The Sultan

Almas Gemelas

Taehyung observó como una sombra que se hacía más visible conforme se acercaba a la luz tomaba forma de humano.

Si de casualidad resultaba ser alguien de alto mando estaba perdido de seguro lo castigan cruelmente como en todas aquellas horribles historias que la Sultana les contaba de niños a él y a su hermano.

Sus labios se sentían secos conforme intentaba no alzar la cabeza tenía que mostrar sumisión a los alfas les gustaba eso.

Pero no sabía si aquel hombre era un alfa por lo que se decidió levantar la cabeza solo para comprobar que este le había estado llamando.

- ¿ Que decía ? Lo lamento mucho pero es que no lo estaba escuchando - El chico sintió como sus mejillas se calentaban a una gran escala.

-Ya note que no me prestas atención - El joven rio un poco y se acerco mucho mas a donde la luz le permitiera ver mejor la cara de el pequeño escurridizo.

-Me perdí - Taehyung pensó que si decía la verdad el hombre tal vez tendría compasión de él y no diría nada de su escapada nocturna.

-Si eso veo...también veo que no son horas de que un concubino ande a estas horas divagando por el palacio.

El chico estaba dispuesto a contestar pero una ráfaga de viento que mando el aroma más exquisito a sus narices hizo que se congelara en su lugar.

Era una mezcla de aquel delicioso dulce que la Sultana solía darle cuando era niño si se portaba bien y menta.

Ya no podía recordar el nombre pero, la primera vez que lo probó el mercader les contó que lo traía de el nuevo mundo por lo que era caro y sumamente difícil de conseguir, les explico que ganándose la buena fe de los nativos de dicha región le habían enseñado a mezclarlo en diferentes comidas y el lo había mezclado con la menta una vez que no quería compartir el dulce con su hijo y para que no lo oliese de su boca trago menta el sabor fue tan exquisito que ahora lo mezclaba siempre.

Estaba divagando el lo sabia, quería que su mente corriese solo para no aceptar que aquel joven era su alma gemela.

La madre luna quería que estuvieran juntos pero la vida no y lo supo en cuanto aquel joven que lo miraba sorprendido y con ojos de sumo cariño se presentó.

Soy el príncipe Jung Hoseok encantado de conocerte - Su amor era imposible aquel omega de dulces ojos y labios rojos como su aroma a frutos del bosque, jamás seria para él, si se atrevían lo mas seguro es que muriesen.

No lo detuvo cuando lo vio correr lejos de él con los ojos lagrimosos sabía que era lo mejor, eran almas gemelas destinadas a perecer en silencio.

En ese punto no sabía si prefiriese haber muerto a manos de su padre.