Capítulo 2: Nuestra felicidad en recuerdos

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—Deja de mirar mi panza, Eunha, apenas tengo un mes.

Sojung sonrió viendo las cajas acomodadas alrededor de su apartamento. La mudanza era agotadora.

—Te ves un poquito más hinchada—El cuerpo de Eunha se a acercó lentamente al suyo.

—Te estás volviendo paranoica.

—Por ti, yes.

Sojung rodó sus ojos a la vez que una sonrisa de ternura se acomodaba en sus labios, la amaba demasiado.

—¿Quieres ir a despedirte de tu cama?

—¿Qué clase de propuesta es esa, Sojung?

—La que tu quieres que sea—La más acercó su boca al oído de Eunha susurrando lascivamente unas palabras—Pero, tengo ganas de más, quiero hacerte el amor, Eunha.

—¡YAH, KIM SOJUNG!—Su cuerpo fue empujado con suavidad permitiéndole ver las tiernas mejillas sonrojadas de su prometida—¡Eres…

—No seas tímida, vamos, aprovechemos ahora antes que mi panza se vuelva un problema.

Sojung vio el pequeño puchero que se formaba en los labios de la menor y sonrió. De verdad la amaba, demasiado y jamás se cansaría de decirlo.

—Sigo siendo virgen y ¿sabes?, no voy a perderla contigo solamente porque estás caliente.

—Bueno, respeto tu decisión, así que si me disculpas—Sojung levantó sus hombros—Voy al baño.

Las piernas de la más alta se movieron y sin siquiera poder dar más de tres pasos, unas manos la voltearon y unos labios se apegaron a los de ella. Sojung quedó perpleja ante la seguridad que Eunha le daba y ni siquiera tuvo la oportunidad de tomar el control antes de que Eunha profundizara el beso. La mano en su cuello la atraía intentando sentir aún más el contacto de sus labios.

Así aún con los ojos cerrados, Sojung gruñó por la desaparición de aquellos dulces labios mientras sentía un último casto beso encima de los suyos. Abriendo sus ojos se encontró con el amor de su vida mirándola con una ceja levantada y una sonrisa burlona en su rostro.

—¿Quieres más?—Sojung asintió embobada a la vez que sentía a la más bajita atraerla con una mano en su espalda—Es gracioso verte así, ¿Dónde está la Sojung dominante?

—Desapareció, no quiero serlo.

—Boba.

Eunha volvió a juntar sus labios, esta vez, sin embargo, los labios de Sojung se encargaron de dominar a la más bajita. Profundizando el beso, su mano viajo a la cintura de Eunha adentrando su mano por debajo de su polera, sintiendo la calidez de su piel. Sus labios se separaron una vez más, haciendo que los labios de Sojung se movieran directo al cuello de la más bajita donde depositaba cortos besos.

—¿Dónde aprendiste a besar tan bien?—Las palabras de la mayor se cortaban por los pequeños besos.

—Salí con un par de chicos antes y a decir verdad, Yerin sabe besar bastante bien.

Sojung levantó una ceja e intentó levantar la polera de Eunha, pero esta la detuvo.

—Ahora no, Sojung, no estoy lista.

—Está bien—Asintiendo la mayor se alejó sonriendo—¿Al menos puedo seguir besándote o le tengo que pedir a Yerin que venga?

La más bajita ladeó su cabeza riendo,  su prometida sí que era una boba.

—Estás celosa.

—¿De Yerin? Pfff, Yerin no me llega ni a los talones.

—Sí, estás completamente celosa.

—Un poco—Sojung hizo un puchero—¿Mis besos son mejores?

—Eres una tonta, claro que son mejores—Eunha sonrió—Ni siquiera tendrías que preguntarlo, ¿Son mejores los míos que los de Eunwoo?

—Mil veces mejores, Eunha, eres mil veces mejor que él y que cualquier persona en el mundo—Sojung sonrió abrazándola—Eres lo más perfecto que existe.

(...)

—¡Mira, es enanito!—La emoción de Eunha atravesó sus oídos haciéndola sonreír, quitando cualquier molestia que pudiese sentir en aquella camilla.

Sus ojos fueron directo a la pantalla donde la ecografía de su bebé se mostraba. Sus ojos brillaron de felicidad, aquella pequeña mancha casi indistinguible era su hijo.

(...)

—¿De que color?

Sojung visualizó a su prometida parada en aquella vacía habitación a la vez que una sonrisa se acomodaba en su rostro adornada por sus brillosos ojos llenos de felicidad. Ver al amor de su vida en ese lugar con el ceño fruncido mientras sostenía una paleta de colores cerca de las paredes, la hacía sentir plena, completa.

—¿Qué tal el rosa pastel? ¡El amarillo también es bonito! Aunque, sería demasiado cantoso…—Eunha se volteó en su dirección preguntándole con delicadeza—¿Qué opinas, amor?

—Rosa pastel.

—¿Y el verde agua?

—Entonces el verde agua, pero el rojo también estaba bonito.

—¿¡Rojo!?—Eunha abrió sus ojos sintiendo como sus planes se complicaban aún más al adherir una nueva opción—¿El amarillo?

—Ni siquiera me estás escuchando, Eunha—Sojung rio a medida que se acercaba a su prometida y agarrando su mano la colocó en su vientre—Escucha, sea el color que sea, a él o ella, no le va a importar.

—¿Cómo sabes? ¿Qué pasa si crece y me odia por haber elegido un color tan horrendo?

—Teniendo una madre que se preocupe así, no lo creo.

—No quiero, dime un color—Eunha hizo un puchero mientras pedía por un beso.

—Rosa pastel.

—Me gusta más el verde agua.

Sojung chasqueó su lengua y negó con su cabeza dejando un beso en los labios de la menor.

—Entonces, pide el verde agua, cariño.

—El r-

—Verde agua y punto, deja de hacerte la cabeza—Sojung acarició el brazo de la más bajita—Aun tenemos que planificar la boda y prefiero que lo haga Yerin, no quiero que mi esposa muera del estrés.

—Yerin no sabe lo que quiero.

—Tú tampoco lo sabes.

—Cierto, pero solo tengo una cosa en claro—Eunha sonrió agarrando la mano de Sojung entre las suyas acariciándola con el pulgar—Te amo, Kim Sojung.

—Lo mismo digo para ti, Jung Eunbi.

El divorcio | Wonha-Yumji-Sinrin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora