Epílogo:

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Una vista espectacular se aprecia desde la silla en la que reposa Bonnie, está viajando en medio del océano, disfrutando del crucero que tanto merecía pero sin tener un rumbo fijo, después de todo, no le importa a donde vaya, siempre en cuando pueda disfrutar del viaje.

El cielo se encuentra despejado dándole paso a todo el resplandor del sol sobre su piel, quien ahora tomó un notable color rojizo en sus hombros por los primeros rayos que lo tomaron por sorpresa.

Como se puede ver, las cosas mejoraron para él.

Excepto por dos asuntos...

El primero es que... después de tantos golpes en la cara, tubo que verse obligado a usar lentes enormes para mejorar su visión y ocultar esas cicatrices que llevará hasta la muerte en su rostro.

Y el segundo asunto es...

-(Es una lástima que Bon ya no esté.).- Fue su pensamiento mientras termina de beber el mate y se duerme casi de inmediato con el recuerdo inundando su mente. 

Pero eso se volvió costumbre.

...

Una vez que el peli-celeste terminó con la vida de la rubia, pega media vuelta para descender por las escaleras hasta el túnel subterráneo sin ninguna sorpresa esperándolo por delante. Intenta encender las luces pero, por alguna razón, no se prenden. No se detuvo a pensar el por qué sólo desea encontrar a su prometido y asegurarse que esté con vida, sería demasiado desear que no esté herido, eso es seguro.

-¡Amor!. ¡Bonnie!.- Exclama angustiado al entrar a ciegas, con las manos extendidas al frente y una lentitud desesperante por no tropezar.  

Cuando sus ojos se acostumbran a la oscuridad pudo distinguir a una silueta que estaba desatando a quien parece ser su enamorado, ni se detuvo a verlo más de cerca por temor a lo peor. Saca una navaja con la intención de defender a su amado pero el rival tubo mayor velocidad para esquivarlo y lo golpea en la nuca causándole la perdida del conocimiento.

Para él, pasaron unos minutos, cuando en realidad transcurrió al rededor de una hora entera. 

Vuelve a la realidad al recibir un golpe en la cara que lo deja desorientado pero mínimo con los ojos abiertos, se despabila de inmediato cuando siente una luz cegado su cara por breves segundos. Se percata que su amado se encuentra sentado en frente sin despegar esa mirada sobre él, mientras que a sus espaldas pudo distinguir a nada más ni nada menos que a su jefe... 

El mismísimo cantante "The Golden Boy".

- ¿Qu...?.- No supo bien que preguntar, esto no tiene sentido. Su respiración se volvió más intensa al no encontrar respuesta de inmediata de tal situación. Ciegamente, quería creer que su amado no tenía nada que ver con la presencia del tercero... 

Pero la realidad tiene mucho que revelar.

Bonnie no se molesta en contestar nada, se alza de la silla y se dirige a su jefe para hablar sin importarles que el peli-celeste no estuviera al tanto de la conversación.

- Espero que nuestro acuerdo siga en pie.- Exige el peli-morado al cantante con la misma actitud fría como lo conoció.

C.E.R.T.E.Z.A.S. (Tercer Libro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora