Así es como comenzó todo pt.2

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Una hija, es separado y tiene una empresa...

Me contó que su hija vive con él (CONSTE QUE ME HABÍA DICHO QUE VIVÍA SOLO), que se separó de la madre de su hija hace aproximadamente un año (solo terminaron su relación amorosa, no estaban casados) y que es dueño de una empresa: "No te quería contar esto último porque muchas personas lo toman como que soy alguien sobrado o agrandado" y quedé impaktada.

No sabía qué decir, me quedé en silencio por unos minutos hasta que él habló: "¿Qué pasó? ¿Te tomé por sorpresa?" 

No Matías, por supuesto que no *sarcasmo*. 

"Sí, un poco" contesté. En ese momento quise disimular mi tristeza, decepción o no sé que fue lo que sentí, pero fue un dolor que se instaló directo en mi pecho. A veces siento que me ilusiono muy rápido con muchas cosas y eso está tan mal. No lo hagan en sus casas.

"¿Y cómo se llama?" pregunté, intentando aceptar el hecho de que es padre, que tiene toda una historia por detrás y que yo recién iba formando parte de ella. "Giselle, está en su primer año de colegio y es buenísima para el fútbol, siempre me acompaña para jugar" habló orgulloso de su hija.

Y mi perspectiva cambió en ese instante. Sentí que era tan bonito como hablaba de ella y me di cuenta que la ama, que su hija es todo para él, así que comencé a preguntar las cosas típicas, por ejemplo: "¿Cómo es su relación? ¿Cómo le va en el colegio? ¿Cómo es ella?"

Hablamos de todo un poco en ese desayuno, incluidos elogios hacia mi persona: "Te lucen muy lindos esos aros, Jess", "Tus ojos son muy bonitos también". 

Después recordé que le había comprado un regalo y se lo entregué, ya que quería que se acordara de alguna forma de mí. Días atrás, con mi mejor amiga llamada Araceli, fuimos a comprar el regalo para Matías, el cual consistía en una figura pequeña de piedra de unos monumentos típicos de mi ciudad. "Está muy bonito, Jess. Realmente se agradecen tus detalles".

Cuando terminamos de comer, pedimos la cuenta y pagó todo él. Nos fuimos de allí, salimos del centro comercial y comenzamos a dar vueltas por los alrededores. De vez en cuando él me abrazaba y caminábamos así, abrazados. Era genial la forma en cómo todo fluía al igual en como fluía por chat.

Después nos aburrimos de caminar y nos sentamos en unos bancos que estaban en la calle. "Jess... Estoy curioso con lo de tu padre, ¿qué pasa con él? Perdón por presionarte tanto".

Y comencé a contarle porque es bueno soltar las cosas que más nos acongojan: "Él falleció en el año 2012 de un infarto al corazón, tenía 50 años y jugaba golf. Un día viajó a jugar un campeonato y falleció en la cancha, haciendo lo que amaba". Sí, ese era mi padre, alguien genial y yo solo tenía 15 años. Lamentablemente no lo pude aprovechar tanto. De todas formas, encuentro que es increíble cómo los sentimientos van cambiando porque los primeros años sin él me daba mucha tristeza pensarlo, y el día de hoy, que han pasado 7 años me causa algún tipo de tranquilidad o calma porque sé que él está en paz.

"Lo siento tanto Jess, eras una bebé... Aunque lo sigues siendo, baby" contestó, llamándome de esa forma en especial y tratando de amenizar el ambiente.

Ya faltaba poco para que dieran las 2 de la tarde y nos encontráramos con Ignacio y Roberto. "Matías, estoy muy nerviosa por conocer a los chicos". "No pasa nada, baby. Tienes que estar tranquila" y me abrazó otra vez, tratando de calmarme.

Los minutos pasaron e Ignacio le mandó un mensaje a Matías diciendo que junto a Roberto ya habían llegado, por lo que el primero preguntó dónde estaba. Cabe destacar que también era la primera vez que Ignacio, Roberto y Matías se conocerían en persona, solo que ellos llevaban alrededor de 5 años hablando y jugando. "Escóndete Jess, ¡ya llegaron!" Y me puse eufórica. "¿¡Y en dónde me escondo!?", "No sé... ¡Dentro de la farmacia!" Gritó eufórico también él y me dirigió a la farmacia que estaba detrás de nosotros, quedándose él afuera para esperar a los chicos.

Mi perdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora