Capitulo 8

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En  el camino al restaurante fue igual que cuando íbamos al hotel, un silencio incómodo que mata hasta las mosca. Yo no sabia que hablar con el y el pues de seguro no sabe que preguntarme o no sabe que decir en estos momentos. Cuando estaba Laura el silencio no era tan incomodo claro los dos estaban hablando de deportes , pero yo lo único que puedo hablar con el es sobre trabajo nada más.
- ¿ Y bueno a que restaurante de Londres vamos a ir?
En serio tengo que preguntar eso y no podía preguntar otra cosa, como te fue en el entrenamiento o como te fue hoy, pero no tuve que preguntar eso una pregunta de primeriza. Aunque ahora que lo pienso tengo derecho a saber ya que tengo un poco de hambre, no comí nada para después no estar llena y con los podía manchar mi ropa y Laura me mataría por haber arruinado su obra de arte.
- Pues vamos a cenar en el restaurante Hedone que me dijeron que es muy bueno.
Y muy caro que cada vez que yo voy es por que unos de los clientes van por una reserva que hace y a demás que yo voy siempre porque muchos de mis clientes quieren dar una buena impresión a sus socios.  Pero ahora que recuerdo yo no puedo ir a ese restaurante porque la última vez que unos clientes se pasaron de la raya conmigo y las cosas no terminaron bien. Como termino todo pues me prohibieron la entrada y a los clientes no les permite ir más no quieren que se repita de nuevo el accidentes.
- Si no te importa podemos ir a otro lugar.
- ¿ Porque dices eso?
Le digo o miento, le digo la verdad así se ahora el camino y una pena en el restaurante.
- Es que tuve un pequeño problema en ese lugar por unos clientes del club, bueno unos ex- clientes del club.
- ¿Y qué pasó para que una belleza como tú esté prohibido ir a ese lugar?
Wow mis mejillas tienen que estar rojas ya que no muchos clientes me dicen cumplidos, ni tampoco me preguntan cuando yo les digo cosas como esas, solo dicen que no hable mucho y que eso no es su asunto.
- Pues digamos cuando haces negocios con alguien que no te agrada las cosas no acaban bien y como consecuencia te prohiben la entrada a un lugar y te cuesta tu trabajo.
- Yo creo que esos dos fueron estupidos por hacer eso y no debieron ponerte por el medio. Pero sobre ese problema del restaurante no te preocupes yo lo puedo arreglar.
Está hablando enserio o está jugando conmigo porque si es una broma es de muy mal gusto, no me quiero hacer ilusiones de que alguien como él me ayude que yo puedo hacer las cosas por mi misma sin ayuda.
- No tienes que molestarte por hacer eso Jan Michael, yo no quiero causarte problemas y más que eres una figura pública.
- Tu no te preocupes que a mi eso no me molesta y ademas quiero que nuestra primera cita sea perfecta.
¿Primera cita?No  esto solo son negocios que son de placer no de amor y el lo debe saber mejor que nadie.
- Esto no es una cita es más bien tu primera oportunidad de las dos que te quedan conmigo.
Después de estas dos oportunidades yo no lo veré más y el no me verá más a mi eso es todo lo qué hay entre nosotros sol negocios y ya está.
- Ya veremos princesa.
No le respondí solo me quede callada porque no quería decir una tontería a este hombre y también porque no se me ocurría nada para decirle.  Después que el me hizo ese comentario solo estuvimos en silencio otra vez pero este silencio no era incómodo era agradable. Yo me puse ver mi hermosa ciudad que de noche es la más bella de todas y que así tengo algo que ver por el camino y tener mi mente en otra cosa en vez de pensar cosa o una persona que esta al lado mío. El viaje al restaurante fue corto y tranquilo pero ahora venía la parte que quiero evitar la parte que nos hechas a los dos. Jan Michael se bajo primero, me abrió la puerta me agarró  de su brazo con mucha fuerza los nervios y los recuerdo no me estaba ayudando mucho en esta situación.
- Tranquila yo no voy a dejar que te ridiculicen. Te prometo Andrea que siempre te voy a cuidar y no te voy a dejar  nunca más sola.
Porque esas palabras se me hacen familiares y más su promesa pero por más que intente recordar no me viene nada a la mente. Espanto esos pensamientos y camino con Jan Michael a la entrada del restaurante y no voy a mentir no quiero estar aquí.
- Mi esposa y yo tenemos una reservación aquí.
Dijo esposa yo creo que lo puedo dar por loco ya. Como a él se le ocurre decir esa mentira y porque no dijo la verdad estoy segura que el camarero no se lo creyó porque me está mirando mal.
- Se que mi esposa es hermosa, pero si yo fuera usted no la mirara más. Ya que ella solo tiene ojos para mi y nadie más.
Y con eso el chico me deja de mirar y nos dirige a nuestra mesa donde puede observar que avía unas rosas y unas velas haciendo que se  es diferente a las demás mesas del restaurante no voy a mentir se veía hermoso y tan diferente como me lo imaginaba de como lo iba hacer.
- Esto es precioso Jan Michael, cariño no debiste hacer todo esto para que yo me enamore más de ti.
Que le tengo que seguir el juego no,  para que sea más creíble y no sospechen de nosotros
- Sabes que siempre me gusta darte lo mejor y que una reina como tu disfrute a lo máximo.
Debo estar roja por su comentario, pero su apodo hacía mi me parece que lo e escuchado alguna vez pero no se donde.
- Mejor vamos a sentarnos y así hablamos un poco de cómo te fue tu día.
- Si, mejor hablamos un poco.
Y así fue como pasó mi noche con Jan Michael hablando de como nos fue en nuestro día y haciéndonos preguntas sobre nosotros. Pero muchas de sus respuestas se me hacían conocidas y también sus apodos. Mi noche con el fue la mejor de todas y me hizo reír, me hizo sentir que estaba en la nubes y que nada malo me iba a pasar. Pero lo mejor fue que nadie me reconoció y que el no pasó pena y no tuvo que armar un discurso por el mal trato a su " esposa".  Después de esta maravillosa cena nos fuimos a dar un pequeña vuelta a un parque que había cerca del restaurante y no hablamos el silencio fue nuestro acompañante por el resto de la noche.

La prostituta y el futbolistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora