capítulo 2

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Mariana y Daniela están jugando al beer pong y bueno yo solo las miro desde la escalera.

-Hola.

Volteo hacia mi lado derecho buscando a la persona y me encuentro con Alfonso que sostenía dos vasos rojos en sus manos.

-Pense que querrías tomar algo - Me ofreció un vaso y dudosamente lo acepte, seguramente contiene alcohol y no soy de beber regularmente. Un silencio incómodo se hace presente y yo solo observó a Mariana beber de otro vaso, si sigue así terminará mal.

-¿no vas a beber?- Me mira Alfonso señalandome con la mirada el vaso que sostengo entre mis manos.

-¿Intentas emborracharme?- el solo se rió y choco nuestros vasos en la acción de brindar y da un Trago, yo respiro profundo y tomo de golpe todo el contenido del vaso.

-Tranquila fiera - Me quita el vaso de la manos y los deja en una mesita. Mi cabeza empieza a dar vueltas y el parece darse cuenta y toma mi mano.

-¿Que haces?, Tú hermana nos podría ver- Está última palabra sonó como un susurro ya que al sentir sus labios sobre mi cuello sentí mi piel erizarse.

-Saldre un poco...

-¿Para?

-Necesito un poco de aire fresco- siento mis mejillas arder. El alcohol en mi sistema estaba haciendo efecto.

-Voy contigo- Camina detrás mío hasta llegar a la parte trasera de la casa donde hay una alberca enorme en medio. El se sienta en una jardinera y no dudó en sentarme a su lado, los tacones me están matando. Por eso es que no acostumbro a usarlos. A los lejos observó a Mariana acercarse tambaleándose con un vaso en la mano.

-Haz bebido suficiente- Dice Alfonso quitando el vaso de su mano y poniéndose de pie. - Nos vamos - Carga a Mariana cómo un saco de papás y a mí me señala con la cabeza que lo siga, entramos a la casa y Alfonso se detiene justo frente a su hermano Ricardo, que no paraba de reír junto a sus amigos de quienes estaba rodeado, el observó que Su Alfonso llevaba a su hermana menor sobre sus hombros, su rostro se tenso inmediatamente y se puso de pie sin dudarlo.

-¿Y Daniela?- Preguntó Ricardo mirándome y yo solo me encogí de hombros.
Ricardo cargo a Mariana en sus brazos y nos miró.
-Busquenla, los espero en el auto

Alfonso y yo buscamos dentro de la casa y no había ningún trasto de ella, hasta que la Vi sobre una mesa bailando. Ahora están todas borrachas, por eso no me gustan las fiestas.

Alfonso la tomo de la mano ayudándola a bajar.

-Nos vamos- Daniela solo asintió caminando delante de nosotros.

Polo

A un solo día de entrar a clases a mi hermano Simon se le ocurrió la gran idea de tener la cruda de su vida. Muy mayor pero tan irresponsable. Martha el ama de llaves nos sermones a todos por la culpa de el, Martha es como una mamá para nosotros, nuestros padres se la pasan viajando por asuntos de la empresa y ella ha estado cuidando de nosotros desde que tengo memoria. Estamos los 5 en la mesa escuchando cada palabra que sale de la boca de Martha hablando de la irresponsabilidad.

Fátima mi hermana menor solo me mira con sus ojos azules pidiéndome sentarse sobre mis piernas y no dudó en hacerlo, Martha termina de servirnos el desayuno y se retira en silencio.

-Tienes 23 años y te comportas peor que Fátima y ella solo tiene 5 - Habló Lennon.

-y a ti ¿Quien te incluyo en la conversación?- preguntó Simon mirando fijamente a Lennon.

-Tus acciones nos afectan a todos - Lennon se puso de pie  y camino hasta su habitación, Mathias sin dudarlo la siguio en silencio.

-Sabes que Lennon tiene razón, no solo tomaste si no que metiste a 3 chicas desconocidas que se han robado joyas de mamá y tú serás el examen único responsable de informarle.

El día fue muy silencioso a diferencia de los demás, pero por la intensa mañana no le doy importancia y decido salir a visitar a mi abuela. Tomo las llaves del auto y conduzco hasta una colonia residencial donde vivía mi abuela, Paco el encargado del portón de la entrada me saluda y me deja entrar sin pensarlo. Estacionó el auto frente a la casa de mi abuela, bajo del auto y tocó el timbre.
Al segundo mi abuela abre la puerta con una enorme sonrisa en su rostro y me invita a pasar.

La abuela no para de sonreir, normalmente vengo a visitarla porque ella es demasiado importante para mí. Nos ponemos al día y me cuenta que sobre los nuevos vecinos que al parecer tienen una chica de mi edad u está tratando de arreglarme una cita, esto si que lo ha intentado tantas veces y sigo rehusandome.

-Hijo eres muy guapo. Y con esos ojos apuesto a que derrotes a cualquier chica - me mira de una forma pícara y yo no puedo evitar reir.

-¿ Por qué no vas a la piscina?, Posiblemente te encuentres a Carlos.

Carlos es un amigo de la infancia que siempre que veníamos a visitar a la abuela jugábamos. La colonia tiene una piscina para toda persona que viva aquí. Así que no me parecía mala idea ir a nadar un poco. Subí a la habitación que mi abuela tenía para nosotros y tome todo lo necesario después de ponerme un bañador.

Caminé directo a la piscina, me recuesto en un camastro y disfruto del sol, no hay mucha gente. Observó a todos y me siento como en mi casa, personas que conozco desde que era chiquito. Hasta que mis ojos se posan frente a una chica que jamás había visto, luce un hermoso biquini color blanco resaltando su piel bronceada, no puedo apartar mi mirada de ella la curiosidad me mata. Tiene unos ojos color miel y una sonrisa enorme en su rostro.



Hilo rojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora