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POV Jade.

Mi tobillo dolía con cada paso, era leve pero molesto, me insulté internamente por mi torpeza, no tenía que correr bajo la lluvia anoche, podía haber caminado como una persona normal, pero en lugar de eso tenía que decidir correr como si un león me hubiese perseguido.

Miré inseguro hacia el frente, las tiendas abiertas atraían con sus carteles coloridos en contraste con la gris acera a la que no podía parar de mirar. Charly notó esto y se detuvo frente a mí, alzó mi barbilla y empujó mis hombros hacia atrás sin decir palabra. Intenté mantener la postura, pero con el rato volví a mirar hacia abajo lentamente.

Me preguntaba qué estaba a punto de hacer, así que reproducía mentalmente la escena del departamento. La conversación había empezado con tanta normalidad y había ido escalando en locura... por un momento de verdad consideré quedarme... ¿Por qué carajos lo había hecho?

Pero lo que vi en sus ojos cuando me habló del día antes del secuestro me dejó en claro lo que debía hacer, quisiera o no hacerlo. Él tenía algo que ver con el secuestro, estaba seguro.

Luego la sorpresa en sus ojos al ver a Charly, el terror de que alguien más lo viera sosteniéndome de esa forma y como lo cambió rápidamente, en un parpadeo, a una expresión calmada.

"Y él ama que le den órdenes" resonó en mis oídos, tan claro como si lo tuviera a mi lado, lo que me hizo saltar en mi lugar, miré a mi alrededor rápidamente como para verificar que no estuviera ahí. Suspiré.

Una parte de mí aún se negaba a creerlo. Él me había cuidado desde mi regreso, recordaba sus manos, un toque tan delicado sobre mi mejilla para limpiar mis lágrimas, pero también la forma en que no podía tenerle cerca. Sus ojos marrones mirando dentro de los míos, como si todo estuviera bien, como si todo hubiese sido solo una pesadilla. Una parte de mí no quería creer que todas las cosas bellas que había hecho eran mentira.

Pero por otro lado...

Si era cierto significaba que podía confiar en mi mente, que no estaba loco. Entonces no tenía algún problema mental que me impidiera pensar con claridad, sería por eso por lo que no podía dormir cuando él estaba en casa, por eso no podía oír sus pasos sin ponerme tenso. Todo en mi mente encajaría de alguna forma... Pero no estaba seguro de si quería que así fuera.

Miré a Charly, solo él me ayudaba a seguir a mi cabeza, desde el primer momento me hizo sentir que no estaba solo.

– ¿En qué piensas? – Me preguntó suavemente al percatarse de mi mirada. Medí mi respuesta un segundo

– En que no creí que de verdad tuvieras un bate con clavos bajo la cama– Le sonreí tímidamente mientras levantaba la mirada. Rió, como si fuera de lo más normal.

– Nunca está demás tener algún arma para defensa personal... O ahuyentar algún ex fastidioso – Reí levemente.

– ¿Entonces no estás con Jenny ahora? - Se peinó la coleta y dio un bufido

– Es... complicado. Aunque no lo creas es la primera vez que tengo una relación abierta, así que es normal que arruine las cosas de vez en cuando...

– Adivino, te pusiste celosa al verla con alguien más – Hasta donde la conocía, ella podía tener dos tipos de relaciones amorosas: en las que se involucra mucho y en las que no se involucra. De las primeras huye cuando se da cuenta del peso de sus sentimientos y las segundas son romances pasajeros. Las palabras de Ragnar debieron dolerle porque tenía razón, desde un punto de vista muy cruel. Sus relaciones no duraban.

– No – Levantó el índice y negó con la cabeza – Si hubiese sido otra chica todo estaría bien, pero un hombre... No lo sé, odio mi blando corazón por hacerme sentir cosas. – Llevé una mano a mi frente

No soy yo, eres tú. (lgtbi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora