La inocencia de dos tazas de café
una frente a la otra,
sobre la mesa, como nosotras,
mientras hablamos del futuro
mirándonos a los ojos.
Pensando en si lo compartiremos,
deseando que el desayuno sea eterno,
que ni el café ni el tiempo se evaporen,
y que todo nuestro futuro se condense
en las pupilas de la otra.
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Todo lo que no dije
PoesíaPoemas que guardé en el desván de mi memoria. Sería la inseguridad, el miedo o quizás la vergüenza. Fuera lo que fuese, es hora de que salgan de allí.