Capítulo 8

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Liam

El medico había llegado como 20 minutos después, luego de revisarla con bastante atención nos informó, que el desmayo había sido a causa de un baja de presión, le coloco un medicamento y nos pidió que la dejáramos descansar por un rato y que no tardaría en recuperar la conciencia, la madre de Mer lo acompaño a la puerta mientras que yo me quede con mi hija quien me miraba como si tratara de adivinar o rectificar que efectivamente yo era su padre

― ¿Conoces a mamá? ― jugueteo con sus pequeñas manitas mientras esperaba mi respuesta

―Nos conocimos hace tiempo, yo trabajaba para ella ― le sonreí por inercia, estar con ella me daba tanta paz

Nuevamente me miro con ojos escrutadores por largo rato, o a mí me pareció un largo rato, su abuela entro y ella seguía sin dejarme de mirar

―¿Podemos hablar Liam? ― La señora Elisabeth me miro detenidamente

Asentí hacia ella y me coloque de pie para seguirla, pero una pequeña mata de cabello castaño me lo impidió

―No te vayas papi ― sus ojos se llenaron de lagrimas

―No me iré hasta que hable con tu mami, pero ahora necesito que te quedes aquí y la cuides ¿sí?― bese su mejilla

―La cuidar muy bien ― me devolvió el beso dejándolo también en mi mejilla

Me coloque de pie nuevamente y seguí a la madre de Mer quien me mira bastante molesta, caminamos hasta estar en el despacho de su esposo en donde cerró la puerta a mis espaldas

― ¿Qué tratas de conseguir? ― pregunto furiosa

― ¿Qué, que pretendo?― la mire sin comprender del todo ― he estado 5 años apartado de esa niña por la inmadurez y egoísmo de su hija

La señora se sorprendió por el tono de voz que acababa de utilizar

―Lo único que quiero es poder estar en su vida, como lo que soy su padre ― hable tajante sin desvié ni bajar la mirada como hace algunos años habría hecho

―Eso no se va a poder, ella tiene ya un padre― soltó con toda la intención se herirme y vaya que lo había logrado

Sus palabras provocaron que mi enojo creciera aún más, ese bastardo no era su padre

―Un padre que no la quiere y que además golpea a su madre ― solté una carcajada faltante de humor ― valiente padre le han escogido

La señora frente a mi quedo muda ante mis crudas palabras

― Y si alguno de ustedes pretende alejarla de mí, me la llevare, peleare por esa niña como ustedes no han sabido hacerlo y no importa destrozarlos para conseguirlo ― y no mentía haría todo por estar en la vida de mi hija

―No serias capaz ― susurro apenas con voz

―Oh créame señora Elisabeth que lo haría ― la mire con prepotencia ― haría cualquier cosa por esa pequeña niña

― ¡Tú no tienes derecho de nada! ― grito al borde de la histeria

―Tengo tanto derecho como lo tiene Mery, Lilian es mi hija!― la mire lleno de furia ― así que mejor apártese y no se meta en algo que no le corresponde, ya bastante hicieron alejándola de mi tanto tiempo, no sé cómo pudieron hacerle esto a esa pequeña, y comprendo que ella les ame a pesar de las mentiras que le han dicho, pero yo me encargare de que todos y cada uno de ustedes paguen por lo que me han hecho a mí y a mi hija

Cuando te vuelva a verDonde viven las historias. Descúbrelo ahora