Unidas para siempre

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18 años antes
Serekunda, Gambia(camarakunda)
- ¿Qué... qué haces aquí? ¿Cómo has logrado entrar? ¿Quién te ha permitido la entrada? -Decía el hombre que yacía en el lecho de su cama muy muy enfermo, en un cuarto que solo alumbraban unas cuantas velas encendidas.
- Recuerdas que yo era quien reinaba esta casa. -Decía la mujer que iba vestida todo de negro, mientras acercaba una silla para sentarse justo en frente de aquel moribundo. -Esta bonita y grandiosa casa. Era la mujer más feliz de esta tierra, cuando tu padre en paz descanse vino a pedir mi mano junto con las nueces de kola. Supe ese día que por fin sería tuya, que sería tu mujer. Tú bien sabes lo mucho que te he amado. Simplemente vivía un bonito sueño de hadas un puto bonito sueño de hadas hasta que esa...esa maldita bastarda se interpuso en nuestro camino, y decidiste echarme, echarme como un mísero perro.
- No... no quiero escucharte, sal de mi casa... sal. -Decía el hombre casi agonizando. -¿Qué es lo que estas buscando? ¿Qué... qué demonios quieres? Sabes perfectamente que fuiste tú la que se encargó de estropear nuestra... nuestra relación. Ella...ella, no tuvo nada que ver. ¿Se te olvida... se te olvida que intentaste hacerme brujería? Allahwakbar. De tan solo pensar en eso... hoy más que nunca estoy contento de que no estemos juntos.
-¿Qué pretendías que hiciera eh? ¿Qué me quedará con los brazos cruzados mientras esa zorra me quitaba todo? ¿Mientras era ella la que recibía todo tú amor por el simple echo de que ella sí podía darte hijos? No sabes cuanto lamento la hora en que la sirvienta esa...me vio. Te lo juro que si te hubieras tomado ese vaso... si te lo hubieses tomado, ahora estaríamos juntos y esa perra fuera de nuestras vidas.

- No puedo creer lo que mis oídos están escuchando. ¿Te... te estás escuchando? ¿Cómo pudiste vender tu alma al diablo de esta forma? No sabes que dice Allah de los hechiceros... de toda la mierda que hacen? Dios me libró de tomar de tus porquerías. Querías embrujarme pero Allah se adelantó a ti junto con tus malditos espíritus. No me arrepentiré nunca de haberme divorciado de ti. Eres una mujer mala, Allah te maldiga por todo el daño que has causado. Te maldigo, mil veces te maldigo. -Decía sin apenas aliento, agarrándose del pecho. Las palabras que decía aquella mujer le resultaban incrédulas, y le pesaban, tanto que su pecho le dolía.
- Lo que ya digas, afortunadamente ya no me afecta. Mírate das pena... estas apunto de morir.

- Te equívocas yo...yo saldré de esta con ayuda del Señor.

- ¿Ah sí? Saldrás de esta si yo Mariam Diaby lo permite. ¿No sabes a que he venido no? ¿Me hicisteis mucho daño, y pensabas que esto se iba a quedar así como si nada? Sabes, ahora mismo no hay nadie quien pueda atenderte, no hay nadie, absolutamente nadie en la casa, bueno contando a tu pobre mujer que por cierto está dando a luz...¿Sabes lo que he estado pensando todos estos meses? Destruir toda tu familia. Y no descansaré hasta haberlo logrado.  ¿Quieres saber qué hago aquí? -Dijo mientras se ponía de pie y se acercaba al moribundo y le cogía la almohada que sostenía su cabeza. -Tal y como te he dicho antes mi propósito es destruir por completo a toda tu familia. A tu mujer, al bebé que está apunto de venir... y a ti querido.
- Mariam... estas loca...no te atrevas, no te atrevas a tocar a mi familia. No te lo voy a permitir. No lo hagas por el amor de Dios. Piensa en el día de quiyamah. Nadie podrá salvarte del fuego... del poderoso fuego de Allah. -Decía mientras intentaba incorporase.
- ¿Qué no lo haga? Esa frase me suena un montón. Yo también te pedí perdón. Te pedí que no te divorciaras de mi. Ahora crees que estás en condiciones de exigirme algo? Bueno sea lo que sea, Allah te castigará a ti también por haberme echo daño.

-Mariam si quieres acabar con migo hazlo... pero no toques a mi familia.

- Por supuesto que acabaré con tigo. De echo tú serás el primero. -Dijo mientras colocaba la almohada en el rostro... en el rostro de aquel moribundo ya calvo debido a la enfermedad que le estuvo consumiendo, vestido por completo de blanco.
No tuvo que hacer mucha fuerza dado que Ibrahim ya no tenía fuerzas debido a la enfermedad que le estuvo consumiendo durante esos meses. Después de varios gemidos, e intentos fallidos de intentar salvarse... el aire, el aire comenzaba a faltarle. Sus pulmones pedían a gritos oxígeno... oxígeno que ya no iba a llegar. Solo pensaba en sus hijas, no las vería crecer, casarse... pero de una cosa si estaba casi seguro. Nunca las abandonaría y las protegería sea como fuese.
Parecía no moverse, Mariam decidió presionar más fuerte una última vez por si acaso. Levantó la almohada de la cara, y allí estaba con los ojos cerrados sangrando de la nariz. Volvió a colocarle la almohada detrás de la nuca y salió de la habitación, dispuesta a acabar con el trabajo que había estado planeando durante esos meses.
Se acercó al cuarto, que ella bien conocía. Le daba mucha rabia. Ese cuarto era el que compartía con Ibrahim. ¿Y ahora? Esa puta zorra la está usando para dar a luz a un bebé que nunca jamás volvería a ver. Quería verla sufrir en vida. Era mejor que acabar con ella. Definitivamente no disfrutaría de su muerte. Decidió posar su oído a la puerta y efectivamente había llegado justo a tiempo, aún no había dado a luz.

SIN TRES NO SOMOS DOS(terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora