Talento

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Me estoy divirtiendo bastante con este reto :3.

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- Ngh..., ¡no quiero hacerlo!

Un pequeño rubio de seis años se aferraba con fuerza a la pierna de su padre mirando aterrorizado el pequeño escenario que le habían acondicionado en la cafetería: un pequeño espacio iluminado con dos luces azul y rojo y un micro. Nada extraordinario, pero aún así aterrador al ver al público expectante viendo al pequeño.

- Tweek. - Richard dio la espalda al público para hablar sin ser escuchado - La gente gusta de lo que haces, estás generando que la gente venga a verte y además te gusta cantar, ¿no es así?

El rubio tembloroso asintió levemente intercambiando miradas con su padre y el micrófono a lo lejos.

- pues entonces, ve allá y demuestra lo que tienes. - el hombre palmeó suavemente sobre el pecho de su pequeño - El talento está en ti, es hora de que brilles.

- ¡oh Dios! - se asustó el rubio dando un paso atrás tomándose el cabello.

La voz de una mujer se hizo presente tras Richard.

- Cariño, ¿qué sucede?

Richard respondió:

- Tweek no quiere salir al escenario.

El rubio atemorizado al ver el rostro de preocupación de su padre y presionado por los murmullos que oía de la gente, se espantó y corrió al almacén de la cafetería. Richard suspiró y acercándose al micro, anunció que su hijo no cantaría el día de hoy. Algunos de inmediato salieron del lugar, entre ellos, un hombre de cabellos rubios, gafas, con terno y mirada lúgubre que en pensamientos, se grabó regresar de nuevo al lugar.

Mientras tanto en el almacén, el pequeño estaba escondido debajo de una pequeña mesa verde de metal. Sabía que sus padres tenían problemas, que Harbucks les estaba quitando clientela y que si no hacían algo pronto, tendrían que cerrar, lo que significaba otra mudanza.

Otra estúpida mudanza a otro pueblo de desconocidos, sin poder lograr hacer un amigo.

Se aproximó cerca de la puerta para ver lo que había sucedido: todo aparentaba estar normal, sus padres servían a los escasos clientes que quedaron luego de su trunca presentación. Miró a los lados y aprovechando que un grupo se retiraba, logró salir de la tienda. De inmediato, su piel resintió el frío de South Park, sus dientes tiritaron de frío, y aún así, decidió salir corriendo a ningún lado en especial. A los pocos minutos, algo agitado por la carrera y las mejillas rosas, se detuvo en un parque. Era un lugar repleto de niños, sus ojos veían con curiosidad a todo a su alrededor, todo era muy nuevo para él.

Una mano en su hombro lo sacó de su pensamiento, la voz ronca de un hombre diciéndole que quería hablar con él y que le acompañe, le alertó lo suficiente para gritar y salir corriendo despertando el interés de los adultos alrededor que impidieron el paso del hombre rubio y con terno que había estado hace poco en la cafetería.

Tweek corrió sin descanso hasta encontrar una calle repleta de coloridas casas cubiertas por la nieve. Apuró el paso hasta entrar en el jardín delantero de una de ellas y esconderse detrás de una pequeña casa de mascota abrazando sus piernas. Ahora que lo pensaba, esa casa tenía una puerta muy pequeña para un perro. Se relajó al ver que nadie aparecía por ningún lado y como acostumbraba a hacer para calmarse, cantó suavemente una canción infantil:

Lie down on you pillow In the shadows, close your eyes (acuéstate sobre tu almohada, en las sombras, cierra los ojos)

Turn out the old lamplight and sing goodnight lullabyes (apaga la vieja luz de la lámpara y canta canciones de buenas noches).

Tweek Week 2019 por Starlight-12Donde viven las historias. Descúbrelo ahora