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Con pasos lentos y pausados ingreso en el departamento en que vive por cuenta propia desde hace tres años.

Había tenido una semana realmente difícil, el profesor Kim de farmacia era un imbécil estricto con pensamientos de antaño. Jaemin realmente deseaba que el rechoncho anciano se actualizará y dejará de satanizar cualquier cosa que no le pareciera.

Además, su crush de la preparatoria había vuelto con su ex, demostrando una vez más que era más recto que una regla.  Pero incluso las reglas podían llegar a ser flexibles ¿Cierto? Entonces Jaemin tenía derecho a soñar, después de todo no le costaba absolutamente nada.

Estaba tan cansado que con dificultad podía mantenerse en pie y caminaba como un zombie hacía la amplía habitación principal. Sí había algo que el joven estudiante de medicina disfrutará era la cama tamaño Queen que se encontraba al centro de una bien iluminada habitación, con suaves sábanas de seda y mullido colchón, con tan sólo tocarlo podía llevarlo al paraíso.

La habitación estaba pintada de un claro color crema, mientras que la ropa de cama y cortinas eran de un profundo color Borgoña, Jaemin lo había elegido de esa manera cuando sus padres le regalaron ese departamento por haber sido aceptado en la Universidad de Yonsei.

Exhausto se deshizo del uniforme blanco y recostó en ropa interior gimiendo ante el tan esperado contacto con las suaves sábanas color vino.

Él ni siquiera tuvo que esperar demasiado, inmediatamente se quedó dormido con el recuerdo de como fue que terminó con un crush en el capitán del equipo de baloncesto en la preparatoria.

Ahora que lo pensaba, Jaeno jamás había sonreído siquiera una vez en su dirección.

✨🌑✨

Jaemin despertó con un punzante dolor de cabeza, sintiendo como si fuera a resfriarse y odió la sensación, estaba por comenzar el internado. No podía enfermarse, simplemente no podía si deseaba sobrevivir a las largas jornadas que le esperaban en el hospital.

Un poco desorientado y con náuseas salió de la cama para ir a por unas vitaminas, quizás eso aliviará un poco el malestar. Restregando las palmas de sus manos sobre los ojos trato de aclarar su vista, dispuesto a coger los lentes que usualmente utiliza estando en casa y deja sobre la mesita de noche.

Frunció el ceño al no encontrar los lentes de montura negra y en su lugar, haya un par con forma redondeada con armazón plateado de metal.

No recordaba haberlos cambiado o siquiera tener un par como ese, sin embargo, al ponerlos sobre su cara ajustaron perfectamente e incluso el aumento era el justo. Definitivamente esos lentes eran suyos o estaban hechos para él.

Decidió ignorar ese pequeño detalle, encogiéndose de hombros para avanzar hacía la puerta de la habitación. Había más cosas que no cuadraban con sus recuerdos, como las sábanas negras o el balón de baloncesto que se encontraba sobre el tocador lleno de cosas que estaba seguro no había comprado.

Tomo una respiración profunda, debía estar muy cansado para no recordar esas cosas. Ni siquiera le importó que estaba utilizando una vieja y estirada playera blanca que le llegaba a lo suficientemente largo para cubrir los bóxer negros, la cuál claramente no se había colocado la noche anterior.

Bajo las escaleras con la sensación de continuar dormido, no podía reconocer muchas de las cosas a su paso y estaba tratando de no entrar en pánico. Suspiró con alivió al llegar a la cocina y sentirse rodeado de un ambiente realmente familiar al fin.

Acarició el mármol frío de la barra en buscá de tranquilidad, pensando una vez más que el cansancio debía estarle jugando con su cerebro.

Sintiéndose por fin tranquilo fue a preparar un café para despabilar.

Estaba vertiendo el caliente líquido sobre una taza negra que poco a poco cambió de color para revelar la palabra química. Siempre había querido una de esas, así que quizás la haya comprado mientras estaba borracho y por eso no lo recuerda. No le dió importancia realmente.

El suave sonido del agua siendo vertida sobre la taza le trajo paz, una que no duró demasiado pues su cuerpo se tensó y la taza resbaló de sus temblorosas manos.

"Buenos días bebé" una voz ronca susurro en su oído, provocándole un escalofrío. Un par de fuertes brazos le rodeaban la cintura mientras alguien le abrazaba desde atrás, con la boca del desconocido pegada a su oreja. Jaemin podía sentir la respiración caliente hacerle cosquillas. "Estás tensó, ¿Sucede algo?"

Jaemin quería gritar pero todas las palabras parecían haberse quedado atoradas en su garganta, provocándole una sensación de asfixia. El cuerpo del castaño comenzó a temblar, podía sentir el pánico abordarlo y consumirlo poco a poco, estaba a nada de llorar. Había lágrimas contenidas en sus ojos mientras respiraba agitadamente, apretando las manos en puños.

"Jaemin me estás asustando, respira por favor" murmuró la voz con pánico en ella, mientras los brazos que le sostenían firmemente le manejaban a su antojo hasta voltearle.

El shock fue lo suficientemente grande como para que la cabeza le doliera y todo comenzará a tornarse oscuro a su alrededor, cayendo inconsciente.

Lee Jaeno.

¿Qué hacía Lee Jaeno en su departamento llamándole nombres cariñosos y abrazándole de esa manera?

✨🌑✨

Sé que ésto se supone que sería un One-Shot, lo sé pero no pude simplemente hacerlo de esa forma. Bueno sí podía, pero no quería porque me gustó mucho como se va desarrollando en mi mente y conforme lo voy escribiendo.

Espero que no les moleste, y que le den una oportunidad. También trataré de no demorar demasiado en actualizar esta y mis otras historias.

Gracias por leer.

Chemistry || NOMIN ✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora