Daddy & Okama 4

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Es bien sabido, por todos aquellos que conocen al moreno de cabello verde, que Roronoa Zoro es un hueso muy duro de roer. Tuvo una infancia algo difícil pero siempre cumplió con todas las metas que se propuso desde que era joven. Nadie podía negar que el hombre es atractivo, tuvo romances con muchas mujeres y de distintas edades, ninguna lo pudo conquistar hasta que llego ella.

Sadie-chan, como le decían sus amigos más íntimos, siempre ha sido una mujer atractiva. Fue guardia en la Prisión más Peligrosa del mundo que lleva por nombre Impel Down. La castaña de hebras claras había sido descubierta por Margaret, una mujer rubia de cabello corto de generosas curvas que trabaja en una agencia de modelaje llamada Amazon Lily, la cual había sido fundada por la mismísima Boa Hancock quien es actriz y modelo de los más famosos diseñadores de pasarela por mencionar algunos como: Bon Clay e Ivankov.

La primera vez que Roronoa la vio se sintió atraído por la mujer de largo cabello y risa exótica pero sexy. Aquellos labios rosados, esa sensual sonrisa que adorna su rostro, sus ojos oscuros y brillantes, los pechos grandes, la cintura estrecha, las caderas amplias, un trasero de ensueño y esas piernas largas que lo volvían loco no habían hecho más que provocar el deseo en su persona. Un deseo ardiente que dio paso a algo mucho más que ni el mismo podría sospechar que nacería dentro de su corazón en esos días.

Si bien el amor nunca estuvo en sus planes, resulta que se enamoró de la hermosa ex-guardia. Saco su lado más romántico que ni él sabía que tenía y le propuso matrimonio tres años después de conocerse y convivir juntos. Obvio que no todo fue de color rosa, tuvieron sus problemas como cualquier pareja y se arreglaron, después de dos años de tratamiento lograron tener un hijo. Su nombre Tony ''Chopper'' Roronoa, un pequeño niño muy feliz y juguetón, muy inteligente y demasiado dulce a pesar de ser muy asustadizo.

Ese pequeño niño es el alma de Zoro, y por quien se desvive. Curiosamente la vida de la pareja iba viento en popa, hasta que ciertos incidentes ocurrieron durante esos años, llevándolos al límite de algunas situaciones muy estresante. Aquello los marco a ambos, pero no desistieron de sus intentos, fue una situación desgastante mucho más para Sadie, quien cayó en el vicio de las drogas y el alcohol, debido a la depresión.

Debido a todos aquellos eventos, toda su relación se fue a pique. La violencia y los malos tratos inundo el hogar de los Roronoa hasta el punto de hacerse insoportable, y aún en el presente, ni siquiera podían conversar calmadamente sin tener que gritarse o ponerse violentos el uno con el otro.

El peliverde toma la botella de un solo golpe y la pone en la pequeña mesa de madera tallada a mano junto con las demás botellas de sake. Ya es más de medianoche, y Zoro se pregunta qué es lo que lo mantiene despierto a estas horas cuando hay una cama endemoniadamente cómoda y cerca para dormir; tristemente para él, ha estado sentado en la misma posición desde que llego de la oficina, sin cenar y solo bebiendo y ni siquiera siente que este borracho. El beber lo hacía olvidar los problemas del pasado que aún después de tiempo lo siguen acosando como un maldito fantasma, además él no quería admitir que tenía un problema de alcoholismo, su orgullo le impedía aceptarlo de alguna forma; incluso su hermana menor, Perona, había intentado llevarlo a terapia. De allí la decisión de la joven pelirosa de llevarse a su sobrino al parque de diversiones de Sabaody en sus respectivas vacaciones. El peliverde sabía que ella se preocupa por él, y ahora en este momento se preguntaba si debería aceptar que tenía un problema o no.

En serio quería olvidar el pasado, pero el beber demasiado licor no aliviaba sus penas del todo.

