Un importante CEO busca una secretaria.
Una joven latina huye de su hogar para ir a Corea.
Por azares del destino ella acaba siendo su secretaria y el acaba siendo su jefe.
Pero hay algo diferente en ella que el quiere.
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"Llevo pasando papeleo desde las 6 de la tarde y me empiezo a aburrir" pensó la joven secretaria, ya eran las nueve y media de la noche, dentro de poco poco acabaría su jornada laboral, pero debido a que su molesto jefe la citó en su despacho no llegaría hasta casi la media noche a su anhelado hogar.
El reloj en su pequeño despacho marcaron las diez y veinte de la noche, sería buena idea que comenzara a dirigirse a la oficina de su jefe el cual ya la esperaba ansioso de conseguir la cena con su secretaria que tanto había deseado desde la primera vez que la vio.
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Tres leves golpes fueron dados a la gran puerta de color oscuro, el joven muchacho sonrió con sorna, sabía que era ella.
-- Adelante.- Su grave voz no se hizo esperar, por la puerta entro aquella chica que la traía loco.
Le fue imposible fijarse por segunda vez en el día como aquella apretada falda marcaba los buenos atributos de la chica, mordió sus labios deseando poder hacerla suya lo antes posible.
Por otro lado la joven no pudo pasar por alto las maneras en las que se encontraba su jefe, su chaqueta y su corbata habían desaparecido de su cuerpo para ahora poder apreciar la blanca camisa que portaba, esta tenía los tres primeros botones desabrochado dejando ver parte de sus marcados pectorales, paso su lengua por sus labios humedeciendo siendo pecadora de las obscenas escenas que pasaban por su mente.
-- Tome asiento señorita Solari.
Ella sin nada que decir se sentó frente a su jefe contemplando como sobre la mesa se encontraban dos platos abastecidos de comida junto a unas copas con vino tinto, en el despacho solo había una pequeña cantidad de luz proporcionada por dos pequeñas lámparas a los extremos de esta.
-- Espero que no le moleste invitarla a una cena a último momento.
La chica frunció levemente el celo sabiendo que era lo que tenía planeado su jefe, para su desgracia no caería fácilmente, pero si podía jugar y divertirse un rato.
-- Por supuesto que no señor Jeon.
-- Dejemos las formalidades, el edificio está completamente vacío, solo nos encontramos nosotros dos.- Captó enseguida lo que realmente quería decir con aquella frase.
-- Entonces como debería decirle.- Comenzó a emplear un leve tono coqueto como el que el muchacho poseía.
-- Jungkook está bien, tómelo como algo especial, pocas son las personas a las que les permito llamarme por mi nombre.
"Que egocéntrico es este hombre" pensó la chica ante las palabras dichas por él.
En silencio comenzaron a cenar, aunque para la chica no pasaron desapercibidas las miradas lascivas que le eran lanzadas de manera despreocupada.
Una vez terminados los alimentos ella se levantó dispuesta a irse.
-- Gracias por la cena Jungkook, pero si no es molestia me retiro.
Se dio la vuelta sin esperar respuesta, pero no pudo evitar estremecerse al sentir las fuertes y grandes manos de su jefe al rodear su cintura y su cálido aliento chocando en su cuello de manera provocativa.
-- Joder.- Soltó la chica en un susurro, aquel hombre la provocaba más de lo que le gustaba, pero estaba sólidamente bueno y no podía evitar sentir ese tipo de sensaciones, después de todo iba en sus instintos.
-- ¿A donde vas ___?- Susurró con voz ronca en su cuello dejando un leve beso húmedo.
-- A mi casa, creo que es obvio.- Quiso sonar fría, pero el calentón que comenzaba a apoderarse de ella no la ayudó a conseguir lo que quería.
El chico pegó contra su cuerpo a la femenina haciendo que notara toda su anatomía en su trasero.
-- ¿No crees que sería muy descortés de tu parte irte dejándome en este estado?
-- Yo no he hecho nada para que usted se ponga así, quizá debería pedir una cita médica.
-- Quizá más tarde.- Comenzó a restregarse contra el cuerpo de la chica acto que a ella no le agradó demasiado, justo cuando iba a quejarse su celular la interrumpió.
Un sonido molesto salió de los labios de Jeon, lo estaban interrumpiendo y eso no le gustaba. La chica lo apartó y tomó su celular sonriendo al ver quien era la persona la cual la llamaba.
-- Hola Axel.- Respondió con una sonrisa al que la había llamado, su acompañante en aquel cuarto no pasó por desaparecido que ahora hablaba en otro idioma.
La conversación siguió durante un par de minutos, el joven que aún se encontraba con un pequeño problema bajo sus pantalones no dejó pasar el echo de que había escuchado una voz masculina al otro lado de la línea.
-- ¿Quien era ese chico?- Preguntó tomándola de la cintura y atrayendola nuevamente hacía él.
-- Mi novio.- Respondió con una sonrisa burlona que aumentó cuando vio como el chico pasaba a estar serio de un momento a otro.
-- ¿Tu novio?
Aquello definitivamente no le gustaba, pero a la vez le parecía más excitante poder acostarse con una mujer que ya tenía hombre.
Ella acabaríade una manera u otra en su cama, o quizá en su escritorio.
