰𝐚𝐭𝐞𝐫|✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora