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Capítulo 4- Renacimiento

"Que pena ha de ser que la lozanía de tu piel no pueda ser eterna, pero igual a una incipiente mariposa has de padecer en el punto más alto de tu renacimiento; como desearía que tu belleza fuera eterna tal cual mariposa disecada para mantenerte siempre a mí lado sin los estragos que ha de causar el tiempo"

———what do u know?———

Juraría para sí mismo que las musas estarían cantando para el deleite de sus oídos, un sonido singular que acompañado con aquella mezcla de sentimientos se quedaba corto para expresar. Una sensación de renacer que aquellas voces angelicales provocaban en si mismo. Acariciando sus oídos con suma delicadeza; los sonidos emitidos  extremadamente agudos que demostraban perfectamente el renacer del ser humano. Glorificadas epifanías cuyo peso realmente llegó a sentir en ese instante.

Mientras el pánico cundía en todos los rincones de la sala; su inconciencia le otorgaba la mayor tranquilidad. No más voces, no más dolor, no más vida y finalmente no más Peter Parker. Los sonidos de zapatillas de tacón caminando de un lado a otro por la habitación ya tendrían a más de uno con los pelos de punta; latente era la preocupación de la mujer de mediana edad que no sabía como reaccionar una vez más a la repentina noticia.

Rogaba a todos los dioses existentes que el resto de sus personalidades sintieran el mismo deleite; que solo fuera por un instante ese sentimiento de hogar que le regalaban tan de subestimadas melodías que ningún otro ser humano viviera de esa manera. Con aquellas notas sería capaz de aferrarse a los brazos de Morfeo para no regresar de se profundo sueño lleno de tranquilidad. Al igual que el sonido de las voces y sinfónica aumentaba ya no se percibía un tono triste en la música, las melodías más alegres y eufóricas inundaban sus pensamientos. Deslumbrándose como una gigante feria llena de colores, alegría y un constante sentimiento de calidez enternecedor.

Con un ritmo cardíaco que cada vez aumentaba más en conjunto con la constante perdida de sangre, las posibilidades de que siguiera con vida cada vez eran menores. Irónicamente nunca se sintió más vivo como en aquel momento. Que hermoso amanecer se refleja  en el lecho de muerte de un adolecente, dulces peripecias del dolor liberado y de un destino que no  ha terminado.

Tierna oruga que con la llegada de la metamorfosis se transforma en un ser de apoteósico; lábiles alas que se desprenden de la crisálida y dan paso una nueva etapa. Débil corazón luchador hasta el final que no pudo con las peripecias de la vida. Eterno pitido emitido por la máquina que no muestra signos vitales y leve sonrisa reflejada en un rostro que padeció. Lágrimas que brotan del desconsuelo de la mujer absorta por la muerte de quien fue más que un sobrino, más que un hijo. Witzy witzy  desdichada araña que no logró aguantar la tormenta sobe su frágil telaraña.

Voltios que recorren su pecho en un desesperado intento de reanimarle, la melodía para todos los presentes suena como una balada cargada de melancolía deja ver una mariposa que alza el vuelo por primera vez de manera torpe pero exquisita para quien la presencie. Preparada para dar un último adiós desconsolada va hacía el muchacho con la herida en su muñeca, gloriosos sonidos emitidos por la máquina de sus signos vitales.

Oh, que dulces melodías que producen los ángeles con el renacimiento de la vida.

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Luna de sangre, el inició del festín comenzaría. No eran un culto, ellos iban más allá pues serían la nueva orden mundial; bajo su doctrina así como lo habrían prometido sus miembros ya no sufrirían. Serían quienes darían un nuevo comienzo.

Los pies de los más pequeños hacían rechinar el piso de madera del templo, risas sonoras que retumbaban en el gran salón antes de la llegada del resto. Finas ropas, tocados bordados y joyería brillante hacían  distinguidos a todos los presentes; finos cabellos rizados caían sobre la piel de su frente, igual que cada vez la orquesta hacía tan venidera la velada.  Glamour y finos detalles, un chaleco con pequeños símbolos portados por todos los caballeros, como pequeños soldadillos vestidos uniforme e impecablemente.  El tocado de flores en su muñeca correspondería a su pareja  de la noche, una  amapola sujetada a su muñeca izquierda, impregnada con un color tan vivo como el de la sangre derramada esa misma noche.

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⏰ Última actualización: Jun 17, 2020 ⏰

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