Siete días inundados de luz.
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Tumblr de la week: https://kaminariweek.tumblr.com/
Créditos imagen de portada: https://spidertams.tumblr.com/
Los personajes no me pertenecen, son creación de Kohei Horikoshi.
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A Kaminari le gustaba Todoroki.
Esa verdad era completamente innegable, Kaminari ya lo tenía claro. No sabía realmente cuándo fue que empezó todo, pero sin duda el rubio tenía un enorme crush con su compañero de clase de Economía.
Sin embargo, había un pequeño problema.
No era el hecho de que Kaminari tuviera un coeficiente intelectual más bajo que el de Todoroki, eso a él le importaba poco. Sabía que tenía su encanto.
Tampoco era la abismal diferencia económica entre Todoroki y él, siendo el chico bicolor el hijo de uno de los magnates de Japón.
Y menos era que Shouto Todoroki parecía haber sido tallado por los dioses del Olimpo, con el rostro simétrico y más bello que había visto alguna vez; con aquellos ojos heterocromáticos que en cuanto se posaban en él era como si observaran más allá de su alma. Y qué decir de su cuerpo, su glorioso cuerpo. Kaminari era incapaz de retirar la mirada de su... parte trasera cada vez que caminaba detrás de él por los pasillos de la Universidad.
No, nada de eso era lo que preocupaba a Kaminari. Aunque debería en realidad.
La máxima preocupación de Kaminari se debía a algo que sucedía todos los días desde que entraba al salón de clases e incluso en el receso. No tenía escapatoria.
—¡Oh por Dios, ahí está Todoroki-kun! —Kaminari escuchó a la perfección cómo gritaba una chica detrás de la malla de la cancha de fútbol, que era donde estaban en aquel instante.
El rubio se giró en dirección a las voces que habían empezado a gritar en cuanto su compañero de clases apareció en el terreno. Las chicas no separaban los ojos de Todoroki, quien con absoluta calma había empezado a calentar sin prestarles ninguna atención. Era bastante frío —y quizás despistado—, mas eso al parecer atraía a las muchachas.
Y ahí estaba su mayor problema.
La popularidad de Todoroki aumentaba con el paso de los días y ya no había hora en el que una horda de chicas —y hasta chicos— persiguiera al serio muchacho. Cada vez que Shouto Todoroki pisaba el suelo del campus universitario, los ojos de todas las personas alrededor se fijaban en él. Y Kaminari se incluía ahí.
Era una gran preocupación ya que demostraba a la perfección la diferencia entre Kaminari y Todoroki. Lo que a su vez le probaba que era improbable que alguna vez pudieran coincidir.
—¿Qué pasa, bro? Tienes esa cara larga desde hace rato —dijo Kirishima, su amigo más cercano. Este también estaba en el equipo de fútbol, además que era titular. El pelirrojo estudiaba Deportes en la Universidad.
