Intrducción

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Aún recuerdo la primera vez que vi su mirada, sus ojos esmeralda me miraban curiosos, los músculos de su boca estaban tensos, querían disimular una sonrisa.

Lo negaba a mí misma, pero en el fondo, sabía que algo dentro de mí había cambiado.

De repente las imágenes que veía se volvieron borrosas y oscuras.

Abrí los ojos de repente y me di cuenta que todo era un sueño, o una pesadilla, no estaba muy segura.

Volteé la cabeza y miré allí, allí dónde días atrás estaba durmiendo tan plácidamente, cómo si de mi ángel de la guarda se tratara; pero él no se encontraba en esa habitación y sin él parecía un lugar demasiado vacío.

Me hice un ovillo en la cama y volví a dormir, imaginando que él estaba aquí, conmigo, a mi lado, protegiéndome.

Intercambio inesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora