El divorcio | Wonha-Yumji-Sinrin)

Capítulo 5: Algo malo siempre nos sucede (Wonha, Sinrin)

—Jung Yerin ¿Quieres recibir a Hwang Eunbi como esposa, y prometes serle fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, y así, amarla y respetarla todos los días de tu vida?

—Sí, quiero.

Eunbi sonrió ante el recuerdo de su vida mientras cubría su cara con la almohada de su cama. Su corazón volvía a latir con aún más fuerza a la vez que otros recuerdos pasaban por su cabeza.

—Hwang Eunbi ¿Quieres recibir a Jung Yerin como esposa, y prometes serle fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, y así, amarla y respetarla todos los días de tu vida?

—Sí, quiero.

Una de sus fantasías más grandes se había cumplido, uno de los deseos que anhelaba. Poder llamar a Yerin como su esposa llenaba su ser, la hacía sentir plena. En sí, nada podía cambiar aquello, ni siquiera la soledad de su apartamento.

Ahora mismo, en ese momento, ya no había nada que le molestase, el solo saber que Yerin le pertenecía y viceversa, era un sentimiento de poder. Se sentía poderosa y orgullosa.

Aún después de todo, la habitación vacía no le era un problema, pensar en la oportunidad que su esposa recibió… era inigualable.

—¿Recibiste qué?

—Recibí una beca en la universidad de Londres—La felicidad de Yerin recorrió el cuerpo de Eunbi contagiándola.

—¿La ULC?—Eunbi abrió sus ojos sorprendida, ese era el sueño de su esposa.

—Sí ¡Me acaban de dar toda la maldita beca!—Yerin sonrió abrazando a Eunbi con fuerza—Dios, te amo, te amo, te amo….

—Y yo a ti, Yerin—Eunbi sonrió sintiendo los besos que la mayor daba en sus mejillas—Te lo merecías.

Ese fue exactamente el día después de su boda, luego de una larga noche llena de pasión. La noticia no le había parecido impactante, Yerin había estudiado tanto para ello siendo una de las mejores en su clase. Así que para Eunbi, el hecho de tener a su ahora esposa lejos de sí, podía llegar a ser un poco doloroso, pero aquel anillo en su dedo le demostraba que no tenía nada que temer.

Además, no sería un problema, Yerin le había prometido venir un fin de semana al mes y hablarían por videollamada todos los días. Nada podría arruinar su felicidad ¿Verdad?

Lamentablemente, la cabeza de Eunbi solo volaba por el casamiento… Ojalá eso jamás se hubiera acabado, aquel positivismo y el intento de su parte por mantener la promesa que hizo.

[…]

—Yerin, Yerin, no te escucho—Eunbi caminó alrededor de su apartamento con su teléfono en su oído intentando buscar una mínima señal para poder hablar con su esposa.

—Eu… estoy oc… lo sie… te lla….

Así el pitido de la llamada cortada en su oreja le hizo soltar un grito de desesperación. Eunbi estaba cansada, pasar meses sin su esposa aumentaba la necesidad de tenerla cerca.

La rabia crecía dentro de sí. El sonido de una notificación, la calmó por un par de segundos antes que su rabia creciera aún más.

Señora Hwang <3

Lo siento.

Señora Hwang <3

No tengo demasiada señal aquí, pero prometo llamarte mañana

Eunbi

Está bien.

Eunbi