¡Hola a todos!
Como ya sabeis estábamos corrigiendo el emofic, pero por motivos personales tuvimos que frenar el ritmo (como por ejemplo que se explotó la casa de una de nosotras y desde entonces es ermitaña, que otra estuvo ingresada un tiempo, y demás infortunios sacados de Siempre reinarás: O no). Aun así, esperamos tenerlo en los meses venideros.
Debido a que no entramos en wattpad y que varios nos habéis pedido esta escena, hemos decidido hacerla pública, puesto que no es nada del otro mundo.
Gracias a todos por leernos, os queremos.
Shey y Marga.
***
Julia había decidido tomarse unos minutos para ella sola y huir del barullo que tenían sus compañeros. Estaba agotada, pasar la noche con Miki intentando explicarle que vegetables no se pronunciaba tal cual le había llevado más de lo esperado, y es que el chaval, que era buenísimo jugando al tenis, no había tenido la misma suerte en su -inexistente- dominio del inglés.
Además, Sabela la había acogido bajo sus sábanas cuando había vuelto, arropándola con un calor tan humano y lleno de amor que, a duras penas, había conseguido aguantarse las ganas que tenía de besarla desde que decidieron compartir litera la primera noche. Le gustaban las mujeres, se había dado cuenta de su bisexualidad mucho antes de que se subiesen al autobús que los llevaría a aquellas fastidiosas convivencias. Mucho antes de que supiese que a Carlos le iban los tíos, porque sí, ahora resultaba que tenía escapaditas sexuales con su mejor amigo. Ella debía haberse dado cuenta, probablemente nunca le hubiesen gustado las chicas y ella simplemente habría sido la /fase/. Dios, si solo Alba le hubiese aclarado las cosas respecto a sexualidad y género antes siquiera de plantearse volver con él.
Bueno, volver... No es como si tuviesen "algo" ¿no? Dos amigos que quedan a veces, se lían y poco más. Pero le había dejado tocarle las tetas y, sin duda alguna, aquello es algo que solo dejaría que le hiciese Sabela. Si es que al final la gallega le iba a gustar más de lo que pensaba.
En la orilla del rio, la chica decidió despojarse de todas las prendas sudadas y, aprovechando que allí nunca pasaba nadie, darse un pequeño baño. Además, solo Alba sabía donde estaba, y ella no se lo diría a nadie que pudiese molestarla. Todo un chollo teniendo en cuenta que solo había dos personas que no le importaría ver en aquellos momentos. La primera, ni siquiera sabía si podría corresponderla, y el segundo...
–¿Carlos?
Un golpe hizo que se girase. Sobre la hierba, con los ojos cerrados y la ropa manchada de tierra, estaba Carlos Right. Vaya, si antes hubiese pensado en él, antes se habría aparecido. El chaval parecía tan confuso y asustado como un cachorro de labrador. Julia no pudo hacer más que girarse, con el pelo tapando las partes pudorosas de su cuerpo, enfadada.
–Juuuuls, ¿qué pasa? –El chico se intentó poner en pie, con torpeza. –Perdona, que me he equivocado, que yo iba en otra dirección yo creo eh. Bueno, hasta luego.
–Carlos.
–Dime.
–Abre los ojos. Si sigues andando, te meterás de lleno en el agua.
Y es que el señorito Right, que tenía la cabeza muy bien amueblada para ciertas cosas, no tenía por pensar su fuerte. Si hubiese dado solo un paso más se habría metido de lleno en el agua, ropa incluida. Por un par de segundos Julia se arrepintió de haberle advertido, nunca era un mal momento para reírse de él, aunque solo fuese un poquito.
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Damn! Right?
HumorDamion tiene todo lo que un emo podría desear: una novia gótica, fama en myspace, una foto firmada por Ryan Ross... pero son los 00's y la vida no es fácil en el instituto Luis Cepeda de Terrasa. Carlos Right, por otro lado, tiene todo lo que corres...