Se quita el saco y la camisa, seguido de los zapatos y se acuesta en la cama. Cierra los ojos y se pregunta nuevamente sobre la decisión que estaba a punto de tomar. Para bien o para mal, tenía que hacerlo por él y su hijo, quería que su hijo fuese feliz a toda costa, en especial su dulce infancia la cual no quería arruinar por culpa de sus errores.

Mientras un eructo sale de sus labios debido a la bebida, sus ojos poco a poco se van cerrando sin siquiera notarlo; lo último que pronuncia es su nombre.

"Sanji...~".


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Vinsmoke sale de la cocina después de preparar unos deliciosos aperitivos. El rubio ama cocinar y espera en un futuro tener su propio local; se mira al espejo y sonríe, arregla su cabello y se quita el delantal de cocina; se le antoja fumar un rato, así que sale a la terraza con un libro en sus manos y prosigue a tomar asiento. Saca el encendedor de su bolsillo y luego la cajetilla de cigarros de su marca favorita, y enciende el pitillo cuando ya lo tiene en los labios. Inhala, y segundos después exhala el humo; se sienta recto sobre la silla de madera con almohadones mullidos cruzando sus piernas, y prosigue a tomar el libro, colocarlo en sus níveos muslos. Vinsmoke sonríe y prosigue a leer el recetario que su madre le regalo hace mucho tiempo.

"¡Maldita sea! ¡Estúpida casa que se mueve mucho!" se escucha la voz de un hombre un tanto enojado. El de ojos azules levanta la vista y se topa con un hombre maduro quien se asoma por entre las barras de hierro de la valla.

— ¿Marimo? — pregunta Sanji, cerrando ahora el recetario y dejándolo en la mesita, seguido apaga el cigarro y lo deja en el pequeño cenicero que ha olvidado guardar desde unas semanas atrás. Se levanta de su puesto y camina hacia la entrada — ¿Qué haces aquí?

Abre la puerta y deja entrar al mayor. El de ojos grises lo mira por un momento, deslizando su mirada sobre el juvenil cuerpo del chico.

—Vine a entregar esto... — Roronoa levanta el cesto y luego lo entrega junto con los envases de comida dentro. — también quería agradecer por ayudar a Tashigi y porque el almuerzo estuvo delicioso.

— ¿Cómo dijiste? — pregunta el rubio con una sonrisa de suficiencia sobre su rostro, sus brazos se cruzan sobre su pecho y lo mira burlón —¡Repítelo! ¡No escuche bien!

— ¡Gracias por ayudar a Tashigi! — levanta su voz para ser escuchado.

— ¡Estúpido cabeza de alga! — dice con irritación. — ¡Sobre mi comida! Y bueno, me alegro que Tashigi se encuentre bien.

Zoro frunce el ceño y trata de ahorrarse el cumplido, no quería subirle mucho más el ego a la rubia si alababa su comida, pero si había sido muy deliciosa. Así que solo hoy, solo por hoy nada más, admitiría que tenía muy buena sazón en la cocina.

"Tú almuerzo estuvo delicioso y gracias, Sanji". El rubio queda petrificado y sin querer sus mejillas se tiñen de rosado. Estaba sin habla, no esperaba que el maduro le dijese aquello, cuestión que lo sorprendió. Hace un pequeño carraspeo para que el mayor no sea capaz de notar el pequeño nerviosismo y lo invita a pasar a la sala; toma el cesto y le indica que puede tomar asiento en el enorme sillón de color blanco.

—Bien, si buscas a Reiju ella no se encuentra ahora mismo.

—No he venido para platicar con ella— el peliverde se pasa las manos por el corto cabello y suspira. La verdad es que no sabía porque quería contarle aquello al cocinero. — vine a verte a ti.

El ojiazul lo mira impactado y por un momento piensa que es una broma. Sanji lo mira y toma asiento, él siente que es algo importante. Lo mira atentamente y por primera vez ve algo de vulnerabilidad en sus ojos.

Entonces es allí cuando Zoro cierra los ojos, y aquellos recuerdos que parecían lejanos regresan nuevamente a él.


 ✒...Continuara

Sugar Daddy (ZoSan) - [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora