«Capítulo 2»

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Los rayos del atardecer se reflejaron a través del enorme ventanal de la habitación del pequeño Kim, golpeando los párpados de Wonwoo. Cuando abrió los ojos y se hubo desperezado, sintió un ligero peso sobre su cabeza. Frente a él se encontraba Mingyu en un profundo sueño. Intentando no despertar a su amigo, quitó su brazo para dejarlo sobre el colchón y bajó de la cama hasta la mesa de centro. Observó aquellos juguetes que habían sido suyos durante la tarde, y finalmente eligió mover dos autos sobre la mesa. Después, recogió un muñeco de acción del piso y comenzó a correr mientras murmuraba algunos efectos especiales. Dejó el muñeco en el baúl de juguetes del moreno, recogió una caja de colores y volvió a la mesita para comenzar a dibujar.

Estaba tan feliz que quería hacer todo lo que había aprendido de una sola vez.

Cuando terminó su dibujo, Wonwoo se aventuró en usar los demás colores que habían dentro de la caja. Una sonrisa se formó en sus labios mientras le daba vida a su obra. Cuando estuvo satisfecho con el resultado, arrancó una hoja de color morado del block de Mingyu y pegó su dibujo con cuidado sobre ella. A un lado de la hoja escribió su nombre, tomándose el tiempo necesario y revisando los borradores que había hecho antes con el moreno para comprobar que estuviera bien escrito. Quería mostrarle a su amigo que había mejorado debido a la práctica. Sabía que eso le haría feliz. Una vez que todos los materiales estuvieron acomodados nuevamente, el castaño tomó su trabajo y se levantó para encaminarse hacia la cama del menor.

—Mingyu —pronunció el niño apenas—. Mingyu —repitió apretando la mejilla ajena, pero sólo provocó que el moreno se acomodara dándole la espalda—. ¡Mingyu! —llamó una vez más, dejando de insistir cuando escuchó la puerta de la habitación abrirse.

—Cariño, ya estamos aquí. Vengo a traerte algunas de las cosas necesarias para cuando llegue el cachorrito —informó la señora Kim mientras su tono de voz bajaba conforme ajustaba su mirada hacia el niño que estaba de pie junto a la cama de su hijo. Su boca se abrió cuando distinguió la ropa de su pequeño sobre el desconocido—. ¿Quién es este niño?

Las dos mujeres que cargaban las bolsas de compras para la futura mascota de la casa se quedaron tiesas. Se miraron a los ojos con sorpresa, sin tener idea de dónde había salido aquel pequeño ni de cómo había entrado.

—¿Dónde están tus padres? —cuestionó la señora Kim—. ¿En dónde vives? —volvió a interrogar cuando notó que el niño no tenía buen aspecto por lo delgado que estaba.

—En la calle —murmuró Jeon.

—Señora Kim... ¿Qué hacemos? —inquirió una de las empleadas, preocupada por el niño.

—¿Qué puedo hacer? Que lo lleven hasta donde vive. Si dejamos que se quede y alguien lo reclama, se pueden levantar cargos en contra de nosotros por secuestro. Por favor, llévenselo —ordenó la señora.

En seguida, una de las empleadas tomó al niño del brazo y lo sacó del cuarto mientras la otra le quitaba el dibujo. Wonwoo comenzó a resistirse de ser arrastrado, pero su fuerza no era suficiente. Su pecho subía y bajaba constantemente y la cabeza le comenzó a dar vueltas cuando observó a Mingyu removerse sobre su cama. Cuando finalmente abrió los ojos, el moreno divisó el rostro de terror de su amigo por ser llevado lejos de él.

—¡Wonwoo! —gritó el pelinegro—. ¡¿A dónde se lo llevan?! —volvió a exclamar saltando de la cama para alcanzarlo, pero los brazos de su madre lo detuvieron.

—¿Qué hacía ese niño acá, Mingyu?

—¡Es mi Yeou! ¡Yo lo encontré! ¡No se lo lleven, mamá! —sollozó mientras intentaba zafarse del agarre de la mujer—. ¡Wonwoo!

The Waif ➳ MeanieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora