I. Algo contigo

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Día 01—Septiembre 02: Baile y Música.

Algo contigo

Azirafel cerró la librería temprano, el vino estuvo a la orden del día, no contaron las botellas que habían ingerido en esta ocasión, y la música se oía hasta la otra calle. Comenzó sonando Mozart, pero poco a poco fueron cambiando entren temas clásicos y Queen, a petición obvia de Crowley, quién se adueñó del tocadiscos del ángel a mitad de la conversación, el tema de hoy oscila entre los ya renombrados criaturas marinas; los delfines, y las constelaciones.

Por qué para Azirafel era imperativo comprender el por qué del destino que Crowley había elegido en aquella ocasión para huir fue Alpha Centauri.

¿La razón? Probablemente recordar que él había participado en la creación de esas constelaciones.

Siempre supo que el trabajo de Crowley habían sido las estrellas, en aquel tiempo lejano en que fue un ángel. Pero no es un tema que tocaran abiertamente.

A Crowley no le gustaba hablar de ello, y Azirafel optó por no obligar a hacerlo.

Pero en este momento, justo ahora, con la voz de Freddy Mercury cantando a todo pulmón y Crowley con el coro junto a una copa casi vacía de vino en la mano, no le parecía un mal momento.

El vino tuvo mucho que ver.

Crowley dio un par de vueltas, y de milagro no derramó vino (o cayó el mismo) en el suelo, estaba muy metido en la canción, seguía el ritmo con las manos. Azirafel se levantó del sillón y se acercó al demonio, quería llamar su atención y la mejor manera es que le mirara.

Pero Crowley tenía otros planes, al verlo cerca dejó la copa de vino donde pudo (puede que solo la haya dejado caer) y tomó una de las manos del ángel, fue una sorpresa para ambos.

La canción anterior se había detenido, unos segundos de silencio en que solo se miraron a los ojos, casi no respiraban.

Una melodía suave comenzó a sonar, los acordes de la guitarra armonizan un tono pegajoso y alegre el cual Crowley siguió al  subir y bajar los hombros, sonriendo, le levantó las cejas y tarareaba la melodía mientras las letras salían del tocadiscos.

Azirafel le sonrió, enternecido, le siguió el juego, tomó la otra mano de Crowley extendiendo sus brazos, dando pasos a los costados casi saltando. 

Ambos comenzaron a dar vueltas en la sala, cantando la letra (primero fue en susurros para no opacar lo maravilloso de la canción) más luego de unas risas sus voces estaban cantando a dueto junto a Queen, daban saltos al compás de la batería y en cosa de unos segundos se dieron el lujo de cambiar de pasos, dos adelante y dos atrás, torpes pero alegres, tratando de no pisar al otro en el proceso, pequeños roces con las suelas de sus zapatos que terminaban en risas escandalosas.

<<Because my baby~>>

Las manos se separaron por segundos, luego Azirafel puso las suyas sobre los hombros de Crowley y éste las puso a los costados, más arriba de la cintura y tragó nervioso.

El ángel no noto que el otro había dejado de cantar, estaba metido en la melodía y en dar vueltas junto a Crowley en la sala.

Los aplausos en la canción detuvieron el movimiento de ambos y ahora se estaban meciendo, dando un paso al costado, dos atrás y un paso al otro lado, mudos, ensimismados en la mirada del otro. Crowley se dio el lujo de bajar sus manos hacia la cintura del ángel tanteando terreno, probando sus límites, y recibió una sonrisa juguetona y avergonzada.

Podría seguir bajando y ver en primera fila como el rostro de su ángel cambiaba de expresiones y todas esas muecas de vergüenza y alegría las provocaba él.

No lo hizo.

Los instrumentos volvieron a acompañar la letra, animando el ambiente, Azirafel se permitió ceder y dejarse llevar no solo por la letra y el alcohol en el cuerpo, también por el rostro avergonzado y expectante que cargaba Crowley ahora, aunque lo ocultara con sus gafas negras, dio un paso, otra vuelta junto a él y tomó las gafas del demonio frente suyo.

Y poder admirar los expresivos ojos dorados y filosos de su compañero por los últimos 6 mil años, se guardó las gafas en los bolsillos del saco y rodeo el cuello del otro con ambos brazos acercando sus rostros.

—Crazy little thing called love

Murmura el ángel contra su rostro, provocando mil descargas eléctricas en el cuerpo del demonio y un fuerte sonrojo en todo su rostro.

De inmediato dejaron de bailar, y ya no importaba como aquella frase era repetida una y otra vez mientras se desvanecía al término de la canción. 

Crowley tartamudeo, se mordió la lengua y optó por ocultar su rostro en el cuello de Azirafel aferrándose a su espalda con ambos brazos. Si hubiera podido se habría enrollado con sus piernas también pero le pareció demasiado vergonzoso.

El ángel acarició los cabellos rojizos, con cuidado y mimo. Tararea la melodía de la canción un poco más antes de que iniciará la siguiente; A kind of magic.

—Querido.

Crowley siseo en su cuello provocando escalofríos e interrumpiendo al ángel. Al parecer no quería hablar.

Azirafel sonrió, se olvidó de preguntar sobre Alpha Centauri, sobre las estrellas o los delfines. Todo lo que había ahora en su mente era nada más ni nada menos que tener a Crowley entre sus brazos, sentir el aroma al perfume que usa, los productos para mantener su cabello, el aroma a vino en su siseo, y el calor reconfortante y maravilloso que desprendía de su cuerpo.

Comienzan a mecerse despacio, en silencio, con las melodías de Queen de fondo, con pequeñas caricias en el cabello o en la espalda.

—Ángel—sisea el demonio alejándose de su cuerpo un poco, lo suficiente para ver su rostro.

Las manos de Azirafel van hacia las mejillas sonrosadas del otro, las toma con cariño y le sonríe.

Nunca se lo ha dicho, pero adora con toda el alma escuchar la palabra Ángel de los labios finos y tentadores de Crowley al referirse a él.

—¿Si?

—Podría hacer esto por toda la eternidad.

—Oh querido mío.

—Aunque solo sonarán las arpas del cielo.

O solo fueran los lamentos del infierno, no importaba si estaba con su Ángel.

Azirafel termino de acortar la distancia, le besó en los labios con ternura, y sintió como los del Crowley se movían despacio, acariciando su piel. 

Se separaron, y volvieron a unirse en un beso, esta vez más profundo. Y volvieron a hacerlo, tantas veces que el tocadiscos se quedó sin más canciones que reproducir pero el baile que habían coordinado este día continuó un poco más, entre besos y caricias, entre abrazos y miradas cargadas de amor.

Y un poco del vino que aún no abandonaba sus cuerpos.

Y la pregunta jamás fue respondida, pero poco importa en estos momentos.

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Bueno, hoy da comienzo a la Ineffable Husbands Week 2019 y que decir? Me parece maravilloso todo esto uwu
Aquí el primer aporte que es mucha cursilería pero los amo.
Espero les haya gustado 💜
Un saludo a quienes vienen del grupo de Facebook que son todos un amor 😘

Y GRACIAS POR EL APOYO ❤️

Perenne • ɢᴏᴏᴅ ᴏᴍᴇɴsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora