Harry se encontraba jugueteando la ensalada de fruta que estaba sobre su bandeja de comida con el tenedor, entretenido, su vista no se apartaba de aquel chico que se encontraba por lo lejos, la forma en la que su cabello se movía al ser acomodado, como sus ojos se hacen más pequeños cuando sonríe. El pequeño rizado estaba maravillado con tanta belleza que en ningún momento se dio cuenta de cuando su amigo Liam llegó a su lado.–Si sigues actuando de esa forma, voy a comenzar a dudar si eres retrasado mental. – se rió por lo bajó mientras se sentaba a un lado del niño.
–No seas grosero Liam, es solo que hoy Louis se ve tan radiante.– colocó un mano sobre su barbilla y continuó admirando a Louis con "discreción" para que no se diera cuenta.
–Pero debes comer, o podría venir un gordo a comerse tu ensalada de frutas porque ya no alcanzó allá.– dijo robando una uva de su plato, Harry volteó a reírse.
—Debes de dejar de quitarme el desayuno o vas a caer de la silla por ambos lados.— rió de forma escandalosa mientras Liam lo veía indignado.
—No eres nada gracioso Harry, tus chistes parecen sacados de un pedazo de mierda.— Tomó su emparedado y le dio un mordisco.
De un momento a otro, se escuchó un gran trueno de algo rompiéndose contra el suelo haciendo que éstos dejaran su pelea por la fruta y de lo malo que eran los chistes del rizado, Harry vio por sobre su hombro como Louis estaba con las mejillas rojas, se veía avergonzado, a lado de él se encontraba el chico irlandés mejor conocido como Niall o el novio del castaño, llorando a su lado.
–Sabes que no me gustan las manzanas rojas, Louis, te odio.– continuaba diciendo mientras comenzaba a llorar, el ojiazul miraba a cualquier lado apenado de ser el centro de atención por el gran drama que su novio hacía, así que solo optó por tomar a Niall de la cintura y llevarlo con él del lugar siendo seguido por la mirada de Harry.
...
El ojiverde se encontraba caminando sobre el patio principal de la universidad buscando un lugar para leer un poco, sus exámenes comenzaban dentro de una semana y a él realmente le preocupaba mucho sus notas, así que estudiaría lo más que pudiese, buscaba con la mirada algún lugar en el cuál podría concentrarse, pero unos cuantos pasos más adelante vislumbró a un chico realmente guapo anotando algo en una libreta, dudó un poco si acercarse o no, pero fue demasiado tarde el negarse porque fue interrumpido por la mirada celeste que se encontraba viéndolo de pies a cabeza.
–Hey Harry.– saludó con esa gran sonrisa que lo caracterizaba.– eres muy lindo, pero por ahora mi modelo es la fuente que está detrás tuyo.
Harry se sonrojó y se movió rápidamente sentándose a lado del chico.
–¿Cómo estás, Louis?– susurró con algo de pena refiriéndose a lo ocurrido dentro de la cafetería hace un par de horas.
–Sobreviví a las garras del diablo, si es a lo que te refieres. – se rió por lo bajo mientras continuaba dibujando la pequeña fuente que se encontraba frente a él, Harry solo opto por ver como el castaño hacía gestos cada vez que trazaba las líneas perfectas sobre el papel, estaba tan distraído contando como el maestro de matemáticas era el mismísimo diablo cuando de calificar se tratase que no se había dado cuenta de que Louis había cambiado de página y ahora lo dibujaba a él, Harry con un leve sonrojo se dio cuenta de lo que estaba haciendo y apartó la vista de Louis, pero la pena se fue cuando el castaño comenzó a contarle anécdotas raras mientras Harry comía su manzana acaramelada con gran diversión, los minutos habían pasado volando entre risas y bromas, la noche estaba llegando y no podía tardar más debido a que su habitación estaba hasta el otro lado del campus.