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Taehyung's POV

No era de extrañarse que cada vez que lo veía en el instituto se alejara de mi como si fuera peste.

Jungkook sin duda me tenía mal. Muy mal.

Cada vez que siento que voy a explotar en medio de un pasillo, su cara viene a mi mente y me quedo en blanco. Inevitablemente me relajo, porque es él y joder, esto no es lo que quería cuando comenzamos en este tonto juego.

Es como si lo poco que me queda de corazón haya decidido irse con ese chico.

Dos semanas, lleva dos semanas evitandome desde la última vez que estuvimos a punto de estar juntos.

La clase de química acaba de terminar y la señal de ello es el timbre que suena por un buen rato.

Salgo lo más rápido que puedo, buscando al chico con la mirada, y claro que lo veo. Su cabello negro, suave y brillante, es algo que distingo con facilidad entre tantas personas.

Me acercó lo más que puedo, y cuando estoy justo detrás de él, le tomo la muñeca con fuerza.

—¿Qué caraj...Tae?

No digo nada y lo arrastro conmigo al armario del conserje. Si me ven o no, no lo sé, y muy poco me importa.

Entramos en el armario y me aseguro de cerrarlo con seguro. Huele a productos de limpieza y la luz está apagada, no intento prenderla.

—¿Qué demonios te pasa Taehyung? ¿Estas loco?—pregunta, susurrando cuando en verdad me quiere gritar. Se aleja lo más posible de mi. Pero este es un lugar pequeño, no se puede alejar demasiado.

—No lo sé, tal vez—respondo, dando un paso hacia él.  Su cuerpo se tensa evidentemente. Me acerco aún más.

—Mantente lejos Kim, no me gusta tu cercanía.

Me acerco hasta que hay apenas un centímetro separandonos, su respiración mezclándose con la mía.

—No puede no gustarte mi cercanía cuando apenas unas semanas te restregabas contra mi cuerpo sin queja alguna—susurro, acercándome a sus labios—No puedes disgustar de este juego cuando fuiste tú el que lo ofreció, cariño.

Jungkook no dice nada y en su lugar, voltea la cabeza hacia un lado. Viendo cualquier lugar, menos a mí.

Tomo su barbilla con suavidad, porque es él y odia que sea brusco. Busco sus labios con los míos, y me acerco, rosando nuestras bocas. Me alejo y me vuelvo a acercar. Porque es él, y le encanta que tontear así.

Lo beso por fin, con delicadeza, porque puedo, porque quiero.

Porque soy un jugador, con todos, incluido él.

Playboy •VK•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora