Capítulo 3.5 (extra): carta de despedida

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Los rayos del sol iluminaron la habitación, meredith al sentir como daban de lleno a su rostro no tuvo otra opción más que despertarse de aquel sueño, Se sentó en la cama mientras analizaba lo sucedido. Habia pasado tiempo desde la última vez que tuvo ese sueño.

-heren…- dijo con un suspiro, cuando de  pronto recordó aquella carta que le habia escrito luego de su muerte, se levantó de la cama y se dirigió a su closet, al fondo de este se encontraba la pequeña caja de metal, la abrió y rebusco entre las cosas hasta que dio con la carta, la tomó entre sus manos y por alguna razón supo que era momento de entregarla.

Meredith caminaba por el cementerio con un ramo de flores en la mano, desde aquel dia no habia vuelto a poner un pie en ese lugar, se detuvo frente a una pequeña lápida de mármol blanco con una placa negra en la que se podía leer con letras doradas:

D. E. P.

HEREN SANDERS

“amado hermano, hijo, nieto y amigo”

Meredith dejó las flores frente a la tumba, saco la carta de su bolso, se puso en cuclillas y como si fuera una conversación común y corriente, comenzó a hablar:

-hola heren, ¿Cómo va todo en el otro mundo? ¿La estás pasando bien? Porque te puedo asegurar que todo es muy aburrido por acá, en serio, ¿y te digo algo? No tienes idea de lo mucho que yo te extraño, me haces falta como no tienes una idea…-

La voz de meredith se fue apagando, sus piernas empezaron a acalambrarse por la posición en que estaba por lo que decidió sentarse, se quedó con la mirada perdida en algún punto tratando de hallar las palabras adecuadas, volteo a  ver el ramo de flores y continuó:

-sabes, luego de tu muerte creí o mejor dicho me juré que jamas me volvería a fijar en otro chico, pero con el paso del tiempo me di cuenta de que debo dejarte ir, seguir avanzando y abrirme a nuevas posibilidades, no te voy a negar que esto me duele pero es lo mejor y tengo que hacerlo, no puedo seguir esperándote porque sé que jamas vas a volver, pero esto no significa que deje de pensar en ti, fuiste mi mejor amigo durante muchos años, vivimos momentos buenos y malos, y eso es algo que jamas podre olvidar; sé que hay muchas cosas que no pudimos realizar y muchas más que ya no se harán pero quiero que sepas que en mi corazón siempre habrá un lugar muy especial para ti.-

Meredith sonrió a pesar de las lágrimas.

Bien creo esto es todo, fue un placer haberte conocido, pero antes de irme quisiera entregarte esto- mostro el sobre que desde hace rato  tenía en sus manos, lo abrió y saco la hoja que contenía la carta y la desdoblo. -esto lo escribí el dia de tu entierro pues necesitaba desahogarme y además nunca pensé que tendría que entregártelo así que disculpa si suena muy cursi- soltó una risilla nerviosa y comenzó a leer:

Veo la luna por mi ventana

Y a los astros que están a su lado

Hoy la tristeza me acompaña

Pues sé que ya tú te has marchado.

 

Te adelantaste en el camino

Y sé que hoy tú ya no volverás

Oh jugada cruel de tu destino,

En mi alma tú siempre estarás.

 

Hay algo que nunca te dije

Por no arruinar nuestra amistad

Y te lo digo ahora que ya no vives:

Me enamore de ti en realidad.

 

Esto no es un adiós, pero si es mi despedida,

Nos vemos querido amigo, fuiste el mejor,

Pues me diste en esta vida

La ilusión del primer amor.

 

Hasta siempre amigo mío,

¡Que las estrellas guíen tu camino

Y que el viento sople a tu favor!

Con amor: meredith

Después de leer la carta se limpió las lágrimas, volvió a doblar la carta y la guardo en el sobre. De su bolso saco una bolsa de plástico, metió el sobre dentro de esta y la cerro, se aseguró de que no le entrara agua o suciedad y la coloco entre la lápida y el ramo de flores. Meredith se puso de pie, llevo una mano a sus labios y deposito un pequeño beso en esta para luego ponerla sobre la lápida.

-hasta siempre heren, suerte en la otra vida-

Se dio la vuelta y comenzó a caminar hacia la salida, sabía que este era el fin; pudo sentir como si le hubieran quitado un gran peso de encima, habia cerrado un ciclo ahora solo faltaba esperar que el destino se encargara del resto. No volvería a ese lugar en mucho tiempo, pues para meredith su mejor amigo se habia convertido en su ángel guardián.

LUZ EN LA OSCURIDADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora