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la puerta del ascensor se abrió dejando que aquel apuesto hombre saliera del interior de éste, dando pasos firmes y con superioridad

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la puerta del ascensor se abrió dejando que aquel apuesto hombre saliera del interior de éste, dando pasos firmes y con superioridad. Sus zapatos golpeando contra el suelo resonaban por el silencioso pasillo, mientras daba algún que otro trago a su café.

caminó hasta su oficina, pasando primero por donde sus empleados yacían. Cerró la puerta tras él con suavidad, para después dirigirse a su mesa de trabajo, no sin antes dejar el maletín que portaba con él sobre uno de los sofás que rodean una baja y pequeña mesa, además de sacar su americana y dejarla bien doblada sobre el respaldo de éste. Lanzó su delgado aunque fuerte cuerpo sobre la silla en la que pasaba la mayoría de horas sentado cada día. Se recostó mientras aflojaba su corbata, la cual apretaba con exceso. Soltó un bufido cuando abrió sus piernas y sobó una de éstas, cerrando sus ojos al sentir la fricción que hacía su piel contra la tela del pantalón de vestir.

escuchó como alguien daba leves toques sobre la gran puerta de su oficina. Rodó sus ojos, acababa de llegar, cómo era posible que ya lo estuvieran molestando, pensó.― adelante.― dijo sin más, acomodándose sobre su asiento.

― señor...― el joven japonés asomó su cabeza por la obertura de la puerta.― necesito hablar con usted sobre dos cosas.― habló mientras entraba a la espaciosa habitación y cerraba la puerta tras él. Su superior asintió y con sus dedos, indicó que se acercara y se sentara en uno de los sofás. Tal y como pidió, lo hizo, seguido de él. Aquel silencio que hubo después de que ambos hubieran tomado asiento, uno frente al otro, le indicó al japonés que podía iniciar.― bien, ¿recuerda que me pidió que buscara nuevos secretarios o secretarias?

― por supuesto, ¿ya tienes candidatos?― Yuta asintió.

― hay dos vacantes que llamaron mi atención.― Con sus dedos deslizó los papeles que trajo con él, y que anteriormente había dejado sobre la mesa. El contrario agarró éstos. Eran los curriculums de ambas personas, las dos eran mujeres, una de 28 y otra de 22 años. La mayor tenía más experiencia que la otra. Aunque pasó eso un poco por encima, al igual que la edad y como se veían.

― llamales y diles que se reúnan esta tarde conmigo, aún debo comprobar si son de fiar.― ordenó, Yuta asintió.

― lo otro es más delicado, me lo acaban de informar.

El pelinegro rodó los ojos.― deja de darle tantas vueltas y suéltalo ya.

― de acuerdo... verás... Jungwoo está en la cárcel.― soltó Yuta, el otro hombre permaneció con aquel semblante serio e intimidante que siempre tenía. Después de procesar todo lo ocurrido, Doyoung golpeó la mesa con fuerza y se levantó del sofá.

― ¿me estás jodiendo?― Yuta negó serio, ni siquiera se preocupó por el golpe que su superior había dado.

― Jungwoo mantuvo todo en secreto, perdió el juicio y fue condenado.― explicó Yuta.

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⏰ Última actualización: Nov 07, 2020 ⏰

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