My butterfly

Capítulo 1

Nota: Dejé una nota en la lectura para que escuchen la multimedia en el momento correcto.

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Me despertó el sonido de la alarma, eran las 8 de la mañana y tenía clases a las 9. No quería ir, me sentía muy cansado. No sé que me está pasando últimamente pero mi cerebro se siente muy cansado, deben ser las competencias de la academia, si, seguramente es eso.

-Louis,  despierta o llegarás tarde- - me llamó mi madre- tienes que venir a desayunar- coloqué mis manos en mi cara.

-voy- le respondí sin ánimos.

Me dispuse a arreglar mi cama y entré al baño para lavarme los dientes y ducharme. Cuando terminé me puse el primer suéter negro que vi y unos jeans rasgados.

Entré a la cocina y me senté a desayunar con mi familia.

-Buenos días- salude a todos en el comedor.

-Buenos días- me respondió mi papá- ¿cómo estás? ¿ya no tienes migraña? - me dijo mientras leía su periódico.

-Si, ya estoy mejor, creo que es por la competencia que habrá en la academia- le dije mientras desayunaba mi cereal.

-Da lo mejor de ti y no te sobre esfuerces demasiado, a veces lo haces y nosotros nos preocupamos mucho por ti, sé que quieres ser un gran músico, aunque bueno, ya lo eres. Lo eres para nosotros, tu familia- me dijo preocupado.

-Claro, papá. Pero quiero ser el mejor para mí- le dije mientras terminaba de desayunar- ya me iré y prometo no preocuparlos- me levanté y me despedí de ellos con una sonrisa.

Salí de la casa y una oleada fuerte de aire me golpeó el rostro. Estaba empezando el invierno, y me encantaba demasiado este clima.

Mientras esperaba sentado en la parada de autobuses ví que una chica de cabello lacio negro estaba sentado al otro extremo de la banca con un señor, parecía que iba a la misma academia que yo.
Su piel era blanca y estaba llena de lunares, parecía galleta. Era un poco más baja que yo. Pero no la reconocía, su cabello largo le tapaba el rostro.

El autobús llegó y dejé que subieran primero, subí y busqué un asiento y me puse mis audífonos mientras llegaba a la academia.

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Llegué a la academia y me encontré con mi amigo Matt, él siempre estaba con una sonrisa en el rostro. Su pelo era castaño, su piel era blanca y sus ojos cafés.
Era de mi misma altura, era una persona optimista y se preocupaba mucho por mí.

Él tocaba el violín, desde pequeño le gustaba, en las clases de introducción a la música solo me hablaba del violín y de cuanto le gustaba.
Y ahora es un muy buen violinista. Uno de los mejores de la academia.

Fue la primera persona que me habló cuando ingresé a la academia, siempre estuvo conmigo cuando estaba en el hospital y me daba ánimos. No sé cómo le hace para estar así.

-Hey, Lu- Me saludó con el apodo tonto que me puso desde pequeño- ¿qué tal? ¿por qué tan serio como siempre? ¿te despiertas siempre del lado equivocado de la cama? –me asfixiaban sus preguntas.

-Hey hey, ¿qué es esto? ¿un interrogatorio? - le dije durante entrabamos a la academia.

-Siempre tan amargado- volteó su mirada- me han dicho que ibas a las competencias nacionales de piano, ¿por qué no me habías contado? - me preguntó en un tono triste.

-Tu no me habías dicho que estabas en las competencias nacionales de violín- le respondí desanimado.

-Porque planeaba decirte hoy- respondió.

-Yo también planeaba decirte hoy, de igual manera, no es tan importante-dije con indiferencia- ya me iré donde mi instructor, quiero ganar las nacionales- me adelanté.

- ¿Cómo que no era importante?, pero está bien, ganarás eres muy bueno y le pones mucho empeño. Bueno, nos vemos a la salida- me dijo mientras se despedía y se iba a clases.

Caminaba por los pasillos, la academia tenia estilo barroco, ya tenía mucho tiempo de ser una academia de música, y la verdad me gustaba mucho su estilo.

Entré a mi salón y ahí estaba mi instructor revisando unas partituras.

-Vienes algo temprano, Louis- me dijo- pues bien, mientras más temprano mejor, ¿ya decidiste que pieza interpretarás? - lo escuchaba mientras me sentaba en la banqueta.

-Pienso tocar la sonata "claro de luna" de Beethoveen, me gusta mucho- Le dije firme de mi decisión.

-Muy buena elección, sin mas, empecemos- Me dijo mientras me escuchaba tocar.

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Llegó la tarde y estaba muy cansado.

(aquí pueden escuchar la multimedia)

Estaba recostado sobre las teclas del piano cuando escuche una melodía, tan relajante, que hizo que fuera a buscar de dónde provenía.

Caminaba por los pasillos escuchando esa bella melodía, llegué a un salón, y vi que una chica la estaba tocando, solo veía su cabello largo, noté que era la misma chica de la parada.
Tocaba tan hermoso.
Me puse a pensar si irá a las nacionales, ese talento no se debe derrochar.
Me quedé de pies al lado de la puerta mientras cerraba mis ojos y dejaba que el sonido dulce que transmitía esa chica se apoderara de mis sentidos.
Quedé impresionado de lo que esa chica podía transmitir, ¿yo transmitía lo mismo a los demás cuando tocaba? No lo sé, pero eso era arte.
Ella hacía arte y quería admirarla.
Me hundí en mis pensamientos, sentía que todos los problemas que creía que tenía se iban, todas las preocupaciones se desvanecían y me iba perdiendo en únicamente mis pensamientos. Sin nadie alrededor. Solo la melodía.
Esa dulce melodía.

Abrí mis ojos de golpe cuando sentí que alguien  jalaba y me llevaba hacia la salida, era Matt.

-Louis ¿qué hacías ahí? Te estaba buscando- me dijo con un tono cansado.

- ¿Qué hiciste? Estaba escuchando una grandiosa melodía y tú me has sacado de ahí. - le dije enojado.

- ¿Qué? No había nadie ahí, tú estabas dormido de pies. - me dijo confundido.

-Yo estaba escuchando una melodía y la tocaba una chica, no sé si es original o una interpretación, pero era hermosa. - le dije mientras caminábamos a casa.

-Yo solo te digo lo que vi, tú de pies dormido y nadie en el salón. – me dijo- En fin, ¿Qué pieza interpretarás? – solo escuchaba que me hablaba, pero no le estaba prestando atención.

-Louis, eres un caso- me dijo mientras me zarandeaba.

-Lo siento, no puedo dejar de pensar en esa chica y en la melodía que tocaba- me disculpé-nos vemos luego, me iré por mi cuenta a casa. - le dije despidiéndome de él.

Mientras iba camino a casa mi mente solo podía recordar a esa chica y a la dulce melodía.
Es grandioso que una chica que no conozco me transmita tanto con una melodía.
Tenía tiempo de no sentir eso.
Quiero escucharla de nuevo, lo decidí, mañana iré de nuevo a ese salón y le hablaré.
Me tiene tan intrigado y quisiera saber todo de ella.