Capítulo 3 (la llegada)

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—¡¡¡¡RIIIIIIIIING RIIIIIIIING RIIIIIIIIIIIING RIIIIIIIING!!!! —sonó el sátanico ruido de las mañanas.

Los estudiantes de inercambio ya estaban en la ciudad, porqué según los profesores habían cogido el vuelo de noche. Así que, me apresuré a levantarme, me puse un vestido azul, su falda me llegaba a las rodillas, no era muy corto, me dejé suelta mi larga melena ondulada y salí a almorzar una tostada con mermelada y un vaso de leche; cogí la mochila rojiza y salí de casa.

Estaba muy muy nerviosa, subí a mi clase y ahí encontré a mis amigas. Vajamos todo el curso a recibir a los estudiantes en el Teatro.

En los asientos de la parte derecha estaban todos los estudiantes de intercambio, hablando entre ellos, pero en el momento que entramos, todos callaron de golpe y los que estábamos entrando también se silenciaron como por arte de magia.

Hay que reconocer que todos los adultos de la sala se miraron extrañados ante eso, no se lo esperaban ni de lejos, sinceramente creo que nosotros tampoco sabíamos porqué habíamos reaccionado así.

Nos sentamos en los asientos de la izquierda. Mientras esperábamos, me detuve a mirar el Teatro:

Las butacas eran rojas, el suelo era todo de madera, al igual que el escenario, en el medio de la sala había un pasillito marcado por una alfombra carmesí que llevaba a unas escaleras en el medio del escenario. Hoy, las cortinas del escenario estaban abiertas, eran de color escarlata, los rebordes decorados con un hilo que simulaba oro las hacían aún más hermosas. Al ser una ocasión especial, las cortinas las sujetaban unas cuerdas doradas.

Y la cosa fue de la siguiente manera:

Los profesores daron una charla casi infinita. Literalmente, pasaron hablando toda la mañana y para alargarlo más, lo traducieron al alemán. Seguidamente comenzaron a explicar cómo habían hecho las parejas. Y, finalmente comenzaron a desvelar con quién iba cada uno.

Primero decían el nombre del alumno español, después el del estudiante alemán, se levantaban e íbamos a enseñarles el insti.

El Teatro se fue vaciando poco a poco, cuándo solamente quedábamos unos pocos, se le cayó un papel a una chica de al lado, lo recogí y se lo devolví, me dió las gracias y se levantó, la habían llamado.

El aburrimiento me estaba matando, en el momento que comencé a contar las bombillas del tejado dijeron:

—Bueno, y los que quedan, la señorita Iris con Derek —dijo una profesora.

"Derek. ¿Eso no era nombre de chico?" Pensé.

Volteé la cabeza y lo ví.

Era un chico. Eso estaba claro.

Tenía el pelo rubio, muy clarito y despeinado. Miré sus ojos, eran verde esmeralda, con unos destellos dorados en el centro. Me percaté de que tenía todo el puente de la nariz y los pomulos manchados de pequeñas pequitas, que hacían su rostro aún más hermoso. Bajé mi mirada y me fijé en la camiseta que llevaba, era una camiseta de manga corta, de color azul con algunas palmeras que le daban un toque veraniego era muy ceñida, y eso hacía que se marcaran sus robustos músculos. Definitivamente era el chico más atractivo que había visto en toda mi vida.

Cuándo por fin pude reaccionar, me levante y  hacerqué al pasillo.

—Perdón pero creo que ha habido un error, yo tenía de preferencias a una chica —expliqué a la profesora.

—Señorita Iris no hay ningún error, tenemos aquí su formulario y las preferencias estan en blanco, justamente por eso la pusimos junto a Derek.

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⏰ Última actualización: Oct 15, 2019 ⏰

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