Capítulo 11

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Liam

Habían pasado 3 días desde aquel episodio en mi oficina, tres días en que comenzamos a vivir juntos ciertamente me resultaba un poco incómodo, no sabía cómo reaccionar teniendo a Mery a mi alrededor, notaba que ella se sentía tanto o más incómoda por la situación y más aún cuando su padre no le había creído ni había aceptado las pruebas que le dimos, no sé qué tanto le habrá lavado la cabeza ese sujeto pero hizo un buen trabajo Mery se encontraba bastante mal, por el momento se la pasaba en casa tratando de averiguar que podía hacer para que todo esto terminara, mi abogada se había encargado de hacer que Mark firmara los papeles del divorcio cosa que a mí me había parecido demasiado extraño y muy pero muy sospechoso, si el esperaba obtener algo no me espere que firmara así de rápido

―Tierra llamando a Liam ― la voz cantarina de Feli me trajo de vuelta― ¿Qué te preocupa?

―El asunto con la rata de Mark, no me la creo que haya firmado así como así el divorcio ― solté molesto― estoy bien sabiendo que Mery se siente liberada y menos preocupada por nuestra pequeña, pero hay algo ahí que no me deja tranquilo, siento que se me olvida algo y que por más que lo tengo delante no puedo recordar 

―Te entiendo, o al menos lo intento, pero por ahora solo puedes mantenerte al margen ― acaricio mi mejilla con ternura

―Lo se Feli ― hable resignado

Al menos eso haría hasta estar seguro de que era lo que quería ese sujeto, estaba demasiado seguro de que el padre de Mery tenía todo que ver en esto, así que eso solo me dejaba en tratar de hablar con él para poder averiguar que pasaba en realidad, no lograba creerme por completo que Mark le diera el divorcio así como así, no después de haberla amenazado en reiteradas ocasiones con no dárselo

A las tres de la tarde tuve una comida y luego de eso no había tenido ganas de regresar al trabajo así que sin más que hacer me fui directamente a mi casa, a sabiendas de que Mery estaría ahí, quisiera que las cosas fueran distintas, enserio que me estaba esforzando en no odiarla como lo había hecho en los últimos años, pero el verla cuidar a mi hija, como me sonreía a pesar de que la había tratado mal, solo me hacían saber que el idiota había sido yo por haberla dejado sin luchar más, quizá todo habría sido distinto, pero ahora ya no había un si hubiera, solo estaba el ahora y no sabía cómo seguir, no sabía cómo comportarme con ella, cada que intentaba ser amable pasaba todo lo contrario y terminaba diciéndole cosas horribles, por ahora solo trataría de crear un vínculo más fuerte con mi hija mientras resolvía todo el caos que habitaba dentro de mi

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Mery

Habían pasado 3 días o algo así desde que habíamos llegado a la casa de Liam, desde entonces trataba de evitarlo un poco, ya habíamos tenido barias peleas y no necesitaba más en estos momentos y menos sabiendo que estaba de arrimada en su casa, sin trabajar y sin poder aportar nada, era por eso que había estado mandando mi currículo a barias empresas pero hasta ahora no había obtenido alguna respuesta positiva, necesitaba encontrar empleo porque no lograba sentirme a gusto con toda esta situación

―Mami ¿me ayudas?― mi niña me miro mientras sostenía una galleta mal decorada en sus manitas

―Claro cariño

Nos conduje a la cocina en donde Rosa y mi hija hacían unas galletas para Liam, hacia tanto tiempo que no hablaba con él que comenzaba a creer que nunca lo conocí bien, ahora me enteraba que amaba las cosas dulces y que lo volvían loco

Aun con la sonrisa en mi rostro les ayude a decorar las galletas descubriendo que soy pésima en eso, con glaseado en el rostro, manos y ropa y riendo a carcajadas como loca con Rosa y mi niña, todo estaba bien hasta que el rostro serio de Liam logro que me avergonzara, ciertamente Liam no era nada de aquel chico lindo y sencillo, mire a mi alrededor y la cocina estaba hecha un asco, haciendo una mueca mire de nuevo al sexy hombre delante de mi

Cuando te vuelva a verDonde viven las historias. Descúbrelo ahora