Falling | Jenlisa

Capítulo 4 - final

–¿Tu mujer? -dijo Lisa con rentintín.

Lisa no era una persona celosa. Nunca lo ha sido y en otra situacion no le habria molestado para nada, pero Jennie era nueva, lo cual le extrañó que una persona que conoce de un día le llamara así. Sabeís, vino a hablar la que acaba de besarla, también conociendola de un día.

–Oh, hola, no te había visto. Soy Irene -le dio una sonrisa, Lisa se la respondió pero Jennie notó lo forzada que estaba siendo la situación.

Irene le dio una mirada a Jennie como diciendo "lo siento, no quería interrumpir" y Jennie se la devolvió expresándole tranquilidad, que no pasaba nada. Aunque en realidad si pasaba.

–Bueno... Nos vemos después ¿vale? -le dio un beso en la mejilla a Jennie-. Encantada -le dijo a Lisa.

Lisa tenia el ceño fruncido al ver el beso, ahora si que se notaban sus celos. No sabia quien era esa chica, no la habia visto nunca y no entendía en que momento se forjó esa relación. Jennie notó sus celos, así que habló.

–¿Pasa algo? -preguntó curiosa aunque ya sabía que ocurría. Notar que la pelirroja estaba interesada en ella le hacia tener un poco mas de seguridad.

–No, nada -se calló y hubo un silencio. Volvió a hablar-. ¿y esa quien era?

Jennie rió mientras negaba con la cabeza.

–¿De que te ríes? -preguntó Lisa un tanto molesta. No entendía que hacía tanta gracia. Jennie seguía riendose y eso acabó con la paciencia de la pelirroja-. Mira, mejor me voy.

Lisa se giró rápidamente pero antes de que pudiera dar mas de dos pasos seguidos Jennie la sujetó del brazo, girándola, haciendo que volvieran a quedar a centimetros.
En un abrir y cerrar de ojos, Jennie estaba sujetándole el rostro con sus manos y besandola, esta vez con mas dulzura. Le habia dado tanta ternura ver a Lisa cabreada, solo queria abrazarla, besarla y protegerla. Empezaron a cortar el beso con pequeños piquitos de Jennie en los labios de la pelirroja. Lisa empezó a sonreír y habló.

–¿Qué ha sido eso? -dijo con una sonrisa en el rostro. Aun notaba sus labios hinchados de tanto besar a Jen.

–Eso ha sido para que te estuvieras quietecita -Jennie sonrió-. Irene va conmigo a clase, también es nueva y la conocí ayer, esta bien tener una amiga por aquí. Y tranquila, a mi me gusta otra persona.

–Ah ¿si? -musitó Lisa agarrando a Jennie de sus caderas y acercándola a ella-. ¿Y se puede saber quién?

–Tú -terminó de decir Jennie con valentía y Lisa sonrió tanto que no pudo evitar darle un pequeño beso.

Y así, queridos amigos, es como estas dos protagonistas se dieron cuenta de que se estaban enamorando.

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Lisa y Jennie se encontraban de camino a un restaurante japonés. Después de un par de días de besos robados, hablando sin parar tanto por whatsapp como en persona, Lisa la invitó a comer y Jennie aceptó. Todo el camino estuvieron intercambiando miradas, confesiones, palabras. Empezaron a conocerse poco a poco.

Jennie fue descubriendo cosas sobre Lisa que no sabía, por ejemplo que le encantaba bailar y rapear, que su color favorito es el amarillo y que tiene tres gatos; Luca, Leo y Lily. También le contó sobre la relacion con su familia, al parecer eran una familia bastante unida. Si tenian tanto dinero era porque sus padres eran dueños de un concesionario de coches, al parecer, el más famoso de todo el país. A Lisa le gustaba el trabajo de sus padres, pero ella queria dedicarse a otra cosa. Queria ser psicóloga. Lisa le contó a Jennie que le parece fascinante el poder entender la mente de las personas, para asi poder ayudarles. Después del instituto empezaria a estudiar para ello.